Cuando José Luis Rodríguez Zapatero lee a Jorge Luis Borges, siente a Johann Sebastian Bach. Cuando escucha a Bach, siente a Borges. El escritor y el compositor se acercaron a la búsqueda desesperada de lo sublime y dialogaron con los enigmas del universo y de la existencia. “Les invito a que lean el poema ‘Las causas’ escuchando la Cantata 140 y tendrán quizá el momento más cercano a la felicidad completa que se puede lograr en la vida”, afirmó el expresidente español en la presentación de su libro No voy a traicionar a Borges en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Zapatero, devoto lector del autor de Ficciones, estuvo acompañado por el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; el director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain; el presidente de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro; y la escritora y editora Mercedes Güiraldes.
Sasturain calificó al libro como “el testimonio de una pasión fervorosa”, el ensayo de “un lector agradecido”. El joven español que hacía nacido en 1960 y que empezó a leer a Borges hacia mediados de los años 70 se encontró con un escritor que había elogiado al dictador chileno Augusto Pinochet y que se había reunido con el genocida Jorge Rafael Videla. “Borges era un genio impresentable para un hombre de izquierda como José Luis. Se supone que Borges era el que no nos tenía que gustar”, contextualizó el director de la Biblioteca Nacional el momento en que Zapatero inició su lectura del escritor argentino.
Güiraldes ponderó que es un libro que no se propone “ser objetivo ni equidistante” porque el autor es un devoto de Borges y lo coloca “en la cima de todos los autores vivos y muertos”. La pasión de Zapatero es “contagiosa” para la escritora y editora y se refirió al expresidente español como “un publicista, un influencer, un estratega de marketing”, aunque a la pasión de Zapatero “no le cambia nada si Borges se vende o no”. Bauer dijo que la relectura del expresidente español “abre una nueva perspectiva del universo borgeano” y resaltó que un libro de Zapatero sea editado por una editorial “peronista” como Octubre le parece “una verdadera maravilla”.