La economía creció 3,3 por ciento interanual en mayo, según el Indec. La suba es apenas del 1 por ciento en el acumulado anual. Más allá del rebote estadístico, el consumo popular continuó en retroceso. La consultora Scentia informó que las ventas de productos de consumo masivo (alimentos, bebidas, artículos de limpieza y tocador) cayeron 4,3 por ciento interanual en junio. El primer semestre del año, a pesar de la baja base comparativa, cerró con un declive del 4,9 por ciento. Para esa consultora, el consumo retrocedió 4,5 por ciento en 2016.

El macrismo proyectaba otro escenario en vísperas de las elecciones legislativas. Los datos duros obligaron a un reformateo del discurso. El consultor Durán Barba ordenó: “eviten hablar de economía”. En la coyuntura electoral, el gobierno intenta apuntalar el consumo con algunas medidas puntuales. Por ejemplo, el anuncio de una línea de créditos para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y pensiones no contributivas. Los préstamos tendrán un tope de 3000 pesos (a 12 meses) o 5000 pesos por hijo (24 meses), con una tasa de interés del 24 por ciento anual. 

El otorgamiento de créditos al consumo, con fondos de la Anses, es una mecánica inaugurada por el gobierno anterior. El kirchnerismo financiaba a jubilados y pensionados a través de la tarjeta Argenta. La diferencia es que, en aquellos años, los ingresos de jubilados, pensionados y beneficiarios de la AUH crecían en términos reales. 

El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) precisa que “en los casi seis años que transcurrieron desde la puesta en marcha de la AUH hasta el final de mandato de Cristina Fernández de Kirchner, la mejora del poder adquisitivo de la asignación gravitó en torno al 18 por ciento. En cambio, desde la asunción de Cambiemos el valor real de esta transferencia mermó en 8,6 por ciento”. El Observatorio realizó ese cálculo utilizando las cifras de inflación de la Consultora Bein, para evitar la polémica alrededor del IPC “kirchnerista”. 

“Comparando la evolución del precio de la leche respecto de la evolución de la AUH en el período diciembre 2015/junio 2017, se tiene que la pérdida del poder de compra de la Asignación en litros de leche fue de 43 por ciento. En tanto, la capacidad de compra de la AUH en harina cayó 40 por ciento, la capacidad de compra en huevos disminuyó 37 por ciento. Por su parte, también son significativas las mermas en carne picada (-31 por ciento), fideos (-27 por ciento) y pan (-23 por ciento)”, agrega el Observatorio. 

En la actualidad, el gobierno ofrece “sustituir” la pérdida de ingresos con endeudamiento. Por otro lado, el costo financiero del préstamo supera la inflación proyectada por las autoridades económicas. La tasa de interés real será muy positiva si se cumpliera el pronóstico oficial. En otras palabras, el repago del préstamo implicará una transferencia de recursos de los sectores vulnerables al Estado.

“Una forma alternativa de diseñar el préstamo de una manera menos onerosa para los futuros adquirentes hubiera sido pactar a la tasa de inflación esperada, en base a algún criterio objetivo, como el Relevamiento de Expectativas de Inflación, altamente promocionado por el Banco Central. Este mecanismo, tendría la ventaja accesoria de mantener una determinada correlación con el Índice de Movilidad previsional y de las prestaciones sociales, lo cual podría garantizar que la “capacidad de pago” de los futuros tomadores del crédito no se vea menguada”, concluye el informe

[email protected]

@diegorubinzal