Soy fan de muchas cosas, fan de fotos, obras, canciones, películas y personas. Soy fan de ser fan, pero más que nada soy fan de "The Past is a Grotesque Animal", mi canción favorita de todos los tiempos. Es el tema que más escucho cada año según Spotify. Dura casi doce minutos, es hipnótica y desgarradoramente hermosa. Tiene una frase que dice Las cosas podrían ser diferentes pero no lo son. Me encanta y me destruye. No se muy bien por que. O si. Quizás porque como muchas de las cosas que me gustan es simple y genial. Es de of Montreal, el grupo que es oriundo de Athens, Georgia, como sus vecinos, los R.E.M.

Enséñame algo maravilloso

Recuerdo que la primera vez que la escuché fue hace un montón de años, allá por el 2007 cuando salió Hissing Fauna, Are You The Destroyer? Estaba trabajando en unas fotos en mi casa de aquel entonces y como tenía una jornada larga frente a la computadora, aproveché para escuchar algunos discos nuevos. Puse el de of Montreal y lo escuché de fondo mientras retocaba en Photoshop. Nada de lo que sonaba me llamó la atención, me gustaba pero no mucho más. Hasta que de repente llegó el séptimo track, "The Past is Grotesque Animal". Lo primero que me atrapó fue la música. El comienzo del tema tenía algo especial. El sonido de los sintetizadores, los teclados y la guitarra que anteceden la entrada del bajo y la batería crean un clima enrarecido que contrastaba notablemente con lo que venía escuchando. La base rítmica sostiene durante todo el tema una bellísima monotonía que recuerda a algunas canciones de Joy Division. A esa altura había dejado las fotos que estaba retocando y solo podía escuchar eso que cambiaría todo. El tema se había apoderado de mí, sin saber de qué hablaba, me transportó a otro mundo. Cómo cuando vi Carretera Perdida (David Lynch, 1997) por primera vez, no estaba seguro de haber entendido mucho de lo que había visto, pero mi cabeza ya no era la misma que dos horas antes. Algo había cambiado. Me fijé como se llamaba esta canción tan hermosamente extraña que acababa de escuchar. El pasado es un animal grotesco. ¿Qué querría decir eso? No sé pero es hermoso, pensé.

Queremos que nuestra película sea hermosa, no realista.

Alguna vez escuché o leí, ya no recuerdo, que una obra de arte tiene la misión de conmover. No estoy del todo de acuerdo con esa máxima, pero con esta canción me pasa eso. Me conmueve completamente. Me hace llorar, me alegra, me genera bronca, me llena de energía, a veces siento que me representa más que ninguna otra cosa que existe.

Terminó de sonar y le di play una vez más. Ahí si pude prestarle atención a la letra. Kevin Barnes, cantante y compositor de la banda, canta y sus frases son demoledoras, son para imprimir en remeras, tatuarse o grafitear en las calles. Barnes pone en palabras cosas que todxs pensamos o sentimos alguna vez: Es tan vergonzoso necesitar a alguien como yo a ti ¿Cómo puedo explicarlo? Te necesito aquí y no aquí también. La letra va y viene todo el tiempo entre una historia de amor que no funcionó y los efectos que esto tiene sobre él. La batería y el bajo mantienen la misma monotonía del principio y pasados los cuatro minutos se suma un coro, también repetitivo que se mantiene de esta manera hasta el final de la canción. Como si hiciera falta, el coro le aporta aún más épica a la canción. Kevin se pregunta si está siendo mitificado como él lo hace con su pareja, ¿ex pareja? y respondiendo esa pregunta sin respuesta canta una de mis frases favoritas, Queremos que nuestra película sea hermosa, no realista, como si de esa manera, y como dice Nick Cave en 20.000 días en la tierra (Jane Pollard, Iain Forsyth, 2014), pudiera mantenerse aferrado a ese recuerdo mitologizado y editado de la persona en cuestión.

Pero al menos soy el autor de mi propio desastre

Ese día me obsesioné con la canción y la escuché más de 10 veces, recuerdo que durante alguna de esas veces imaginé la potencia que tendría en vivo. Desde entonces, cada vez que sonaba pensaba en cuando por fin pudiera ver y escuchar la versión en directo de esta pieza que tanto me gustaba.

En el año 2010 se estrenó una obra de teatro de Mariano Pensotti que llevaba por nombre el título del tema de of Montreal. Pensé que había encontrado a alguien más con mi misma obsesión. Quise ver la obra, quise conocer al autor pero por una cosa o por otra no la vi ni conocí a Mariano. No suelo ir mucho al teatro. Todavía me arrepiento de no haber ido.

La banda vino dos veces a Buenos Aires, las dos veces tocó en Niceto. La primera fue en el año 2012. No recuerdo bien por qué, pero no pude ir. Me enteré por gente amiga de que ese día cerraron el primer bloque del show con "The past is Grotesque Animal". Pensé que había perdido la oportunidad de encontrarme con mi canción favorita. Seis años después volvieron y esta vez sí pude ir. Fuimos con Agus y Tami, llegamos temprano y tomamos algo en la barra mientras esperamos que empiece el recital. El show fue corto e intenso, un gran concierto pero al terminar no habían tocado mi canción. Pensé que saldrían a tocar algunos bises y ahí sí la podría escuchar en vivo, pero no, no volvieron al escenario. Se prendieron las luces del lugar y salimos.

Todavía tenemos pendiente nuestro encuentro, El pasado es un animal grotesco y yo. Quizás suceda algún día parados en un festival sueco discutiendo la “Historia del ojo”.

Las cosas podrían ser diferentes pero no lo son.

Manuel A. Fernández es artista visual, trabaja principalmente con fotografías y expuso sus obras en Argentina y el exterior. Obtuvo el primer premio de fotografía en el Salón Nacional de Artes Visuales. Musicalizador ocasional, vive y trabaja en Buenos Aires.