El duelo en el Estadio Municipal de la Cisterna que protagonizan San Lorenzo y Palestino comenzó con una intensidad previsible. Es que ambos equipos llegaron a su compromiso con la obligación de sumar su segunda victoria en la Copa Sudamericana, para no complicar la clasificación a la siguiente instancia.
En los primeros movimientos, el dueño de casa amenazó con la apertura del marcador, y unos instantes más tarde Adam Bareiro le propinó una violenta patada a Benjamín Rojas, que pudo derivar en una sanción de expulsión. Sin embargo, el árbitro Carlos Andrés Betancur se limitó a sancionar la infracción sin mostrar ninguna de sus tarjetas. Lo llamativo fue que el VAR no llamó al colegiado a revisar la acción.
Con el transcurso de los minutos, el combinado liderado por Ruben Darío Insua optó por replegarse para apostar por los contragolpes comandados por el Barrios, para abastecer a la potencia ofensiva a cargo del goleador paraguayo y Vombergar. Pero la falta de profundidad atentó contra el espectáculo, y los protagonistas se fueron al descanso sin emociones.
En el complemento las actitudes agresivas continuaron ante la pasiva actitud del árbitro. Un codazo de Rafael Pérez sobre Maximiliano Salas fue otra muestra de la falta de carácter de la autoridad, dado que el colombiano sólo fue amonestado por esa falta. La respuesta del delantero argentino se basó a pura velocidad, para escaparse entre los centrales y reventar el palo de Batalla que mantuvo con vida al visitante.
El sonido metálico despertó al elenco de Boedo. Y a través de la vía aérea estuvo cerca de llevarse el triunfo, dado que un cabezazo de Vombergar que Suárez desactivó sobre la línea fue la más clara. Cuando parecía llevarse por delante a su rival, San Lorenzo se quedó con uno menos por la expulsión a Gattoni por una falta contra Rigamonti.
A pesar de la inferioridad numérica, los visitantes se las ingeniaron para seguir buscando el triunfo que nunca llegó. La potencia del esloveno se asoció en más de una ocasión con Cerutti y Hernández, pero el ex atacante de Sarmiento nunca resolvió bien.