Rosario volvió a estremecerse con una saga de cinco asesinatos en 24 horas, y con semejante estridencia, la violencia urbana volvió a instalarse en la agenda política. Sobre todo porque algunos crímenes resuenan más que otros si la dinámica del hecho y la víctima reúnen ciertas circunstancias. Como el asesinato de Mauro Villamil, antenoche, mientras hacía las compras para un asado entre compañeros de trabajo y cayó bajo los disparos de una balacera a la verdulería en la que se encontraba como cliente. Este homicidio disparó ayer a la tarde un paro de cuatro horas en señal de duelo y protesta en las estaciones de servicio y en el servicio de taxis de Rosario, ambos gremios al que Villamil pertenecía, oficios que sobrellevaba para mantener a su esposa y sus tres niños.

La situación trocó por la tarde en una reunión repentina entre el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, el de Gestión Pública, Marcos Corach, y la plana mayor de jefes policiales de la Unidad Regional II. La junta trascendió en sus inicios con un rumor de fin de ciclo para el ex comandante de Gendarmería del gabinete de Omar Perotti. Pero terminó con Corach ratificando a su colega en el cargo. 

El ministro Brilloni fue ratificado en el cargo por su par Marcos Corach

Y como colofón del aciago día, el intendente Pablo Javkin no rehuyó opinión cuando citó a la prensa en un sitio de obra pública. "Si hubiera más patrullero habría menos delito", protestó el jefe municipal y ya no con una réplica a la lejana Buenos Aires, sino al Ejecutivo provincial, campaña electoral abierta mediante.

“No podemos seguir aceptando esto, porque es un problema de recursos, plata que se guarda en lugar de ponerla en el cuidado de la ciudad”, reprobó el jefe del gobierno local cuando a los cinco crímenes en Rosario entre las noches del martes y del miércoles hubo que agregarle dos más: el fusilamiento mafioso de dos jóvenes en las afueras de Villa Gobernador Gálvez. Unos 106 asesinatos en el departamento Rosario en lo que va del año.

El intendente apuntó a una discriminación presupuestaria en beneficio de la ciudad de Santa Fe y en detrimento de Rosario, y allí posó la tasa de homicidios de esta ciudad como consecuencia directa de esa administración. "No se aguanta más, no tenemos por qué soportar este maltrato. Hay menos policías y brigadistas de homicidios que en la ciudad de Santa Fe", recriminó. En este sentido, pegó en un flanco recurrente que la oposición le enrostra a la gestión Perotti: el ahorro de dinero en el banco y el retaceo a las demandas de inversión pública.

"No puede ser que el problema sea la falta de recursos. No podemos seguir aceptando que se guarde la plata de todos y no haya policías en la calle. Si tenemos más patrulleros, hay menos delito. El problema es claro: falta prevención e inversión", fustigó el titular del Palacio de los Leones. Lo dijo mientras mostraba a las cámaras de TV tareas de urbanización en el barrio Tío Rolo, entre cuadrillas municipales y la Compañía de Ingenieros del Ejército Argentino.

Javkin enfatizó su enojo en rueda de prensa, y también le prodigó un palo al sistema judicial penal: "Ojo con las salidas transitorias, ojo a quién sueltan, porque después nos asombramos de que se recaliente una zona", inquirió.

"Había que conseguir tecnología, la gestionamos con Nación y la conseguimos. Conseguimos tecnología en balística que no sólo resuelve un crimen, sino que salva vidas porque previene el siguiente. Había que urbanizar los barrios, lo estamos haciendo. Estamos en Tío Rolo y Puente Gallegos, estamos en Vía Honda, lo vamos a hacer también en La Tablada", planteó el intendente a tono con el eslogan municipal de esta gestión "Hacemos nuestra parte".

Por la tarde, el ministro Brilloni acudió a la reunión con Corach y los jefes policiales rosarinos. A la salida, y luego de ser ratificado en su cargo, el titular de Seguridad reconoció que el resultado de su gestión hasta aquí no lo deja conforme. Como contrapartida, enumeró que en estos cuatro meses la policía detuvo a 1070 personas por delitos contra la propiedad y portación ilegal de armas, que apresó a otras 120 que tenían pedido de captura pendiente, y que sacó de la calle 300 armas de fuego.

Pero confrontado con el dolor directo de las cinco familias de las víctimas caídas desde el martes, Brilloni asumió que esa violencia letal proviene de "la alta circulación de armas que existe en la calle", y el grado de violencia en "lugares de alta conflictividad y vulnerabilidad social, cuando en el medio hay cuestiones, de droga o deudas, extorsiones y amenazas".

Corach, por su parte, descargó:  "Quiero ratificar que, ante rumores malintencionados, el ministro es Claudio Brilloni", dijo. Deslizó que a los jefes de la URII les exigieron mejores resultados en la prevención del delito y la circulación de armas.

Horas antes, el sindicato que agrupa a los trabajadores de estaciones de servicio dispuso un paro de 18 a 22, en duelo por el crimen de Mauro Villamil, empleado desde hacía 17 años en el surtidor Shell de 27 de Febrero y Corrientes.

"Le pudo haber pasado a cualquiera. Si bien no pasó en una estación de servicio, era un compañero de gran prestigio y queremos ser solidarios con la familia y con el dueño de la estación de servicio", explicó Miguel Ángel Benitez, secretario gremial del sector en Rosario.

Villamil también era peón de taxi. Lo hacía entre cuatro y seis horas diarias, alternando su oficio de playero de estación con el taxi de su padre. Por esa razón, también ayer hubo paro de taxis de 18 a 22, decretado por el Sindicato de Peones de Taxis.