Convencida de que los números no le alcanzan y presionada por una interna que no termina de ordenarse, Soledad Acuña finalmente se bajó de la aventura de competir por la sucesión porteña. La polémica ministra de Educación de la Ciudad hizo pública su decisión vía Twitter horas después de la cumbre de la plana mayor de Juntos por el Cambio. Fue el segundo encuentro que compartieron Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal —entre muchos otros dirigentes— en menos de una semana. El objetivo de la reunión, además de exhibir a los economistas del espacio opositor, fue mostrar unidad en medio de fuertes discusiones y operaciones de todo tipo para definir candidaturas. La ex gobernadora bonaerense y actual diputada nacional fue otra vez el epicentro de esas especulaciones por su posible desembarco como candidata a jefa de Gobierno, una hipótesis electoral que volvió a cobrar fuerza en la tarde de ayer.

“Enorme, sole”, la elogió Rodríguez Larreta inmediatamente después de que la ministra —fuertemente cuestionada por la comunidad educativa— comunicara que se baja. Tal como anticipó Página/12, el anuncio de Acuña ya estaba al caer, pero fue postergado durante semanas luego del anuncio del “desdoblamiento concurrente” de las elecciones porteñas, que había desatado la furia del ala dura de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, que no fueron de la partida en la cumbre de ayer. Para completar el mensaje de respaldo, el jefe de Gobierno propuso a Acuña como vice de quien termine encabezando la boleta del Pro en la Ciudad.

Pese al anuncio de Acuña, la interna porteña sigue haciendo crujir al Pro. A los candidatos que ya se anotaron para la sucesión y todavía sobreviven, como Jorge Macri y Fernán Quirós, se sumó en las últimas semanas la opción Vidal. Las especulaciones en torno a que la ex gobernadora “orgullosamente bonaerense” declinaría su postulación presidencial para decantarse por la Ciudad volvieron a cobrar fuerza post-encuentro. Varios dirigentes con asiento en Parque Patricios lo dan por hecho y arriesgan hasta que el propio Quirós podría completar la fórmula. En el larretismo apuestan a esa hipótesis como una forma de salir por arriba de los enfrentamientos por el territorio que gobiernan desde hace más de 15 años. 

En el entorno de la ex gobernadora bonaerense, de todos modos, dicen que por ahora —al menos hasta fines de mayo— sostiene su candidatura presidencial y que la esperan giras por el interior del país esta semana y la próxima. Vidal ya abrió públicamente la puerta a una posible declinación a nivel nacional, pero exige una definición más contundente del resto de los dirigentes de la mesa nacional del Pro para jugar en la Ciudad. Mientras tanto, las acusaciones cruzadas no cesan. “El problema del partido es que todos tiran candidaturas a los medios, pero nadie levanta el teléfono para hablar en serio”, dispararon cerca de la actual diputada nacional.

Quirós, por su parte, también dejó definiciones este martes respecto de su propias intenciones. Fue casi en simultáneo al desarrollo de la cumbre. "El mejor candidato puede que no seamos ni Jorge (Macri) ni yo", dijo el ministro en declaraciones radiales, dando a entender que él también podría bajarse y subiendo de forma indirecta a Vidal a la competencia. En la sede del Ejecutivo porteño refuerzan que nada de lo que dice el médico no está consensuado previamente con Larreta.

El escollo para terminar de ordenar las fichas sigue siendo Mauricio Macri. El ex presidente es el principal sostén, junto a Bullrich, de la candidatura porteña de su primo Jorge. También es el principal impulsor de Vidal como candidata nacional. Dos posturas que lo hacen chocar de frente con el propio Rodríguez Larreta. El único consenso interno, aunque frágil, es que el Pro tenga un único candidato para enfrentar en las PASO a Martín Lousteau. 

Una cumbre en el Emperador

Con el mar de fondo de las internas, la plana mayor de Juntos por el Cambio protagonizó un encuentro en el Hotel Emperador de Retiro. La agenda de la cumbre fue la situación económica que atraviesa el país, un tema en el que hay más acuerdo que disputa. Además de Larreta y Vidal, dieron el presente gobernador de Jujuy y precandidato presidencial Gerardo Morales, su correligionario y contrincante Facundo Manes, y el auditor General de la Nación, Miguel Ángel Pichetto, otro de los opositores pre-presidenciables. 

Las ausencias de Macri y de Patricia Bullrich (con la excusa de una gira de campaña por la provincia de Misiones) le quitaron matices políticos al encuentro, que terminó copado por el lada "blanda" de la oposición. Esa idea se vió reforzada por el rechazo unánime a Javier Milei y a la idea de la dolarización. 

Un ex aliado del libertario como José Luis Espert, que espera el guiño definitivo para alistarse en la alianza opositora, se sumó al coro y calificó de "disparate" a la dolarización que plantea Milei, a tono con lo que discute Juntos por el Cambio. 

Si bien hubo acuerdo en el diagnóstico de la situación económica, quienes sí expusieron desde adentro del Emperador, Hernán Lacunza, Luciano Laspina y Eduardo Levy Yeyati abundaron sobre la necesidad de un "plan de estabilización" aunque siguen sin dar precisiones sobre en qué consistiría.