Desde Córdoba
Con la confirmación de la candidatura de Rodrigo de Loredo a la intendencia de la ciudad de Córdoba, la escudería local de Juntos por el Cambio completó los casilleros para salir al escenario electoral con nombre y apellido. Estudiado y cuidado, el anuncio del diputado de la Unión Cívica Radical (UCR) y “delfín” legislativo de Martín Lousteau, marcó el punto final de una serie de rumores e intrigas palaciegas que hicieron dudar de la firmeza del pacto con Luis Juez, postulante a la gobernación del espacio. Ahora la disputa se trasladó a la definición de los candidatos a vice.
Sobre el filo de los tiempos, ya que el próximo 6 de mayo se deben confirmar las candidaturas a la provincia, el yerno del exministro de Defensa Oscar Aguad decidió meterse en la carrera municipal por el Palacio 6 de Julio, que tiene como línea de llegada el 23 de julio, casi un mes después de los comicios provinciales. En rigor, ésta era una de las tres posibilidades que tenía en su menú. Las otras dos eran ser candidato a vicepresidente en una fórmula con Patricia Bullrich o acompañar a Juez en la aventura de romper con 24 años de hegemonía del peronismo cordobesista en la gobernación.
En el primer caso, la fundamentación se basaba en rumores surgidos cerca de la exministra de Seguridad a partir de las “buenas migas” cosechadas en Buenos Aires y del espaldarazo que significa el apoyo de Mauricio Macri. La semana pasada, el expresidente llegó a un pacto de no agresión con Juez, quien había estallado de furia tras un encuentro de Macri con Martín Llaryora, el candidato a gobernador del oficialismo provincial. Esa no agresión implica, entre otras cosas, que el actual dirigente de FIFA, quien se siente “un cordobés más”, no pisará suelo mediterráneo durante la campaña.
La aspiración mayor de Juez era reeditar con De Loredo la fórmula ganadora de 2021. En aquellas legislativas nacionales la dupla encabezó las listas y arrasó con el 54 por ciento de los votos. Sin embargo, tras largos 16 meses de idas y vueltas, el radical se decantó por la intendencia. En el medio de esa larga discusión quedó al margen la posibilidad de una elección interna que se avizoraba como desgastante. “En la candidatura del senador Luis Juez también va la mía”, lanzó poéticamente De Loredo en una especie de renunciamiento recargado. De hecho, fue el mismo diputado el que anunció que se bajaba de la contienda por la gobernación a favor del senador argumentando que se trataba del mejor postulante posible más allá de que las encuestas arrojaban un “empate técnico”.
La carrera de los otros
Aunque las tensiones mayores pueden haberse relajado, las batallas pasan por definir los “vices” y las listas para la legislatura Unicameral. Ambas contiendas están relacionadas a la confección de las boletas para el tramo de diputados nacionales. En este juego entran a tallar el PRO y la Coalición Cívica, los otros socios de Juntos.
Para la vicegobernación, las fichas están puestas en Marcos Carasso, diputado nacional aliado de Mario Negri y presidente de la UCR provincial, aunque también cabe la posibilidad de anotar a Soledad Carrizo. No es un dato menor que en el espacio radical se hace sentir cada vez con más fuerza el pedido de las mujeres por lugares expectantes. Sin embargo, desde el PRO también reclaman un lugar relevante. Y entienden que un amarillo debe acompañar a Juez.
Más compleja es la situación para la boleta municipal. Indiscutida, la figura de De Loredo gana por peso propio. Pero la candidatura del diputado aterriza en un escenario con varios postulantes en carrera. El concejal Juan Negri, hijo de Mario, la diputada “PRO pura” Soher El Sukaria y el diputado Diego Mestre deberán trasladar la disputa a la posibilidad de presidir el Concejo Deliberante. “Si algo ha fortalecido a JxC todo este tiempo es que siempre hemos escuchado a la gente. Si Rodrigo es el que más mide, habrá que armar la fórmula más competitiva”, indicó Negri ante la consulta de Página/12.
Y si bien se espera que las definiciones sean rápidas y sin tantas dilaciones como a nivel provincial, habrá que andar despacio y por las piedras para evitar “heridos”.
Mientras, en la semana que comienza, la jueza electoral Marta Vidal deberá definir la impugnación realizada por los apoderados de Juntos por el Cambio respecto del nombre de la alianza Hacemos Juntos por Córdoba, que reemplazó a Hacemos por Córdoba. “Creemos que se busca confundir a la gente”, indicaron en la presentación.
El juego ya empezó. Era hora.
Imágenes paganas
Tras el excelente debut en las legislativas de 2021, la sociedad Juez-De Loredo atravesó por altos y bajos. Esa fresca noche de noviembre, en un coqueto hotel de la zona norte cordobesa, el senador ratificaba sus intenciones de pelear por el sillón mayor del Panal. A su lado, un sonriente diputado electo repartía abrazos. De fondo, tímidamente, un grupo de militantes radicales se animaba a cantar “Rodrigo gobernador” ante la sorpresa de casi todos. La posibilidad de un boina blanca al frente de una boleta provincial con reales chances de ganar envalentonó a un sector del radicalismo que nunca terminó de digerir a Juez y su origen peronista. En ese marco, un grupo de dirigentes exigió una interna partidaria. No fueron escuchados y los Radicales Auténticos cruzaron el charco hacia Hacemos Juntos por Córdoba, el nuevo frente oficialista que se encuentra detrás de la candidatura de Martín Llaryora.