Leandro Darío Nespral tenía 27 años y era economista, el sábado pasado fue a una fiesta de música electrónica con sus amigos en Mandarine Park, en la Costanera Norte de la Ciudad de Buenos Aires, se descompuso y falleció en el Hospital Fernández. Para empezar hablar del tema es necesario dejar la hipocresía de lado y aceptar que el consumo de drogas ilegales existe y no distingue edad ni clase social. Lejos de ser una apología del consumo, como muchas personas mal informadas creen, las políticas de reducción de daños salvan vidas mientras la prohibición continúa fracasando.
En nuestro país existen iniciativas que se proponen terminar con el tabú del consumo de drogas ilegales y generar una política de drogas que sea más efectiva, justa y humana, como por ejemplo la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (ARDA) que agrupa a profesionales, organizaciones y usuarixs de drogas de todo el país que trabajan para la difusión e implementación de políticas de drogas basadas en la salud, los derechos humanos y la evidencia científica. Uno de los paradigmas de la política de drogas es la reducción de daños que lo que busca es minimizar los daños asociados al consumo y las políticas de drogas ineficaces que se centran en la prohibición, el encierro y la estigmatización de lxs usuarixs.
Inés Castro es licenciada en trabajo social, acompañante terapéutica, operadora en adicciones egresada de la SEDRONAR y creadora de Chill and Safe, una organización de la ciudad de Mar del Plata que desde la autogestión impulsa la educación sobre consumo de sustancias y la prevención de intoxicaciones mediante testeos con reactivos químicos, una acción que realmente salva vidas.
Castro estuvo en comunicación con los amigos del joven fallecido, quienes le contaron que en un momento de la fiesta Leandro se fue a buscar agua y lo perdieron, no se preocuparon por él porque creyeron que "estaba por ahí dando vueltas". Como no volvía lo llamaron a su celular y respondieron los médicos de la guardia del Hospital Fernández informando que había fallecido. "Lo que le sucedió fue un síndrome serotoninérgico, llegó a la guardia con 42 grados de fiebre y en muy mal estado. Si bien el chico tenía su celular, lo que no entienden los amigos es por qué no tenía el DNI, la billetera y sus cosas personales cuando llegó a la guardia. No saben qué pasó en el medio hasta que llegó al Fernández, si se hidrató o no, o si alguien le dio algo más”, explica Castro.
La pastilla que habría tomado Leandro es la llamada moncler verde, Castro asegura: “De acuerdo a los estudios tenía metanfetamina, MDMA y había fumado cannabis, eso no explicaría en sí mismo una muerte porque todas las pastillas están adulteradas mínimo con metanfetamina, también con catinonas, por lo cual o la pastilla tenía algo más o no sabemos qué pasó en el medio. Yo recomendaría que no la consuman. En mi cuenta de Instagram hice reportes de alertas de esa pastilla. Seguramente hubo una tanda buena y luego la adulteraron, como pasa siempre, sobre todo cuando la pastilla se hace famosa, otros laboratorios consiguen el molde y la hacen con ingredientes más baratos. Es una pastilla que tiene la misma forma pero el contenido es diferente, la gente que es muy nueva no lo sabe. Voy a testear esa pastilla en cromatógrafo para saber qué tiene, tengo bastante miedo de anunciar esto porque hay mafias, pero lo voy a hacer.”
¿Por qué se adulteran las drogas?
--Las drogas son adulteradas para abaratar su costo, es algo que ya viene sucediendo, sobre todo en Argentina, no tanto en Europa, pero sí mucho en Latinoamérica y fuertemente después de la pandemia, porque los precursores químicos ya no llegaban, no se podían exportar. Luego, con la crisis económica y la suba del dólar pasó lo mismo, no la pueden pagar entonces traen muy poquitito de la materia prima, por ejemplo, en el caso del éxtasis o del MDMA y lo cortan acá con sustancias de corte adulterantes para hacer más cantidad y así abaratar su costo.
¿Por qué es necesario que se apliquen políticas de reducción de daños?
Es necesario que se apliquen políticas de reducción de daños porque son políticas públicas costo-efectivas basadas en evidencia científica que en otros países han demostrado que funcionan, salvan vidas y justamente reducen los riesgos asociados al consumo. Es la única manera de que las personas que consumen tengan menos riesgos de muerte por sobredosis. Son estrategias, es educación, son consejos, es información basada en evidencia científica que le explica a la persona cómo generar estas conductas responsables que disminuyan los riesgos. El prohibicionismo, el abstencionismo, el punitivismo, la guerra contra las drogas no funcionó, las drogas siguen circulando y van a seguir, se consumen desde el inicio de la historia de la humanidad misma y va a seguir sucediendo. La única manera de controlar un poco el impacto en cuanto al daño y los riesgos es a través de estas estrategias, no hay otra manera. Son políticas públicas que son prácticas profesionales, es un modelo de intervención y un paradigma de derechos humanos, que tiene que ver también con valores y con una postura filosófica. El paradigma de la reducción de daños está totalmente demostrado que salva vidas, hay estadísticas concretas en Europa que demuestran que no solo salva vidas, sino que mejoran calidad y los proyectos de vida.
¿Qué dicen las estadísticas?
--Según la ONU, hay 284 millones de personas que consumen sustancias, esta estadística se hizo en el 2022 y corresponde al 5,6 por ciento de la población mundial, de los cuales sólo el 12 por ciento tiene consumo problemático, el resto no. Esto en números sería 37 millones de personas, es decir que el 90 por ciento de los usuarios de sustancias no tienen consumo problemático, sino recreativos, ocasionales, experimentales o regulares, pero no implica adicción, es decir, consumen pero no tienen adicción ni consumo problemático. El mito de la escalada a la adicción no es real, como si fuera una escalonada que sube y sí o sí termina en adicción cuando uno empieza a consumir, se comprobó que eso no es real. Lo que sí genera el prohibicionismo son problemas legales, laborales, de acceso a la salud, estigmatización social y el peligro por el narcotráfico.
¿Qué resultados tienen las políticas de reducción de daños donde ya se ha aplicado?
--Por ejemplo en Portugal, donde en materia de salud hubo resultados positivos y además, achicamiento del gasto público. En ese país se descriminalizó el uso y tenencia para consumo personal en el 2000, esto resultó paradójicamente que el consumo disminuyó y se redujo sobre todo en adolescentes, en más de un 30 por ciento esta franja etaria es población objetiva por las modificaciones que sufre el cerebro del adolescente, por lo cual el consumo en esta edad es más dañino. También, descendieron las muertes por sobredosis y hoy tienen el valor más bajo de toda Europa, a su vez, disminuyeron a la mitad los gastos carcelarios, se duplicó el número de usuarios que concurren a tratamientos por consumo problemático y se redujo la incidencia de HIV y muertes por sobredosis. En Chile se tradujeron las investigaciones del neuropsicofarmacologo inglés David Nutt que se especializa en la búsqueda de fármacos que afectan el cerebro y situaciones como padecer adicción, ansiedad y sueño. Sus estudios señalan que el alcohol es la principal sustancia más peligrosa en cuanto a riesgo de muerte, dependencia, daños generales y agresiones. El éxtasis estadísticamente hablando es la sustancia que provoca menos daño en comparación al resto, sin embargo, es la más denostada porque es la más conocida, entonces la gente habla por hablar.
¿Hay resistencia de sectores que no quieren que se sepa qué contiene una pastilla?
--Hay resistencia por parte del narcotráfico que son los cocineros y los laboratorios que generan estos adulterantes en connivencia con la policía, los productores de fiestas y todos los que viven del narcotráfico y de la venta de pastillas porque las fiestas también se realizan para facilitar la venta y el consumo de sustancias ilegalizadas, con lo cual, no les conviene que se sepa que estas sustancias están adulteradas, que son peligrosas y que están infladas en su precio en relación con su calidad. En todo lo que es los eventos, la noche y la venta de droga hay connivencia policial, judicial, de los productores y por supuesto, los narcos, que son los primeros intervinientes.