Una junta nombrada por el gobernador de Florida (EE.UU.), Ron DeSantis, demandó a Disney por el control del distrito que aloja su parque de atracciones en el estado, en el último episodio de la batalla entre la compañía y el político republicano.
La junta responde así a una demanda presentada por Disney ante un tribunal federal hace cinco días, en la que acusó a las autoridades de Florida de "venganza gubernamental".
En el centro de la disputa está un acuerdo aprobado en los años 1960 que permitía a la compañía gestionar el distrito donde se encuentra su parque Disney World, cerca de Orlando.
DeSantis puso fin a ese autogobierno después de que Disney criticara el año pasado una ley impulsada por él que prohíbe enseñar asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género en escuelas de Florida, conocida como "No Digas Gay".
El gobernador nombró en febrero a una junta para dirigir el distrito de Disney. Sin embargo, sus cinco miembros se encontraron con una sorpresa al asumir sus cargos: el gigante del entretenimiento había aprobado una serie de acuerdos que le garantizaban mantener el control sobre la expansión de la zona.
En la demanda presentada este lunes ante un tribunal del condado de Orange, en el centro de Florida, la junta solicita que se declaren nulos esos acuerdos.
"Disney esperaba atar las manos de la nueva junta independiente", aseguran los demandantes. "Pero quizá por precipitación o arrogancia, los acuerdos de Disney violan principios básicos del derecho constitucional, estatutario y consuetudinario de Florida. Por lo tanto son nulos y sin valor, ni siquiera valen el papel en el que se imprimieron".
La historia de los problemas entre DeSantis y Disney
La disputa entre DeSantis, nueva figura de la derecha estadounidense, y Disney, que emplea a más de 75.000 personas en Florida, se enmarca en la batalla emprendida por el gobernador contra políticos, profesores y empresas a los que acusa de imponer su ideología progresista a los demás.
"No está bien que una empresa corrompa el gobierno local y lo gestione como su propio feudo", declaró el republicano de 44 años sobre Disney este lunes, durante una rueda de prensa celebrada en Titusville, en el centro de Florida.
La sede de Disney World, en Orlando, no pagaba impuestos por un acuerdo que mantenía con el gobierno de Florida desde hace 55 años. Pero esto cambió el año pasado, cuando Ron DeSantis decidió disolver el contrato y envió el proyecto de ley al Congreso que, posteriormente, la votó.
"Una campaña selectiva de venganza gubernamental -orquestada a cada paso por el gobernador DeSantis como castigo por el discurso de Disney- amenaza ahora las operaciones comerciales de Disney, pone en peligro su futuro económico en la región y viola sus derechos constitucionales", indicó la compañía en su demanda presentada ante un tribunal federal del norte de Florida.