Corría el año 1988 y la gestora cultural Susana López Merino tuvo la idea de hacer un festival de cine, en Mar del Plata, con películas dirigidas por mujeres. Convocó a María Luisa Bemberg y entre las fundadoras también estaban Lita Stantic, Sara Facio, Beatriz Villalba Welsh, Gabriela Massuh y Marta Bianchi. Ese mismo año se incorporó la conductora y periodista Annamaria Muchnik. Así nació la Asociación La Mujer y El Cine que, entre sus objetivos, busca estimular la labor de mujeres en el cine y los medios audiovisuales, delante y detrás de la cámara, difundir y exhibir obras realizadas por mujeres y disidencias, reflexionar acerca de los contenidos y promover personajes femeninos no cosificados ni que reproduzcan estereotipos de género, promover la equidad de género, y presentar un espacio de reflexión y debate que estimule la creación de nuevos contenidos con perspectiva de género.
A partir del 9 de mayo se realizará el Festival La Mujer y el Cine, con muchas novedades para los 35 años que cumple la institución. Esta edición contará con un Concurso Nacional de Cortometrajes destinado a realizadoras de todo el país, Concurso Work in Progress a películas nacionales en etapa de postproducción, Sección Panorama Nacional (muestra no competitiva de largometrajes, con las mejores películas del 2022 y estrenos 2023), Video Minuto (concurso para jóvenes realizadoras y para profesionales con piezas de un minuto filmadas con celular). Y habrá una Muestra en diferentes provincias.
El festival tendrá su apertura el próximo martes 9, con la proyección de Mariquita, mujer revolución, el nuevo documental de Sabrina Farji que indaga en la vida de Mariquita Sánchez de Thompson: será a las 20 en el Centro Cultural San Martín. La Mujer y el Cine finalizará el 14 de mayo en el Centro Cultural Kirchner. Estas dos sedes y el Malba son los tres lugares elegidos para las proyecciones, que serán con entrada libre y gratuita. También estarán disponibles de forma online en vivamoscultura.buenosaires.gob.ar.
Página/12 reunió para hablar de este acontecimiento a Annamaria Muchnik (actual presidenta de La Mujer y el Cine), Lita Stantic (una de las fundadoras), la realizadora Sabrina Farji (secretaria de la asociación), y la también cineasta y productora Vanina Spataro (Vocal de La Mujer y el Cine).
-En 1988, el machismo y el patriarcado tenían mucha más aceptación en la sociedad y en el mundo del cine que en la actualidad. ¿Se les hizo cuesta arriba fundarla? ¿Recibieron críticas o fueron denostadas?
Lita Stantic: -No recuerdo eso. Sí recuerdo cosas puntuales con María Luisa Bemberg, cuando ella empezó a filmar. Con la Mujer y el Cine, María Luisa ya estaba muy instalada. Había hecho Camila, por ejemplo, que fue una película de una repercusión muy grande. Entonces, ya había una aceptación. Al principio, sí, había dudas, a pesar de que ya desde su primera película la crítica la acompañó y el público bastante.
Annamaria Muchnik: -Era tan fuerte el grupo de mujeres, tan potente, y había un objetivo tan fijo y tan firme, que era difícil ponerse en contra. Además, en la primera etapa estaba Manuel Antín en el Instituto de Cine y tuvimos un apoyo, un empujón, pero no nos olvidemos que La Mujer y el Cine entró al Festival de Mar del Plata, estuvo ahí muchos años y después nos echaron. Directamente nos sacaron del Festival de Mar del Plata por decisión de un director del Instituto Nacional de Cine. O sea que, de alguna manera, esa persona dijo: "¿Por qué un festival de mujeres y no un festival de hombres?". Hoy, la explicación es muy simple: cuando empezó La Mujer y el Cine había menos de un 5 por ciento de directoras. Hoy llegamos a un 20, pero todavía es muy lejano equipararse.
-¿Qué sienten con el camino recorrido? ¿Qué logró instalar la asociación?
Sabrina Farji: -Primero, un gran camino de cosas que había instalado la primera etapa de La Mujer y el Cine. Fui al primero que se hizo en el Instituto Goethe y ese año dije: "El año que viene quiero estar ahí". O sea, me dio ese deseo de saber que había un lugar donde se iba a prestigiar mi tarea como directora. Es un lugar lindo para compartir y mostrar las películas. Esa primera etapa fue un espacio de deseo para las directoras donde poder presentar nuestras obras. También había películas que no podíamos ver de otra manera. Las películas que venían del exterior eran geniales y no se estrenaban. Entonces, era un lugar para abrir cabezas, no sólo para las mujeres sino para toda la cultura. En la segunda etapa hubo un momento en que La Mujer y el Cine dejó de ser parte del Festival de Mar del Plata y eso fue una herida muy grande porque nos dejó sin un espacio donde hacer las gestiones que queríamos. Pero también nos potenció. Entonces, pusimos el ojo en llegar a las nuevas realizadoras, a tratar de promover, a través de nuestras distintas secciones, las cosas que necesitamos las directoras, y las que trabajamos delante y detrás de cámara. Por un lado, el Concurso de Cortos, promoviendo las obras nuevas de jóvenes realizadoras. Y tenemos la sección WIP, que permite que se terminen largometrajes. Eso nos llena de orgullo: que nosotras desde nuestro festival podamos ayudar a cerrar en una etapa de posproducción de películas nacionales. Y también con la sección Panorama tratamos de multiplicar las posibilidades de pantalla de películas, algunas que se estrenaron y otras que se preestrenan o se estrenan en el festival. Tratamos de abarcar todo el abanico que tiene que ver desde la génesis de los proyectos hasta el camino final de la distribución.
A.M.: -Ese recorrido es de crecimiento o de necesidad de crecer, que tiene mucho que ver también con la actualidad de este país. O sea, con los mayores o menores apoyos que hemos tenido, con la mayor o menor posibilidad que tuvimos de expandirnos. Por ejemplo, traer gente de afuera, que al principio era bastante posible. En los primeros festivales trajimos a directoras número uno del exterior, cosa que si hoy quisiéramos hacer sería absolutamente imposible.
-¿Qué objetivos se mantienen desde su fundación y cuáles se fueron agregando con el correr del tiempo?
L.S.: -Hay algo que ha ido cambiando, como ha dicho Annamaria. Abogamos para que cambie más todavía, que es el tema de la mujer en el cine. Vengo de la época en que no era solo difícil ser directora: estar en un equipo era casi imposible. Fui a ver a una de las primeras personas que estuvo como jefe de producción en un equipo. Y el primer consejo fue "No se meta en el cine porque el cine no es para mujeres". Esto fue en 1960.
-¿Cómo notan las nuevas generaciones el legado que recibieron en la asociación?
Vanina Spataro: -Primero, es un gran compromiso mantener el legado que fuimos recibiendo de las fundadoras. Y tratamos de adecuar el festival a las necesidades de lo que es la Argentina actual y de las mujeres en la actualidad. Como bien decía Sabrina, el cortometraje es la primera entrada en el cine, sobre todo para las mujeres, porque es muy difícil que una óperaprimista acceda a recursos sin tener antecedentes para empezar en el cine. Entonces, siempre tener bajo el ala uno o dos cortometrajes que una pueda mostrar y demostrar que como mujer y directora pueda llevar adelante una narración, una historia, me parece que es el primer paso. Tal es así que nuestro concurso de cortometrajes año a año recibe más y más cortos. El año pasado, La Mujer y el Cine hizo algo que hacía tiempo que no se hacía: recorrer las provincias, pensando que esta era una manera de llegar a las cortometrajistas, las chicas que están estudiando en diferentes provincias. Y mostrar lo que hacemos y darles una entrada más facilitadora diciendo: "Estamos acá y lo que ustedes hacen también puede estar en el festival". Y este año fue el que recibimos más cortometrajes de directoras de distintas provincias.
-¿Creen que con toda la lucha del campo feminista la Asociación logró un reconocimiento que tal vez no tenía tanto en sus comienzos?
A.M.: -Van de la mano. Cuando se empezó a hablar de feminismo en este país fue bastante antes del festival. Creo que con la vuelta de la democracia en el '83, las escuelas de cine hicieron mucho, pero también el movimiento global en el mundo de feminismo que también nació muy lentamente porque hubo países que lo rechazaron de plano y otros países que, de a poco, adhirieron. En Europa arrancó con mucha fuerza porque tuvo mucho apoyo de mujeres intelectuales, de mujeres artistas, de mujeres que tenían mucho peso entre lo que se denomina “la intelectualidad del país”. Eso hizo que empezara a haber revistas, congresos… Yo misma estuve en el Festival de Beijing, China. O sea que, de alguna manera, eso contribuyó a que también aquí nosotras pudiéramos tomar esta posta. Pero lo importante también -por lo menos para mí en este momento- es decir que todavía queda mucho por hacer. Hace muy pocos días estuvimos viendo con las chicas la lista de cuáles producciones están candidateadas para el premio a la Mejor Película de la Asociación de Cronistas. Y son seis películas dirigidas por varones. Y el año pasado nosotras solas mostramos 22 películas dirigidas por mujeres. O sea que el año pasado se hicieron muchas películas dirigidas por mujeres. Entre esas seis películas dirigidas por varones, no había una o dos que merecieran estar para ser premiadas. Entonces, esto, lo que nos demuestra un poco es que todavía hay mucho por hacer.
L.S.: -Creo que la Asociación La Mujer y el Cine están instalada. No estoy participando mucho ahora. Participé al comienzo, pero creo que es algo que está instalado, que no puede bajarse. Y, además, cada vez vemos que hay más posibilidades de mujeres haciendo cine.
V.S.: -No digo un reconocimiento a la asociación, pero siento que, de golpe, pareciera que con la lucha de las pioneras feministas desde principios de siglo XX hasta ahora, recién el mundo se dio cuenta de que tenían razón. La sociedad está reconociendo que hay algo a cambiar, que el rol de la mujer no sólo en el cine sino en el mundo tiene que ser revalorizado, reconocido y que no hay un lugar que le sea esquivo a la mujer, donde la mujer no pueda participar. Y, a la vez, hay que reconocer el trabajo que hace doblemente, todavía como sostén de familia, sobre todo en pandemia. Cuando vi las estadísticas del Incaa, el año de pandemia decayó la cantidad de mujeres realizadoras; es decir, ¿por qué no filmaron las mujeres y sí siguieron filmando los varones? Las mujeres están muchas veces al cuidado de los hijos, de los padres… Entonces, me parece que el mundo empieza a darse cuenta de que la lucha lleva más de cien años y tiene un lugar en la sociedad mejor visto que antes. O sea, antes la gente lo veía, pero le daba mucho temor a hablar al respecto.
-En ese sentido, ¿cómo acompaña la asociación el cambio de paradigma que lograron las mujeres con su lucha y la recuperación de derechos?
S.F.: -Acompañamos comprendiendo esa realidad. Cada año nos proponemos objetivos nuevos. Tratamos de contribuir también con obra propia. La Mujer y el Cine produjo dos series el anteaño pasado. Convocamos a mujeres de distintas edades, trayectorias y profesiones para hablar de seis temas como, por ejemplo, violencia, maternidad y deseo, que son de libre uso. Sirvieron muchísimo como disparadores de distintos debates. Nosotras también los hemos usado cuando recorríamos las provincias y están a disposición. Por un lado, se trata de entender a las realizadoras y a las mujeres que están trabajando en el audiovisual. La gran mayoría de las que somos parte de La Mujer y el Cine somos realizadoras, y tratamos siempre de estar atentas a cuál es la coyuntura política y económica a nivel producción. Estamos muy comprometidas con esa realidad. Siempre tratamos de acompañar y creo que ese cambio de paradigma tiene que ver con cómo nos transformamos a nosotras mismas como asociación, cómo nos aggiornamos, cómo vamos más allá de nuestros propios límites.
Sección Panorama Nacional
*Mariquita, mujer revolución, de Sabrina Farji
*El tiempo perdido, de María Álvarez
*Trenque Lauquen, de Laura Citarella
*Paula, de Florencia Whebe
*La uruguaya, de Ana García Blaya
*El rostro de la medusa, de Melisa Liebenthal
*El amor vendrá como en un incendio forestal, de Laura Spiner
*Sobre las nubes, de María Aparicio
*Mujer perseverante, de Soledad San Julián
*Brujas del Cordobazo, de Luciana Dadone y Andrés Dunayevich
*Hedy Crilla, de Luciana Murujosa
*El lugar de Nora, de Silvina Ganger
*El silencio de los hombres, de Lu Lubarski
*Esa casa amarilla, de Valeria Ciceri y Marina Vota
*Margarethe Von Trotta, de Cuini Amelio Ortíz
*Conversaciones sobre el odio, de Vera Fogwil
*Algo incorrecto (WIP 22), de Susana Adelina Nieri
*La tara (WIP 22), de Amparo Aguilar
*Sebastián Moro, el caminante (WIP 22), de María Laura Cali
*Reparo (WIP 22), de Lucía Van Gelderen
*Barrio Modelo (WIP 22), de Mara Pescio
*Sara Facio: Haber estado ahí, de Cinthia Rrajschmir
Concurso Nacional de Cortometrajes
Tiza Negra, de Julieta Tetelbaum; Se dice vulva, de Sofía Corso; Conexión Ocampo, de María del Rosario Serra; ЭVЭIИ (Realización integral: Ornella Martina Zanoni); Los Extraños de Guadalupe Javaloyes, de Violeta Palukas; Noticias, de Elienay Anunciação y Leticia Soares; Muriel, de Delfina Imeroni; Luna que se quiebra sobre la tiniebla de mi soledad, de Lucila Mariani; Mujeres que construyen/Equipo Fundación VAMOSAZOOMAR (Martín de Goycoechea, Diego Bellocchio, María Josefina Lens, Yamila Barnasthpol); Del otro lado del mar, de Sofía Diambra; Una casa ajena, de Sonia Stigliano; Retratos, de Vera Lecko; La batalla de los árboles, de Clarisa Pérez Spillmann; La hija de la azafata, de Sofía Brihet; Una aprendiz invisible, de Emilia Herbst; Sembrar, de Agostina Ravazzola; Michelle, de Michelle Nou; Victoria, de Agustina Gatto; Dixie, de Lucrecia Luz Goldberg Corral, Tamara Levín; No me dejes, madre mía, de Melina Barreto; Hace mucho que quería decirte que te amo, de Nadia Gagna; Los besos sin despedida, de Rocío Martínez Benz; Techo de cristal, de Liliana Romero; A los ojos, de Pamela Rodríguez y Flora Rivière; Laura, de Paulina Torres; Noche de turno, de Eugenia Gonzalia; Huellas, de Carmen del Rosario Garzón; Carlos Montaña, de Itati Romero; Tres hilos, de Susana Barbará; Por un solo ayer, de Marina Zeghaib, Ramiro Reinoso; Entre la niebla, de Cinthia Konopacki; Moshik, de Daniela Aguinsky; Viejas que hierven, de Violeta Tapia; Chao Fan, de Maitena Minella; La piedra mágica, de Paula Herrera Vivas.
Concurso Work in Progress
*Lo que queda, de Mariel Escobar
*Mar de Fondo, de Oriana Castro
*Las mil y una Lemos, de Sabrina Parel
*Boletín Interno, de Meri Franco Mao
*Tiempo de Morir, de Ana García Blaya
*Las Galaxias, de Guillermina Pico
*VINCI / Cuerpo a cuerpo, de Franca Gabriela Gonzalez
*Yo fui reina, de Pamela Bertoni
*El sueño imposible, de Paula Romero Levit