Desde sus primeras actuaciones siempre llamaba la atención, se la mencionaba como “morena”, “de color” o “chicas de su raza” y resaltaba que no quería seguir siendo parte de las actuaciones en las que solo estaba reservado el lugar de las personas afro para representar al candombe o a una sirvienta. Y si no se conseguía una persona afro directamente se optaba por pintar a un actor blanco para que simule ser negro. Rita Montero por supuesto no renegaba del candombe pero quería mostrar que podía representar otras cosas. Así fue cuando la intentaron convencer para que gire su carrera y se dedique a ser una vedette. Ella no quería seguir esa carrera artística porque sabía que era una carrera corta, que solo duraba unos años. Sin pensarlo en aquel entonces Rita no quería ser una mujer objeto, que se la iba a descartar cuando su cuerpo ya no esté en los estándares de las vedettes.
Allá por 1817 la Sociedad del Buen Gusto del Teatro prohibía terminantemente el acceso de lo afro al escenario y disponía la eliminación de las guitarras en el acompañamiento de las tonadillas. Pasaron los años, cuando Rita llegó a los escenarios las crónicas de la época todavía recordaban esa caduca lamentable prohibición a la que Rita se enfrentaba. Ya contemporáneamente a la vida de Montero, Libertad Lamarque propiciaba la incorporación de las guitarras tocadas por afros en sus presentaciones. Rita resaltaba la actitud de su compañera.
La casa donde se crió Rita Montero era siempre visitada por músicos. La bohemia estaba presente casi todos los días, y allí fue cultivándose su interés por la música.
La carrera de Rita Montero
A lo largo de su carrera actuó en varias películas durante la época dorada del cine argentino junto a importantes figuras de la escena nacional como George Rigaud, Silvana Roth, Olga Zubarry, José Ruzzo, Guillermo Battaglia, Alberto Barcel, Enrique Chaico, Pablo Cumo, Enrique Muiño, Amalia Sánchez Ariño, Margarita Corona, entre otros.
Su carrera no solo se centró en Buenos Aires sino que actuó en diversas localidades de la Provincia de Buenos Aires, Chubut, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Salta, San Juan, Santa Fe y Tucumán; en el exterior, en diversas localidades sudamericanas: Montevideo (1957 y 1976), Santiago de Chile (1957, 1959 y 1963), Lima (1964), Porto Alegre y San Pablo (ambas en 1973).
Ya en 1943 participó como actriz en la película Juvenilia, donde Rita recuerda que se mostraba el candombe más real ya que se contratan afroporteños para que lo interpreten y no a actores que hagan una recreación. Luego su carrera a través de la década del ´40 y ´50 se desarrolla por más de diez películas, participando en algunas como Sangre Negra, donde también participó en su versión teatral junto a Narciso Narciso Ibáñez Menta en el Teatro Nacional.
Rita tenía innumerables anécdotas sobre la Casa Suiza y el Shimmy Club, donde pasaba buena parte de la comunidad afroporteña a bailar, reencontrarse y celebrarse. Rita no llegó a presentarse para actuar en el Shimmy pero sí formaba parte de la comunidad que concurría.
Como cantante interpretó tangos, jazz, la música melodía y tropical en varios café concert, confiterías y boítes.
Rita tenía una gran admiración por Oscar Aleman, como músico y como persona. En una entrevista contó que lo iba a ver siempre cuando tocaba en el Richmond y que luego era otro de los bohemios que solían visitar su casa. Gabino Ezeiza el reconocido payador fue otro de los personajes públicos que visitaba la casa de Rita.
A Rita le gustaba trabajar más como solista que en bandas o en conjuntos, así no depender de otros. Con su trabajo llegó a conocer grandes personalidades de la cultura por fuera de la comunidad. Por ejemplo en una entrevista contó que durante su trabajo en Córdoba capital forjó un compañerismo con Goyeneche. Ambos tocaban en cabarets contrarios pero se esperaban para ir a tomar un café cuando finalizaban sus presentaciones. Así es como la bohemia la fue acompañando a lo largo de su vida.
También se fue relacionando con grandes figuras que visitaban el país. Por ejemplo realizó las gestiones necesarias para poder reunirse con Joséphine Baker cuando ésta visitó el país. Por citar otro de los tantos casos cuando se presentaban los Harlem Globetrotters también se hacía presente para poder compartir unos momentos con ellos.
Así como otras actrices y cantantes de la época era común su paso por el teatro para luego pasar a la radio o la televisión. En radio hizo algunas presentaciones en Radio Belgrano y Radio El Mundo. Fue lady crooner de la orquesta de Barry Moral y de la Jazz Casino de Tito Alberti. Grabó tres placas discográficas, uno con la reconocida RCA Víctor en 1961. También cantó en la Compañía de Katherine Dunham en el Teatro Casino.
Debutó en la televisión con Piel Morena en los comienzos de Canal 7.
Rita recuerda que su abuela siempre decía sobre la época de la esclavitud: “Todos no se van a morir, alguien va a quedar para contarlo”. Rita vivió para contarlo y todos la recordamos como una de las grandes de la bohemia afroporteña.
Nota publicada originalmente en el periódico “El Afroargentino”, año IV, n°8, noviembre de 2018.