La Cámara de Casación Penal dio por oficialmente radicada en la Sala IV la causa por la construcción de obras en Santa Cruz, expediente conocido como Vialidad, y le dio 48 horas a todas las partes para que sostengan la apelación del fallo que condenó a Cristina Fernández de Kirchner y a otros ocho imputados. La notificación llegó este miércoles con la firma únicamente del presidente de la Sala, Gustavo Hornos. En ese plazo, o sea antes del viernes, varias defensas, incluyendo la de CFK, recusarán a los magistrados Hornos, Mariano Borinsky y Javier Carbajo. Los primeros dos, por las numerosas visitas a Mauricio Macri en Olivos y Casa Rosada, mientras que el juez Carbajo ya opinó sobre el expediente en otra causa, la llamada Ruta del Dinero. En aquella oportunidad sostuvo que el delito precedente era la obra pública de Santa Cruz, es decir que ya dio por supuesto que lo de Vialidad fue un delito. Del otro lado, también los fiscales tendrán que sostener su apelación por el sobreseimiento de cuatro imputados y, en especial, porque el fallo del Tribunal Oral desestimó el delito de asociación ilícita. Pretenden que a Cristina la condenen a 12 años de prisión, o sea que le dupliquen la condena actual.
Los movimientos de esta semana parecen sólo pasos procesales, pero lo que se debate es la cancha inclinada de casi toda la justicia federal cuando se trata de Cristina Kirchner o sus funcionarios. Lo que llaman el lawfare. En este caso la cuestión es muy notoria porque Borinsky y Hornos estuvieron en encuentros privados con Macri quien visiblemente estaba interesado en la condena de los integrantes del gobierno peronista. Borinsky fue a la quinta presidencial a jugar al paddle y Hornos mantuvo reuniones tanto en Olivos como en Casa Rosada. La cuestión ya fue planteada varias veces, entre otros por Carlos Beraldi y Ari Llernovoy, los abogados de CFK, quienes señalaron que se trató de encuentros con alguien evidentemente interesado en una condena, ya que el expresidente usó todos los organismos del Estado para ir contra Cristina, empezando por Vialidad Nacional, entonces a cargo del ultramacrista Javier Iguacel. También suena insólito que Borinsky y Hornos sigan interviniendo en una causa en la que ya rechazaron todas las apelaciones que en su momento presentaron las defensas.
El caso del juez Carbajo es aún más grosero. El magistrado intervino en La ruta del Dinero, aquella causa que se centraba en los fondos que Lázaro Báez sacó de la Argentina hacia bancos suizos. Fueron unos 55 millones de dólares puestos a nombre de sociedades armadas en Panamá. Los fondos tenían como últimos beneficiarios a los hijos de Báez. A lo largo de los años que duró aquel expediente, el macrismo y la justicia alineada con Juntos por el Cambio hicieron todo lo posible por meter a CFK como imputada, pero no se encontró ninguna prueba que ligara a la exmandataria con el dinero. Quisieron instalar, incluso con operaciones de la Agencia Federal de Inteligencia, que Báez era testaferro de los Kirchner y lo que se determinó es que todas las empresas, las sociedades y hasta el testamento del constructor siempre tuvieron como últimos beneficiarios a sus hijos y esposa del constructor. Más allá de esas evidencias, en su resolución, Carbajo sostuvo que los fondos provenían de la construcción de rutas en Santa Cruz, lo que evidencia que ya tiene postura tomada y que hay fundadas sospechas de parcialidad.
El camino lógico entonces es que varias defensas recusen a los magistrados de aquí al viernes. En ese caso, se abren dos posibilidades:
*Que los jueces rechacen in límine -de volea- la recusación. En el caso de Borinsky y Hornos aceptar la sospecha de parcialidad sería un bombazo a todo el edificio de Comodoro Py, porque ambos intervinieron en una enorme cantidad de causas contra Cristina y los integrantes de su gobierno. Si se produce ese rechazo, las defensas tendrán que ir con el recurso a la Corte Suprema.
*Que la Sala IV admita que no puede resolver su propia recusación en cuyo caso se sorteará otra sala de la Casación para que decida.
La siguiente etapa será la convocatoria a una audiencia para que cada parte -las defensas y los fiscales- amplíen los fundamentos de los recursos, oportunidad en la que tal vez, nuevamente se escuchará la palabra de Cristina haciendo su propia defensa.
Para dar una idea de los tiempos, el Tribunal Oral Federal 8 sobreseyó a los imputados en la causa por el Memorándum con Irán en octubre de 2021. La audiencia por los recursos a la Casación se hizo en noviembre de 2022, 13 meses después. Y el fallo estará esta semana o la que viene. O sea, un año y medio de proceso.
En Hotesur-Los Sauces, el TOF 5 sobreseyó a Cristina y su familia por inexistencia de delito en noviembre de 2021, las audiencias se hicieron en noviembre de 2022, y la resolución de Casación estará, al mismo tiempo que el expediente Memorándum, en los próximos días. También casi un año y medio.
Si se toman en cuenta estos precedentes, lo más probable es que las audiencias en Casación por los recursos de Vialidad sean a fin de año y que no haya resolución hasta 2024. Sin embargo, Cristina Kirchner sospecha que, si se postula como candidata, éstas y otras causas avanzarán a un ritmo impensado para continuar con la persecución.