Los combates continuaban siendo intensos este viernes en Jartum --capital de Sudán-- y en otras zonas del país, pese a que era el segundo día de la tregua de una semana firmada por los bandos contendientes.
El Ejército sudanés sigue buscando arrebatar posiciones ocupadas por el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en el centro de Jartum, reanudando los combates cerca del Palacio Presidencial, explicaron residentes de la zona, quienes escucharon explosiones y el sonido de armas pesadas. Mientras, los aviones de combate sobrevolaban Jartum Norte, donde las FAR están posicionadas y se libra una feroz batalla.
"Nuestras unidades está completamente listas para enfrentarnos ante una nueva incursión", dijeron las Fuerzas Armadas al observar que miembros de las FAR se están concentrando en Jartum Norte y en el este de la capital, obviando la pausa humanitaria.
Las víctimas infantiles
El Sindicato de Médicos de Sudán indicó que el jueves ocurrió uno de los peores ataques de los últimos días contra civiles en la ciudad de Al Obeid, al suroeste de Jartum. Los enfrentamientos entre los dos bandos en la capital de Kordofán del Norte, uno de los principales del conflicto, acabaron con la vida de al menos diez civiles --incluyendo siete niños-- y otros veinte resultaron heridos.
"Los combates continúan y se espera que el número de muertos y heridos aumente. El Hospital de Al Obeid sufre ahora cortes de energía y los generadores se están quedando sin combustible con la acumulación de heridos y la falta de bolsas de sangre", dijo el sindicato en su cuenta de Facebook.
De acuerdo a las cifras del sindicato, siete de cada diez hospitales en las zonas de conflicto han dejado de funcionar, mientras que el resto lo hace de manera total o parcial. Y recordaron que esta "guerra" está cobrando la vida de los sudaneses de manera directa e indirecta "por la falta de servicios de salud, la imposibilidad de obtenerlos y el peligro de propagación de enfermedades, en medio de la lenta respuesta de la comunidad internacional a los reiterados llamados de asistencia médica y alimentaria, y a ejercer presión para obtener salvoconductos seguros".
Los desplazados
El sindicato de médicos señaló que el "regreso de las batallas a la ciudad de Al Obeid amplía el alcance de la guerra absurda para incluir la capital, Jartum con sus tres ciudades, y la ciudad en llamas de Al Geneina en Darfur Oeste, además del caos de seguridad y ausencia del Gobierno en la ciudad de Zalingui, en el estado de Darfur Central".
Estos son los principales focos actuales del conflicto en Sudán, ya que varias partes del país africano viven en relativa calma, como el estado del Norte y Port Sudan, en el este, que se ha convertido en una especie de capital provisional a la que está llegando a cuentagotas la ayuda humanitaria, y donde se han trasladado la misión de la ONU y algunas embajadas.
El jefe adjunto de la Cámara de Transporte, Bashir Abdel Salam, informó que el movimiento de desplazados desde Jartum a otros estados o a países vecinos se ha reducido en los últimos dos días, porque los enfrentamientos se concentraron en solo unas zonas de la capital.
"Ha habido una disminución en la huida de ciudadanos de Jartum a países vecinos en los últimos dos días", dijo Salam y señaló que los autobuses que se dirigían a los cruces con Egipto solían ser de 50 por día, mientras que ahora se han reducido a 35.
Egipto sigue siendo el país que más sudaneses está recibiendo por los pasos fronterizos terrestres con más de 52.000 hasta el día de hoy, según la ONU.
Los datos de la OMS
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estimó que al menos 190 niños han muerto y otros 1.700 fueron heridos desde que estalló el conflicto hace tres semanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que al menos 551 personas han muerto desde el 15 de abril. Aunque se cree que las cifras reales podrían ser mayores, ya que solo incluyen casos que llegaron hasta establecimientos médicos para ser atendidos.
Las organizaciones humanitarias están reportando diversos tipos de violaciones de los derechos humanos, incluidos ataques indiscriminados contra civiles, violencia sexual, saqueos y una criminalidad generalizada.
Entre las infraestructuras más afectadas están las médicas, desde centros de atención primaria hasta hospitales, que han sido objeto de ataques de distinto tipo con 28 incidentes reportados.
La OMS indicó que, como consecuencia de ello, sólo el 16 por ciento de los establecimientos médicos en la capital Jartum --la zona urbana más afectada por los combates-- operan a toda su capacidad y el 60 por ciento ha dejado de funcionar completamente. El resto brinda atención parcial.
Ocho personas han muerto en los ataques contra las instalaciones sanitarias, indicó la portavoz de la OMS, Margaret Harris. Los combatientes impiden a la gente acceder a la atención médica, saquean, ocupan por la fuerza las instalaciones o perpetran ataques violentos contra éstas, explicó la portavoz a la prensa en Ginebra.
El drama de los refugiados
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió que ningún país del mundo retorne a los sudaneses a su país, sean estos refugiados o migrantes, por la extrema inseguridad y el riesgo que esto puede suponer para sus vidas.
Según las cifras del organismo, hay 845.000 sudaneses refugiados, la gran mayoría en países vecinos, pero también en Europa, Norteamérica y Malasia, además de un número indeterminado que son trabajadores migrantes.
"Los refugiados y migrantes en el exterior, aunque no formen parte del sistema de asilo, no deben ser retornados o expulsados, ni siquiera si tienen visados o pasaportes vencidos", declaró a la prensa en Ginebra la directora de Protección Internacional de ACNUR, Elizabeth Tan. Y agregó que se está hablando con los gobiernos de los países vecinos de Sudán para que mantengan sus fronteras abiertas y que las autoridades están asegurando que así se hará.
En las primeras tres semanas de conflicto, 113.000 sudaneses han escapado del país. La mayoría llegó a Chad desde Darfur y otros intentan entrar a Egipto desde Jartum. Según ACNUR, la situación es difícil en la frontera con Egipto con un gran número de sudaneses a la espera de cruzar al país vecino: antes deben completar los trámites establecidos por las autoridades nacionales.