“Es una herramienta de política pública”. Así define Pablo Pérez, presidente de Buenos Aires Gas SA (BAGSA), a la entidad que comanda. Se trata de la empresa con la que cuenta el gobierno de la provincia de Buenos Aires para brindar el servicio de gas a pequeños pueblos con un promedio de habitantes menor a los 2.500. Pérez explica que son localidades que por su tamaño o ubicación no son del interés del sector privado. “BAGSA es deficitaria por su funcionamiento, pero deficitaria no quiere decir ineficiente”, indica Pérez a Buenos Aires/12 en momentos que se discute el papel del Estado.
“Tenemos BAGSA para que los bonaerenses tengan acceso a un servicio que de otra forma no lo tendrían”, cuenta Pérez en su oficina. Inmediatamente rememora la última obra inaugurada a fines de marzo en el distrito de Necochea, más precisamente en Claraz, un pueblo de 650 habitantes, que hoy cuenta con gas natural. En total, ya son 73 localidades y alrededor de 41.500 usuarios quienes se ven beneficiados por el servicio de gas a través de la empresa que nació en 2005. Como aclara el titular de la entidad, “se habla de usuarios y no de clientes.”
Pérez relata que, al momento de asumir, la empresa se encontraba desfinanciada. En los últimos dos años de gestión de María Eugenia Vidal, BAGSA ni siquiera fue incorporada dentro del presupuesto provincial. Con la necesidad de seguir brindando el servicio de gas, sólo la deuda de capital ascendió a 300 millones de pesos, dado que la entidad estatal es semidistribuidora de gas, lo que significa que debe adquirirlo de las distribuidoras. A esto se le suma las obras paralizadas, con las dificultades que genera volver a poner en marcha una obra cuyo mayor porcentaje de infraestructura está bajo tierra. “Las empresas no querían participar de las licitaciones porque cotizaban por algo que no sabían en qué condiciones estaba”, relata Pérez, en lo que considera uno de los mayores desafíos al inicio de su gestión.
Tras un proceso de normalización y saneamiento de deudas a través de bonos creados por el gobernador, Axel Kicillof, los trabajos se volvieron a poner en marcha. Cinco obras fueron reactivadas, que se sumaron a seis nuevos desarrollos expansivos del servicio que emprendió la empresa desde 2020. En total, son once emprendimientos de los cuales cinco están finalizados. “Nosotros hacemos el gasoducto, las plantas de regulación de presión y la red de distribución”, explica el presidente de BAGSA. “Hacemos después el mantenimiento y también la parte comercial, porque hay que hacer facturas junto con la atención a las personas”.
Las tareas de Buenos Aires Gas se llevan adelante por empleadas y empleados de la empresa. Durante esta gestión se normalizó la situación de tercerizados y monotributistas. Se convenio también con cooperativas y municipios a los fines de reducir costos en aquellas localidades donde el gasto de disponer de trabajadores excedía cualquier viabilidad de un proyecto. Hay distritos donde la municipalidad brinda la oficina de atención, por ejemplo. “El déficit es el costo de implementar esta política pública”, afirma su presidente. “Que los vecinos de estas pequeñas localidades tengan gas natural, evitando el desarraigo, con una fuente de energía barata para el sector productivo y de utilidad para las empresas, permite el desarrollo del interior”, agrega.
Inicios, funcionamiento y tarifas
“BAGSA viene a cubrir la falta de cobertura del servicio por el marco regulatorio que se hereda de las privatizaciones”, explica Pérez. En los inicios, Gas del Estado tenía la potestad de satisfacer esta necesidad. El proceso de concesión a manos privadas dividió el servicio en tres partes: producción, transporte y distribución. Este último segmento, a su vez, fue subdividido en zonas para adjudicarle la exclusividad de explotación a las grandes distribuidoras. En el caso de la provincia de Buenos Aires, cuatro firmas se reparten su territorio: Metrogas SA, Camuzzi Gas Pampeana, El Litoral y Naturgy. Esta descripción que elabora Pérez es para definir el rol de la empresa estatal que comanda: “Como la exclusividad no significa que tienen la obligación de dar el servicio, en el caso que no les interese hacer la inversión ahí surge la figura del subdistribuidor, cómo nosotros o alguna cooperativa”
La entidad administrada por Pérez depende de la Subsecretaría de Energía provincial, dentro del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos. En estos momentos, los objetivos están puestos tanto en ampliar la red de gas natural (GN) de la provincia, así como convertir y sumar a los servicios de Gas Licuado de Petróleo (GLP). La diferencia entre ambos radica en que este último no está conectado a una red de transporte que brinda presión. “Son los pueblos donde se ve el gran tanque de gas en la entrada, el cual tenés que cargar con un camión”, relata Pérez. En invierno, cuenta, el consumo hace que haya que hacer un llenado diario lo que eleva considerablemente los costos de mantenimiento.
Cuando se recibe un pedido de parte de un municipio, se evalúa la factibilidad a partir de la cercanía que tenga la localidad en cuestión con la red de transporte actual, explica. Por ello, si bien la meta principal es otra vinculada a fortalecer la red de abastecimiento actual y contar con la exportación de energía, el titular de BAGSA señala que la culminación del Gasoducto Néstor Kirchner posibilitará que muchos pueblos pequeños tengan una nueva red de transporte cercana lo cual elevará el número de localidad que cumplan con los requisitos que necesita la empresa estatal para brindar el servicio de gas natural. “Es una clara demostración de cómo la presencia del Estado en una empresa como YPF posibilitó el desarrollo de Vaca Muerta y que estemos hablando del gasoducto que abriría nuevas fuentes de trabajo a los bonaerenses”, describe.
Con respecto a las tarifas, Pérez considera que la segmentación es un buen criterio que posibilita que los subsidios vayan a quienes realmente lo necesitan. Si bien la Provincia no incide en la conformación del cuadro tarifario, tarea propia del Gobierno Nacional a través del ENARGAS, el presidente de BAGSA afirma, que, desde la perspectiva de la entidad, es necesario que las facturas sean “pagables”. “Si nosotros llevamos el servicio de gas a una localidad y después por el costo de las tarifas los usuarios no se pueden conectar, la política pública fracasaría en Buenos Aires Gas”, remarca.
En lo que remite a las obras finalizadas, la empresa estatal logró que los 700 bonaerenses de Fontezuela, Pergamino, cuenten con gas natural. Los 4.200 habitantes en Máximo Paz en Cañuelas y los 6.000 de Laguna Alsina en Guaminí. También se ejecutó, con una inversión superior a los 35 millones de pesos la interconexión Villa Gesell – Mar de las Pampas, haciendo más seguro el sistema. El Parque Industrial Todd de Arrecifes, al norte de la provincia, tuvo su red interna de gas gracias a BAGSA lo que benefició a 15 empresas.
En ejecución se encuentran:
● Suministro de gas natural a Comodoro Py, en Bragado. Con una inversión de más de 3000 millones de pesos se está construyendo una nueva estación de medición que beneficiará a 300 habitantes.
● Suministro de gas natural a Pla, en Alberti. Una nueva estación de medición que permitirá brindar servicio a 190 personas. Se invierten $196.350.000
● Suministro de gas natural a Pirovano, en Bolívar. Nueva estación de medición, una estación de regulación de presión y odorización, más de 35 kilómetros de gasoducto, sumado a la red de distribución en la localidad de 1500 habitantes. La inversión depara $892.200.000.
● Gasoducto y plantas para conversión de GLP a GN en Dudignac, un pueblo de 9 de Julio. 2.600 personas serán beneficiadas con este trabajo. El monto de la obra es $596.000.000.
● Obra conjunta de gasificación de Mones Casón, en Pehuajo, y la conversión de GLP a GN para en la localidad de Salazar, partido de Daireux. Finalizaría en abril de 2024. La inversión es de $1.659.779.000.
“BAGSA vino a cumplir con deudas de la democracia”
A poco más de 60 kilómetros de San Carlos de Bolívar, cabecera del partido, se encuentra Pirovano. Sobre la Ruta provincial N°65, esta localidad logró que en 2020 se iniciaran las obras para contar con el suministro de gas natural a través de la inversión de Buenos Aires Gas. El intendente de Bolívar, Marcos Pisano, celebra la decisión del gobernador Kicillof, consistente en financiar BAGSA con proyectos que “las grandes prestadoras no les interesa, porque no les interesa el mercado de pequeñas localidades”.
“Hubo una promesa incumplida de la gestión anterior”, afirma Pisano, que asegura que el problema era que “no daban a la empresa el rostro humano que debe tener”. Según su mirada, BAGSA iba camino a la desaparición. En la actualidad, es una entidad que tienen una cercanía con los intendentes del interior, cuyo trabajo posibilita algo que va más allá del confort y la climatización que brinda el gas en el invierno: “Le da al interior potencialidad que tiene porque permite el desarrollo productivo y el arraigo”. “Da la posibilidad a jóvenes pensar en proyectos productivos según el perfil de las localidades y no tener que irse”, explica.
Según las estimaciones de la empresa estatal, la finalización de la obra está estipulada para octubre de este año. Hay dos instancias de trabajo paralelo en Pirovano, la red de tendido interna y el gasoducto de más de 35 kilómetros de caños de 3 pulgadas que proviene de la localidad de Henderson, hoy ejecutado al 80%. Uno de los beneficios que conlleva la obra es que parte de su ejecución la hacen vecinos gracias a la labor de la empresa y capacitaciones conjuntas con el municipio. “Muchos de estos vecinos desde la vuelta de la democracia descreyeron de tener este servicio tan esencial”, relata.