Luego de que María Eugenia Vidal se bajara de su candidatura y que Mauricio Macri lanzara reproches de "feudales" a aliados de Horacio Rodríguez Larreta, la mesa nacional del PRO volvió a juntarse. Fue una suerte de segunda parte de un encuentro en la casa de Jorge Triaca, donde los dirigentes intentaron bajar los decibeles de la interna. Está claro que no lo consiguieron. En este encuentro en Palermo discutieron sobre el armado en provincia de Buenos Aires y volvieron sobre la incorporación de José Luis Espert, tema en el que no logran ponerse de acuerdo. Tampoco hubo consenso sobre un candidato único en CABA. Eso sí, la escenificación de la unidad estuvo a la orden del día, igual que la vez pasada.
El encuentro volvió a reunir a las principales figuras del PRO: Macri, Larreta, Patricia Bullrich y Vidal. Con esta última, no hubo demasiados comentarios sobre su decisión de bajarse porque la ex gobernadora bonaerense se dedicó a tener reuniones con cada uno para hablar de su decisión: comenzó por Macri, siguió por Bullrich y terminó el sábado por Larreta. Puede decirse que ese es un tema cerrado, como lo es la posibilidad de que fuera candidata a presidenta, que fue obturada por los tres dirigentes antes de que Vidal desistiera.
Del encuentro también participaron el presidente del PRO Federico Angelini, los candidatos bonaerenses Diego Santilli y Cristian Ritondo y el dirigente macrista Fernando de Andreis. Comenzó a las 17 y duró dos horas. Tras la reunión, Ritondo y Angelini fueron los encargados de poner la cara para decir que la unidad es inconmovible: "No hay dudas de la unidad del PRO y de Juntos por el Cambio. Y estamos a favor de ampliarnos", dijo Angelini, ahora candidato a vicegobernador de Santa Fe, con Carolina Losada. No hizo comentarios sobre que Larreta se sacó una foto con su competidor en esa provincia, el radical Maximilano Pullaro.
Sí dejó en claro que la incorporación de Espert no está para nada cerrada. Quien presenta mayor resistencia en este punto es Bullrich, que no quiere que Espert lance una candidatura a presidente y le robe votos. Solo lo acepta si compite en la provincia de Buenos Aires.
Pero no solo sobre Espert hubo discusión e intercambio de reproches. El escenario en la provincia de Buenos Aires está plagado de candidatos y no encuentran una forma de sintetizar las diferencias. La duda que asalta al espacio es si demasiados candidatos no dividen el voto y le dan más fuerza a un candidato o candidata de Javier Milei, que traccione el voto útil opositor.
Además hay una fuerte discusión, que no termina de resolverse, sobre si cada candidato a gobernador debería ir alineado con una boleta presidencial (es lo que propone Larreta) o si puede haber cruces. Concretamente, la duda es si Diego Santilli podrá colgarse de la boleta de Bullrich. Está claro que Larreta no quiere. Bullrich coquetea con la idea. ¿Santilli qué opina? A veces, más que una reunión de estrategia, estos encuentros parecen un partido de truco.
Ritondo, por otro lado, ya sin Vidal como candidata está buscando un acuerdo con Bullrich, pero no descarta nada. Antes de la reunión, dijo: "Quiero ser candidato a gobernador y expresé mi apoyo a Patricia Bullrich, pero también hay otros candidatos". Ritondo aprovechó para recordar que llegó a un acuerdo con Jorge Macri para apoyarse mutuamente.
La Ciudad de Buenos Aires es otro campo lleno de espinas. Macri no tolera que Larreta no se alinee con su planteo de un único candidato y que sea Jorge Macri. Larreta contestó diciendo que quiere un solo candidato: Fernán Quirós. Para dejar en claro sus intenciones, tras la mesa nacional organizó una foto de todo el gabinete porteño apoyando al ministro de Salud. Bueno, no todos: faltó el ministro de Gobierno. Spoiler: es Jorge Macri.
Además, crecieron los recelos de Macri y Bullrich hacia Larreta después de la foto que se sacó en Jujuy con Gerardo Morales y Martín Lousteau. Morales dijo que Lousteau iba a ser el reemplazante de Larreta. Cualquier conspiración cierra. Quizás por eso Angelini salió tras el encuentro a decir que ellos trabajan para que gane un candidato del PRO. Algo que no debería ni aclararse.