A pesar de que Cristina Kirchner diga que ella ya dio "todo" lo que tenía que dar, a pesar de que les entregó el bastón de mariscal y los riñó por usarlo para pelearse entre ellos, a pesar de que insiste en su inhabilitación electoral, el kirchnerismo no baja los brazos. El clamor por la candidatura de CFK no se amilana y, luego de unos días de incertidumbre post acto en La Plata, el "Cristina presidenta" recobra fuerza. "El Plan A, B y C es Cristina. Y estamos militando para eso", afirman fieles integrantes de la mesa que viene motorizando su candidatura. El Norte, hoy, es el acto del 25 de mayo que se está organizando en ocasión de los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner. La expectativa es que la ex presidenta participe, pero no es excluyente: la dirigencia K percibe cómo la situación económica está golpeando a la propia militancia y seguir sentados esperando una definición de la vice sería firmar una sentencia de muerte. En el mientras tanto, los planes alternativos que el núcleo duro cristinista rechaza mueven sus fichas, buscando dejar bien claro dónde están parados: Axel Kicillof en la Provincia de Buenos Aires, Eduardo De Pedro mostrándose como precandidato y Sergio Massa intentando enderezar la economía.
El kirchnerismo se encuentra en una situación paradójica: sabiendo del daño interno que genera continuar esperando, detenido, una señal de Cristina Kirchner, no puede hacer otra cosa que seguir esperando. Y, a su vez, le reconocen a la vice la misma paradoja: no puede anunciar su propia candidatura -porque temen que se acelere la persecución judicial en su contra o que sectores de la economía impulsen una nueva corrida desestabilizadora-, pero tampoco se puede seguir aplazando la decisión. Atascados en esta encerrona, los miembros de la mesa cristinista que se reúne cada dos semanas en Ensenada, tierra de Mario Secco, ensaya acciones y actividades para mantener viva la llama de la esperanza. Plenarios sindicales, volanteadas, jornadas militantes en distintos distritos, campañas específicas bajo la consigna "Cristina presidenta": la mesa de Ensenada viene preparando distintas intervenciones en el territorio bonaerense. Este sábado, por ejemplo, se impulsó una jornada de Salud titulada "Donde hay una necesidad, Cristina Presidenta".
En sintonía, el gobernador Kicillof también reforzará su campaña por la reelección en la provincia. Los actos, pintadas, reuniones, plenarios cumplirán un doble objetivo: arrinconar, por un lado, las operaciones que buscan empujarlo a la competencia nacional y, por el otro, traccionar voluntades para la propia CFK. Y es que el camporismo-cristinismo -que es amplio y diverso y hace meses viene manteniendo una profunda interna- sopesa que Kicillof fideliza como ningún otro dirigente el voto CFK. En la práctica, esa asimilación lo posiciona electoralmente como una buena opción B en caso de que la vicepresidenta no termine postulándose y el Plan Massa termine desinflándose frente a la realidad económica. El gobernador, sin embargo, no quiere saber nada de una candidatura a la Presidencia. "¿Le vamos a entregar la Provincia a Insaurralde? Así perdemos la Provincia y perdemos la Nación", niega, tajante, un funcionario cercano al gobernador. Otro dirigente del riñón de Kicillof, más diplomático, matiza: "Estamos en campaña de reelección hasta que se pruebe lo contrario".
La verdadera convocatoria, sin embargo, será la del 25 de mayo. En la fecha patria se cumplirán 20 años de la asunción de Kirchner como presidente y la mesa de Ensenada - que está integrada por figuras de PBA como Kicillof, Andrés "Cuervo" Larroque, Walter Correa, Carlos Bianco y Teresa García, sindicalistas como Hugo Yasky y Omar Plaini, intendentes como Secco y Jorge Ferraresi- está organizando un multitudinario acto en la 9 de Julio en su honor. El objetivo es que la ex presidenta sea la única oradora, pero su presencia no está confirmada aún y en el kirchnerismo insisten en que lo importante es lograr un acto masivo: "Es una fecha importante para todo el kirchnerismo. Habría que fumigar el país para evitar que hagamos un acto en la calle", acentuó un dirigente sindical.
Hasta entonces, la dirigencia cristinista ensaya una paciencia zen: "Falta más de un mes para el cierre de listas, no confundamos vértigo con velocidad", repiten algunes dirigentes que, más allá del gesto de despedida que CFK deslizó en La Plata, hoy se encuentran más convencidos que nunca de que la vice será candidata. El razonamiento es que la propia fuerza de las circunstancias económicas -con la sequía, la corrida cambiaria, la inflación y el insostenible acuerdo con el FMI- llevarán a que CFK decida "hacerse cargo". "Es la única que puede conducir en este momento", explican, como un mantra, cada vez que se discute el escenario electoral.
Es fervor, sí, pero fundamentalmente es supervivencia. Mientras que un sector del Frente de Todos hace cálculos para ver cómo llegar lo mejor posicionados a una elección general que, según indican todos los pronósticos, están destinados a perder, el cristinismo sostiene que hay una posibilidad (y solo una): el nombre de Cristina encabezando la boleta. En un contexto de virtual triple empate técnico entre Juntos por el Cambio, Javier Milei y el FdT, CFK se presenta como la única capaz de reunir los votos necesarios para ganar una primera vuelta. El ballottage, después, es otra historia. "Hay una realidad afectiva: si no está Cristina, no se mueven ni los militantes. Sus 'hijos', hoy, no llegan", reflexiona un referente sindical.
Estos "hijos" a los que se refiere el sindicalista bonaerense -el Cuervo Larroque, Wado de Pedro, Máximo Kirchner y Kicillof- vienen encarando sus propios movimientos. Larroque y Kicillof son las dos caras más visibles del operativo clamor de CFK. Máximo Kirchner, en cambio, se ha diferenciado públicamente en actos, remarcando la "proscripción" que pesa sobre su madre y la importancia de que ella sea, en definitiva, la gran electora interna.
Wado de Pedro, mientras tanto, es el único cristinista que se calza el traje de precandidato presidencial y se mueve buscando sumar apoyos políticos. El jueves pasado, por ejemplo, se reunió en el Senado con una veintena de senadores oficialistas que le manifestaron su respaldo. El ministro viene sumando las adhesiones de los propios gobernadores -el riojano Ricardo Quintela lo propuso públicamente como candidato para una PASO-, quienes lo ven como una opción cada vez más atractiva a medida que la candidatura de Massa se desinfla mientras intenta batallar con las turbulencias económicas y financieras. "Lo están sosteniendo un poco, le permite a Cristina tener una opción B y no quedar pegada a la opción Massa", aseguran en el Instituto Patria, haciendo alusión a la incomodidad que genera, en gran parte de la militancia (y dirigencia) kirchnerista, la postulación de Massa como candidato único para las presidenciales.
Las fichas se van moviendo en el tablero electoral del FdT, pero hasta que la incógnita CFK no se resuelva solo queda, una vez más, esperar. Algunos ojos están puestos en el 16 de mayo, cuando se realizará el Congreso del PJ. Otros no creen que la vice adelante nada antes de junio. "La doctora es litúrgica, esperemos a ver qué pasa el 25", propone, mientras tanto, un dirigente que se reúne cotidianamente con ella.