La UTEP centró su acto por el Día del Trabajador en rechazar el acuerdo con el FMI. Los nuevos aumentos en los precios de los alimentos, la crítica situación que atraviesan los comedores populares por falta de insumos, la falta de pago a los emprendimientos de los trabajadores de la economía popular fueron leídos en esa clave. “Esto es un ajuste. Le decimos al Fondo que deje de apretar al gobierno, y al gobierno que se apoye en los movimientos populares y el movimiento obrero”, reclamó Esteban “Gringo” Castro, titular de la UTEP, en un acto que reunió a los movimientos sociales que integran el Frente de Todos con la CTA Autónoma. Sus dirigentes criticaron la “cobardía e indecisión” de la Casa Rosada frente a las presiones del organismo internacional, pero también le hicieron una crítica al peronismo, al cuestionar que la dirigencia política se mantenga alejada de las organizaciones territoriales.
La concentración se realizó sobre la 9 de Julio. El escenario había sido instalado temprano en el cruce con la Avenida de Mayo y cerca de las dos de la tarde las columnas de manifestantes llegaron a ocupar cuatro cuadras de la avenida. Para los organizadores, hubo 150 mil personas en la calle.
“Tenemos que construir la mayor unidad posible para enfrentar lo que se viene. El FMI tratará de imponer un ajuste tremendo, gobierne quien gobierne”, planteó Alejandro Gramajo, del Movimiento Evita, al señalar lo que consideró como la principal tarea que tienen por hacer los movimientos sociales. Gramajo coincidió con el titular de la UTEP en que la unidad actual "no alcanza" y "hay que ponerse espalda con espalda para enfrentar lo que va a venir".
Pero no sólo hubo críticas a la injerencia del FMI en la política económica y los programas sociales. El acto dejó expuestas también las propias dificultades de los movimientos sociales oficialistas para avanzar en la construcción de esa unidad y tensiones que existen en su interior sobre cómo oponerse al ajuste.
“Se supone que un gobierno peronista tendría que luchar para que haya justicia social, pero eso no está ocurriendo”, dijo Dina Sánchez, del Frente Popular Darío Santillán, al tomar la palabra, sumándose a la crítica general que los referentes sociales hacen a los dirigentes políticos, pero en un tramo de su discurso cuestionó además a sus compañeros de la Utep con un “no luchamos lo suficiente”.
Su sector, que apoya la precandidatura presidencial de Juan Grabois, atravesó casi todo el año saliendo a la calle en solitario dentro de la UTEP, contra las medidas de ajuste del presupuesto social vinculadas al acuerdo con el Fondo.
Tan crítico como Dina Sánchez fue Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa, que le reclamó al Frente de Todos “volver al camino que marcó el impuesto a las grandes fortunas”.
“El acuerdo con el FMI sólo puede traer sufrimiento a nuestro pueblo. Lamentablemente, el gobierno en lugar de enfrentarlo va cediendo y aplicando un ajuste que lleva a un constante crecimiento de la pobreza, el hambre y la bronca de la gente. Y eso envalentona a los sectores de la derecha reaccionaria y macrista, que operan para volver al gobierno”, consideró.
Norma Morales, de Barrios de Pie, agregó argumentos sobre la responsabilidad del peronismo en el crecimiento de figuras de la derecha. “En las asambleas que hicimos en los barrios para preparar este acto, nos tiraron de la oreja. Nuestras compañeras siguen esperando que los dirigentes salgan de sus lugares de confort y vayan a los barrios. Nos preguntan por qué no se incorpora a la agenda política temas como el pago de las tareas de cuidado; tenemos compañeras que abrieron comedores populares en el 2001 y desde entonces siguen revolviendo la olla, sin una remuneración”. Morales contó cómo los comedores otra vez tienen colas por el aumento de los precios de los alimentos. “Pensé que nunca iba a vivir esto en un gobierno popular”.
Además de referentes sociales también habló el titular de la CTA Autónoma, Hugo Godoy, que planteó que la democracia no debe “convertirse en una fachada que encubra la injusticia”.
Por la mañana, el Bloque Social por el Trabajo, integrado por el Frente Milagro Sala y la Federación Nacional de Trabajadores, instaló ollas populares frente al Ministerio de Desarrollo Social. “El acuerdo con el FMI no es ninguna sorpresa. Es un programa de ajuste brutal, de transferencia de recursos desde los trabajadores hacia la rentabilidad de los grupos económicos, devaluación de la moneda nacional y endeudamiento externo del Estado”, plantearon allí.
“Pensar el trabajo desde las necesidades comunitarias, fortalecer la producción popular para construir respuesta a esas necesidades, son los aportes de nuestras organizaciones populares para una agenda por el trabajo digno”. La actividad fue definida con el eje puesto en el rechazo al FMI, como una manera de coordinar acciones con la UTEP.