Desde el jueves hasta el domingo tendrá lugar en la Ciudad Cultural de Sarmiento 3131 el Festival Konex de Música Clásica. “Brahms y la música gitana” es el motivo de la octava edición de un evento ya consolidado en la agenda musical de Buenos Aires. Dos galas sinfónicas marcarán el inicio y el final del encuentro: el jueves a las 20, la orquesta de Festival dirigida por Carlos Vieu, con el pianista Antonio Formaro como solista, ofrecerá un programa dedicado a Brahms, mientras que el domingo el repertorio se centrará sobre la obra de Antonin Dvorak, con el violonchelista José Auraujo como solista. El viernes tendrá lugar la Gala gitana, con obras de Brahms, Dvořák, Bizet, Bartók, Falla, Monti, Sarasate y Haydn, entre otros, y la participación del Ensamble Bellisomi junto a la pianista Tamara Benítez y la mezzosoprano Alejandra Malvino, además del joven violinista Joaquín Orellano y el pequeño Marcos Carreras junto a su maestro Rafael Gintoli.
El sábado, siempre a las 20, será el momento de la Gala de Ballet, con músicas de Brahms, Minkus, Pugni y Liszt. La compañía Buenos Aires Ballet, con la dirección artística de Federico Fernández, se presentará con coreografías de Emanuel Abruzzo y la participación del mismo Fernández junto a Camila Bocca y primeras figuras del Ballet Estable del Teatro Colón y del Buenos Aires Ballet. La programación se completa con un espectáculo infantil ideado por Damián Rovner, que se presentará para estudiantes de escuelas primarias públicas de la Ciudad. Nacho Salerno guiará a los chicos en un recorrido por la cultura y la música gitana de la mano del Ensamble Bellisomi, con músicas de Brahms, Bizet, Saint-Saëns, Dvořák, Bartók, Sarasate, Falla y Monti, y la participación de los violinistas Joaquín Orellano y Marcos Carreras. Las entradas para cada jornada del festival están en venta en www.cckonex.org o www.festivalkonex.org.
“Es una gran satisfacción que el Festival haya logrado una continuidad desde el 2015, y una consolidación dentro del espectro de la música clásica en Buenos Aires, que es ciertamente rico”, dice a Página/12 Luis Ovsejevich, presidente de la Fundación Konex. “En sintonía con los Premios Konex –que se entregan desde 1980– y el “Vamos a la Música” –el ciclo de ópera, ballet y concierto adaptados para el público infantil–, entre otras actividades que desarrolla la Fundación Konex, este festival se creó para acercar el género a nuevos públicos. El hecho de sostenerlo en el tiempo, nos permite cumplir este objetivo”, continua el presidente de la Fundación Konex y refuerza la idea de una programación de calidad y cercana al gusto del gran público. “Creo que lo más importante del festival es lo que ofrece en términos de repertorio y de artistas. Si uno desea que nuevos públicos se acerquen al género, entonces debe procurar elegir a los mejores compositores de todos los tiempos y optar por brindar a los concurrentes sus obras más afamadas. Ante todo, la elección es la de un programa musical agradable, alegre y cautivante. Y en cuanto a los artistas, es clave convocar a los mejores de cada rubro; desde los directores de orquesta, pasando por los solistas, las voces o los bailarines”, agrega Ovsejevich.
En sus ediciones anteriores, el festival ideó programas siguiendo esas líneas: Grandes Maestros en 2015, Mozart en 2016, Beethoven en 2017, Bach, Vivaldi y el Barroco en 2018, Chopin y el Romanticismo en 2019, Tchaikovsky y la Escuela Rusa en 2021 y Verdi, Wagner y la Lírica en 2022. Este año se cumplen 190 años del nacimiento de Brahms y los programadores lo ofrecen junto a Dvorak. “Eso nos permite, además de escuchar a dos de los más importantes compositores del Romanticismo, advertir la influencia que la música gitana tuvo a lo largo del tiempo en la música académica, dando como resultado melodías muy alegres, rítmicas y dinámicas”, dice Ovsejevich. Para el año que viene ya están pensando en un posible “Bizet y la Música Francesa”.
Nacional y popular
También para Carlos Vieu, uno de los directores más experimentados del ámbito nacional, Brahms y Dvorak son dos de los pilares del repertorio sinfónico romántico. “Además se conocieron y se frecuentaron. Brahms ayudó mucho a Dvorak en su desarrollo musical y en la promoción de su obra. Reunirlos en un festival como se reunieron en sus vidas es algo significativo, que seguramente el público apreciará”, asegura Vieu, que en la primera gala, la del jueves, interpretará de Brahms el Concierto para piano y orquesta nº2 en Si bemol mayor Op.83, junto a Antonio Formaro, y la Sinfonía nº4 en Mi menor Op.98, en un programa que se completará con la Suite de Carmen, de Georges Bizet. “Brahms es de alguna manera un heredero directo de Beethoven, en cuanto a la meticulosidad del trabajo compositivo. Tardó mucho para llegar a componer su primera sinfonía. Antes se ejercitó en la orquesta con las dos serenatas y con los dos conciertos para piano. Incluso podemos pensar que este ‘segundo concierto’ es una gran sinfonía con piano, porque es evidente que no es un concierto de acompañamiento tradicional, tiene una calidad melódica, armónica y de densidad de textura que lo hace inconfundible, además de notables dificultades técnicas”, considera el director y agrega: “La ‘Cuarta’, a su vez, es un verdadero monumento sinfónico”.
El programa del cierre del festival, dedicado a Dvorak, incluirá el Concierto para violoncello en Si menor Op.104, con José Araujo como solista, y la Sinfonía n.º 9 en mi menor Op.95 “del Nuevo Mundo”. “Con sus aires nacionalistas, Dvorak le dio a la música checa una impronta propia. El ‘Concierto’ es una de las obras más deseadas por los violonchelistas y la ‘Del nuevo mundo pone en juego saberes populares, haciendo referencia también a su paso por Estados Unidos”, explica el director. “Sin dudas Dvorak es un compositor muy influyente, el artífice de una escuela nacional. Sin él no es posible pensar en otros compositores checos, como Smetana y Janacek, y al mismo tiempo no podemos pensar en Dvorak sin pensar en Brahms”, concluye Vieu.