Este sábado en Italia un grupo de activistas por el medio ambiente tiñó de negro el agua de la Fuente de los Cuatro Ríos, situada en la plaza Navona de Roma, junto a pancartas en contra de los combustibles fósiles. La acción fue realizada por integrantes del colectivo Última Generación, con otras intervenciones en el país, en esta ocasión para alertar sobre el futuro “negro” al que se dirige el mundo.
"Nuestro futuro es tan negro como esta agua: sin agua no hay vida y con el aumento de las temperaturas estamos expuestos a la sequía, por un lado, y a las inundaciones, por otro", declaró Anna, una de las activistas participantes, quien fue detenida inmediatamente después de que arrojara carbón vegetal en la fuente diseñada en 1648 por el artista barroco Gian Lorenzo Bernini. El hecho fue filmado por decenas de turistas que estaban fotografiando el monumento alrededor de las 15.30 horas.
En total fueron cuatro los activistas que ingresaron a la fuente y fueron aprehendidos. La organización Ultima Generación, a la que pertenecen, es responsable de acciones similares en otras localidades italianas, y explicó que su objetivo era lanzar una "alarma" sobre "el futuro negro que espera a la humanidad".
En su manifiesto, el colectivo alertó que "el colapso ya está en marcha". “Los fenómenos extremos, cada vez más devastadores, como las inundaciones de hace días en la región de Emilia Romaña, son prueba de ello”, afirmaron los activistas, al tiempo que recordaron los dos fallecidos que provocó la catástrofe.
El mes pasado el gobierno italiano aprobó un proyecto de ley que podría castigar a los autores de actos vandálicos contra obras de arte, monumentos o bienes del patrimonio cultural con multas de hasta 60.000 euros, e incluso sanciones penales. "Los ataques a monumentos y lugares artísticos causan daños económicos a la comunidad. Su limpieza requiere la intervención de personal altamente especializado y la utilización de maquinaria muy costosa", declaró el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, quien se refirió a estos actos como "ecovandalismo".
El pasado 1 de abril Última Generación vertió un tinte negro en la histórica fuente de la Barcaccia de la Plaza España de Roma, construida entre 1626 y 1629. Antes, el 17 de marzo, otros dos jóvenes mancharon con pintura naranja el Palacio Vecchio de Florencia, sede del ayuntamiento, y fueron detenidos por el propio alcalde, Dario Nardella.
El pasado noviembre arrojaron sopa a un cuadro de Van Gogh en una exposición temporal de Roma y mancharon con pintura El Dedo, de Maurizio Cattelan, frente a la Bolsa de Milán, además de la escultura ecuestre de Vittorio Emanuele II frente al Duomo.
Por su parte, dos activistas están siendo juzgados en el Tribunal del Vaticano por dañar con pegamento el basamento de una escultura de Laocoonte en una protesta. "Pedimos al gobierno que deje de invertir inmediatamente los miles de millones que gasta en combustibles fósiles, principal causa de estas tragedias, y los destine a tomar medidas urgentes para proteger a los italianos", reivindicaron los activistas.