El gobierno bonaerense acaba de poner a salvo 132 obras de Florencio Molina Campos, uno de los artistas argentinos más populares y difundidos. El procedimiento que rescató una importante parte de la "pinacoteca de los pobres", como la llamaba su autor, fue realizado en San Antonio de Areco y puso este acrvo bajo custodia del Instituto Cultural de la Provincia.

La intervención oficial es el final de varios años de disputas y entredichos, y en buena medida el resultado de intervención de la Fundación Molina Campos, en noviembre de 1979. El interventor, Denis Turnes, puso el énfasis en recuperar siete obras que estaban en guarda en la Universidad Nacional de San Antonio de Areco y 125 que se encontraban en el Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes.

El trabajo de recuperación tomó doce horas a cargo de un equipo de especialistas de la Dirección Provincial de Patrimonio, del Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo y de Cultura en Territorio. Como asesor estuvo el conservador de museos y restaurador Aldo Orsetti. El traslado de este acervo fue costoso y complicado, con una empresa especializada en transporte de obras de arte, un seguro, custodia privada y un escribano. Los empleados del Güiraldes entregaban las obras, los especialistas del gobierno bonaerense las identificaban, inspeccionaban y medían, y el escribano las asentaba en un inventario con un primer comentario sobre su estado.

La Fundación fue creada por la viuda del artista, Elvira Ponce, para preservar su patrimonio y tiene un museo dedicado en Moreno, donde se guardan 850 obras, calendarios, fotos, papeles y otros elementos. Turnes fue designado interventor el año pasado en reemplazo de Adolfo Güiraldes, que la dirigía desde 2019, luego de la llamativa aparición de un cartel de venta en la sede del museo durante la pandemia.

El interventor descubrió que la Fundación tenía un nivel de desorganización que calificó de importante, con el ejemplo de que ni siquiera tenía un número de cuit ni había hecho nunca una presentación contable. En 2021, el Museo y su acervo fueron declarados patrimonio histórico de la provincia, lo que posibilitó una denuncia preventiva ante la Inspección General de Justicia y la intervención.

“Fue un litigio complejo de resolver. Sin dudas, fue más sencillo solucionar la restitución que dependía de la universidad; el municipio fue más reticente pero finalmente esta semana firmó el acuerdo de rescisión y entregó las obras”, explicó Turnes. Que agregó que “los empleados del Güiraldes pusieron lo suyo con un trabajo súper profesional en el traslado”.

Las piezas ahora esperan ser objeto de un inventario minucioso con detalle y análisis. “Tenemos que analizar el estado de conservación porque algunas obras tenían manchas de humedad y hay que ver si tiene que iniciarse un proceso restauración; la idea es que ese trabajo se concrete para que en el menor tiempo posible puedan ser exhibidas”, explicó el interventor.

“Es una colección impresionante que va a poder dialogar con las más de 850 piezas de la colección privada del artista que el año pasado se encontraron en un local, algo abandonadas. Ahí hay fotografías, cuentos, libros y objetos de Molina Campos que en parte explican su carrera. Entonces, a futuro se abre un enorme trabajo de curaduría para poder vincular ambas cosas”, repasa Turnes.

Areco preserva otra colección de obras de Molina Campos en el museo Las Lilas, que también tiene un acervo del gran humorista porteño Luis J. Medrano.