Luego de seis semanas de negociaciones y un ultimátum lanzado a fines de la semana pasada, el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) comenzó un paro por tiempo indeterminado en reclamo de mejores condiciones salariales y laborales. Teniendo en cuenta que la última medida de fuerza de estas características se extendió durante cien días entre 2007 y 2008 y generó un parate que se tradujo en pérdidas estimadas en 2,1 mil millones de dólares, la industria de Hollywood se asoma a un abismo sin precedentes desde que las plataformas irrumpieron como un actor central en el ecosistema audiovisual.

Y son justamente las nuevas lógicas de producción, distribución y exhibición, sumada a la inteligencia artificial, las que encendieron una bomba que los principales estudios y productoras intentarán desactivar cuanto antes. Por lo pronto, los primeros afectados son los late night shows, esos clásicos programas nocturnos de la televisión donde un conductor de renombre entrevista a figuras de primer nivel: desde este martes, y a ante la ausencia de guionistas, el ciclo de Jimmy Fallon en la NBC; el de Jimmy Kimmel en ABC y el de Stephen Colbert en CBS emiten repeticiones. Saturday Night Live, uno de los programas cómicos más importantes de la televisión estadounidense, también tendrá repeticiones hasta nuevo aviso.

Aunque nuestro comité de negociación inició este proceso con la intención de alcanzar un acuerdo justo, la respuesta de los estudios ha sido insuficiente dada la crisis que viven los guionistas", señaló desde su cuenta de Twitter el WGA, que cuenta con alrededor de 11.500 afiliados a lo largo y ancho del gigante del norte. La negociación no es sencilla, dado que del otro lado está la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP por sus siglas en inglés), que entre sus integrantes tiene a Netflix, Amazon, Apple, Disney, Warner, NBCUniversal, Paramount y Sony. El sindicato propuso una mejora anual de los sueldos de un total 429 millones de dólares para todas las categorías; la AMPTP contra ofertó un incremento de 86 millones y solo para los escalafones más bajos.

“Las propuestas del gremio son justas, los guionistas merecen poder mantener a sus familias. Muchos jóvenes que ingresan a la industria son excluidos, contratados como redactores de plantilla u obligados a hacer trabajos gratuitos. El futuro de la escritura como profesión está en juego”, advirtió la guionista Charise Castro Smith al portal Variety, quien también puso el foco sobre la inteligencia artificial. Si bien algunos consideran que podría ser una herramienta útil para catálogos y presentaciones, en los últimos meses creció el temor ante la posibilidad de que la IA le dispare un tiro en la sien al oficio, un escenario ante el cual el gremio propuso medidas que protejan a sus afiliados. La AMPTP las rechazó y, a cambio, sugirió reunirse una vez al año para analizar la coyuntura. Para el guionista Dave Schilling, esa respuesta indica el camino que busca la industria: la automatización. Ante Variety afirmó que “la idea de que los escritores deberían permitir que nos atropellen no es realista”.

Según el WGA, el ingreso promedio bajó de 277 mil dólares anuales en 2005 a 260 mil en 2021, cuando casi cinco mil guionistas reportaron ingresos. En 2010 habían sido poco más de 3200, mientras que en 2019 lo hicieron casi seis mil. Ese aumento se explica principalmente por el voluminoso caudal de contenido generado por las plataformas. En 2002, cuando el streaming todavía era estaba a años luz (Youtube, por ejemplo, fue lanzado en 2005), en Estados Unidos se estrenaron 125 shows de TV –series incluidas–, mientras que el año pasado fueron 2024, es decir, dieciséis veces más en comparación con dos décadas atrás. Cuando se realizó la última huelga, entre noviembre de 2007 y febrero de 2008, la cantidad anual de producciones rondaba las 600.

Hay más series, sí, pero producidas con una lógica muy distinta a la de principios del milenio, cuando cada temporada tenía un promedio de entre 22 y 24 episodios que demandaba ocho meses de trabajo, tres de ellos dedicados a una labor colaborativa entre seis guionistas que delineaban las principales directrices de cada proyecto. Hoy, en cambio, los guionistas son contratados solo por tres meses para escribir los entre seis y diez capítulos que tienen la mayoría de las series.

Un modelo más económico que, sin embargo, contribuye a la precarización y la rotación de equipos que, para colmo, consideran que no reciben lo suficiente en concepto de regalías por repeticiones en TV o streaming. El WGA propuso un mínimo de 6.600 dólares por episodio emitido en plataformas de menos de 20 millones de suscriptores y un máximo de 20 mil para las de más de 75 millones de abonados. La AMPTP afirmó que podía estirarse hasta mil dólares para las empresas más pequeñas y ocho mil en el caso de las más grandes.

¿Cómo se notará esta huelga? Si bien por estos días los canales estadounidenses empezaron con sus programaciones de verano –que tienen menos contenidos guionados–, los primeros afectados son los shows en vivo, como los de los mencionados “Jimmys” Fallon y Kimmel y Stephen Colbert. Las plataformas tienen en gateras una cantidad nada despreciable de contenido, por lo que el parate recién se sentirá en el mediano plazo. Sin embargo, entre las series que detuvieron sus rodajes figuran varias relevantes, como Abbott Elementary y Cobra Kai. En el caso de los largometrajes, dado que los tiempos habituales de producción son más largos, tendrá consecuencias a largo plazo, siempre y cuando las películas que ya culminaron sus rodajes no necesiten ajustes de guion para volver a filmar algunas escenas. El culebrón del verano boreal ya empezó. A preparar los pochoclos.