“Estoy armando un frankenstein con los pedacitos de las amigas” me dice mi amiga en una conversación por chat el fin de semana largo pasado. Fue el domingo, ese que tenía el cielo descompuesto de gris y toda la escena dada para darle paso a las depresiones tan nombradas ese día de la semana. Mi amiga me estaba contando con un poco de humor que estaba conteniendo las crisis de sus amigas porque estaban todas hechas pelota por distintas razones. Ese humor, a veces ácido, otras oscuro y, la mayoría de las veces, una estrategia de supervivencia es el que utilizó Lila Bendersky para componer el fanzine “Cosas que me deprimen”.
Todo comenzó con un hilo de tuits en el que ella contaba que le deprimían los patios de comida de los shopping, que la gente diga “todo es a pulmón” o que en una fiesta la agarraran para hacer el trencito: “Dije que me deprimían pero podría haber dicho que me angustiaban o armargaban. Me sorprendí muchísimo cuando muchas personas empezaron a comentar que les pasaba lo mismo y fueron sumando situaciones parecidas”, dice a Las12 cuando recuerda la mañana del 2 de marzo de 2022 cuando tuitió algo en relación a una cadena de comida saludable. Le llegaban mensajes por DM y por WhatsApp que se sumaban a la exteriorización colectiva de enumerar escenas de la vida cotidiana con un efecto doble: arrugar el corazón y extirpar una risa.
Lila cuenta que entre los mensajes había uno de Esteban Menis, humorista y actor, quien le propuso pasar el hilo de tuits a un fanzine con ilustraciones. Se tomaron un café, sumaron a Flor Meije para los dibujos e hicieron la primera tirada de “Cosas que me deprimen”, que ya está agotada. Pero no se depriman porque se va a volver a imprimir.
Deprimirse con la depresión
Decir que algo es deprimente pareciera tener cierta soltura, está cerca del humor y muy lejos del diagnostico psiquiátrico que categoriza esos sentires y encajona algo que tal vez tenga una complejidad mayor. Tiene un tenor más de sátira, pero ¿está tan lejos lo que nos deprime jocosamente de esa corriente de desánimo, de crisis existenciales y de la ininterrumpida sensación de agotamiento del mundo?
María Lorea es psicóloga y nota que en la clínica donde trabaja a las personas les cuesta estar tristes, angustiados o en procesos de incertidumbre: “Si estás alegre no te preguntás che, ¿por qué estoy alegre? pero si estás triste te acribillás a preguntas: ¿cómo pasó? ¿qué? ¿cuándo? . Para mi la depresión o este tipo de procesos se presenta como una detención y no todas las personas tienen la posibilidad de parar” explica. En este sentido el humor podría funcionar como un amortiguador de la depresión.
“Yo tengo un cuadro colgado en mi consultorio que dice ´drama´” y agrega “como para reírme un poco de todo. También es verdad que no siempre una puede reírse de lo que le pasa, tiene que haber una serie de procesos subjetivos y emocionales para que algo de lo que te pasa pueda convertirse en chiste o algo de lo cual una pueda reírse” concluye.
Hay otro punto, según María la mayoría de las personas no ha tenido una educación sentimental para poder alojar un sentimiento como la tristeza: ”es algo que se supone que no se puede tener o que no hay que tener y es muy loco porque son sentimientos vitales y que son parte de la vida. Algo te pone triste y el cuerpo te lo marca y es como una locura pensar que hay algo de eso que una podría no sentir. Pero bueno la realidad es que hacemos un montón de cosas para no sentir eso”
El humor -que tampoco es una herramienta sencilla de utilizar- podría ser un atajo frente a esos cielos grises tapados por construcciones cada vez más altas, la inflación, la crisis política y existencial, los dolores, la guita que no alcanza y el resabio de un mundo que cada vez cruje más fuerte: “Creo que estamos rodeados de frases y situaciones que, si nos abstraemos un poco, no tienen mucho sentido. No entiendo mucho cuando alguien dice que en su trabajo son “como una familia” como algo bueno, puro, genial, que funciona. Hasta donde tengo entendido las familias son todo lo contrario. O esas frases motivacionales como “la felicidad sos vos” donde un poco te dicen que si no sos feliz es por qué no querés y la verdad es que el mundo es bastante hostil y uno hace lo que puede para estar bien. Un poco el concepto de “Cosas que me deprimen” es frenar un poco, poner la mirada en esas escenas y reírse de todo eso”, cuenta Lila.
¿Qué tiene Twiter?
En un año electoral y con los niveles de irritabilidad por los cielos, la red social del pajarito azul se ha convertido en el caldo de cultivo de los enfrentamientos virtuales más acalorados, el rincón preferido para los trolls y el lugar ideal para que la clase política haga sus anuncios, justamente, los domingos. Pero Twitter también puede ser un espacio intangible en donde surjan ideas, experimentos, memes y demás derivados del lenguaje 2.0 que hacen un inmediato “match” con la posibilidad de materializar conversaciones interesantes y graciosas. Claro que depende de quien las mire, pero para eso, las propuestas son infinitas. Cada quien tiene su propia selección de tuiteres, cuentas de memes, dibujantes o cómicos/as que en definitiva son un escaparate para reírse un rato.
Lila es, además de la creadora del fanzine, periodista y productora: “En el hilo se dio una conversación entre las personas que empatizaron o se identificaron que sigue teniendo cola. A mi me pasa como productora que tal vez me contacto a alguien y esa persona me comenta algo del hilo. A mi misma me pasa que si encuentro gente que escribe algo que me copa, lo comento".
Para Lila el fanzine funcionó porque da cuenta de una serie de situaciones y frases que si unx se corre un poco no le encuentra mucho sentido y eso genera identificación: “Las ilustraciones de Flor Meije y la curaduría de Esteban Menis fueron claves para lograr la combustión perfecta entre la idea y el dibujo. Da risa lo que aparece en el fanzine porque mirando esas escenas de cerca parecen casi absurdas. Pienso en la cantidad de fuentes que tengo que sacar del horno para hacer una milanesa y toda esa coreografía me da risa. Es prestar atención a eso que hacemos y cómo lo hacemos” dice.
Para no deprimirse la buena noticia es que ya está lista la segunda tirada del fanzine "Cosas que me deprimen" y se presentará el próximo 14 de mayo en el bar 878 (Thames 878) a las 19 hs.