El inicio de Sam - A Saxon (estreno de Star+ la semana pasada) se inicia con su protagonista en plena fuga. Las imágenes a campo traviesa contrastan con las de noche en Sajonia hacia 1989. El tipo corre a toda velocidad por las calles de Dresde y llama la atención. Es negro, mide casi dos metros, y persigue a una ambulancia en un país a punto de dejar de ser comunista. La aparición de un patrullero de la Deutsche Volkspolizei complica más el asunto. Finalmente, alguien suelta una de esas ofertas que no se pueden rechazar: “¿Alguna vez pensaste en unirte a la fuerza?”.

El hombre del título es Samuel Njankouo Meffire (Malick Bauer), el primer policía negro de Alemania del Este, incorporado a la fuerza en 1990, estrella mediática en los primeros noventas y posterior enemigo público número 1. La pregunta por la identidad germana es central, lo mismo por esa coyuntura que abarca los últimos suspiros de la RDA, la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana. Sam - A Saxon, entonces, está en línea con otras producciones recientes como Deutschand 83, Deutschland 86 y Kleo. La gran diferencia es que ésta incluye el etiquetado de “basado en hechos reales”.