Después de un largo suspenso, Juan Schiaretti se lanzó: “Yo quiero confirmarle a los cordobeses y a los argentinos que voy a ser candidato a presidente en la próxima PASO del mes de agosto". El anuncio dirigido a mostrarse como parte de la oferta del panperonismo nacional alejado todo lo posible del kirchnerismo no es todo lo que parece. Schiaretti sale a mostrar músculo también al interior de la contienda provincial donde crece Javier Milei y hay elecciones fragmentadas en tres tramos: nacionales, provinciales y municipales. Allí promueve un esquema de triple campaña: arrastrar votos, en una larga batalla, para sus candidatos a gobernador y a la clave ciudad capital donde hoy tiene ventaja JxC con el radical Rodrigo de Loredo.
El gobernador peronista lanzó la candidatura en San Francisco, cuna de su candidato a la sucesión del Panal, Martín Llaryora. Inauguró un nuevo edificio escolar y obras de infraestructura. Cuando le preguntaron razones, habló de la “maldita grieta”: "Lo haré por una coalición que represente al que trabaja, al interior productivo y que exprese también la superación de esta maldita grieta que tanto daño nos está haciendo a la Argentina". Consultado sobre si aspira a renovar al peronismo a nivel nacional, recordó a Juan Manuel Urtubey y sus últimos movimientos: "Espero que en esta fuerza que estamos creando puedan participar aquellos que coinciden en que la prioridad tiene que ser la producción; el trabajo; abandonar la grieta, que es lo que nos impide gobernar como corresponde; y ser un país normal".
En el lento armado que viene construyendo para saltar el alambrado, Schiaretti fue sumando fotos. De Alberto Rodríguez Saa y Florencio Randazo a Facundo Manes y es uno de los padrinos políticos del autonomista nuevo bloque del Senado. Cuánta nafta tiene esa alianza es una incógnita pero no solo parece destinada a raspar al Frente de Todos: nadie olvida que su candidato a la gobernación, Llaryora, se tomó una foto no hace mucho tiempo con Mauricio Macri, de muy mala relación con Luis Juez.
En la dinámica provincial, en tanto hay dos escenarios bien diferentes: la batalla por la provincia y la ciudad capital. “De cara a las elecciones provinciales, Llaryora parece ganar cómodo”, dice un consultor con trabajo territorial. “Hoy tiene una diferencia de unos 15 puntos, de 45 a 30, y da la sensación de que Juez es muy mal candidato porque no tiene mucho más margen para crecer”. En ese sentido, el mismo consultor cree que si bien es cierto que cuando JxC hizo la famosa encuesta para definir quién era el candidato, Juez estaba arriba pero un análisis más fino ya indicaba que De Loredo tenía más razones para crecer, entre ellas mostrar un recambio generacional. Hoy ese elemento positivo de JxC es un problema para Schiaretti en la Provincia. De Loredo se bajó de la fórmula de la gobernación de JxC donde iba como posible vice de Juez y decidió competir por la capital. El candidato de Schiaretti es Daniel Passerini, y tiene que remar.