"Bienvenidos a El Movimiento, historias sobre reggaeton." Con esa frase corta y cadencia algo locutada, Seba le abre paso a su proyecto. Quienes lo siguen hace años en Twitter saben que si alguien tenía que llenarse el cuello de hielo y encarar a un pari de marquesina para ilustrarnos con los más carnosos, bamboleantes, sorpresivos e inesperados datos sobre el género, era él. Sebastián Martínez (@elmovimientoo) lleva el amor por la melodía del perreo desde muy chico. Tanto que en uno de sus guardapolvos del secundario tenía pintados dos nombres bien grandes: 50 Cent y Daddy Yankee.

Su conexión con esa música nació durante los carnavales de 2003 en su pueblo, General La Madrid, cuando el DJ pasaba La batidora (versión en vivo) con Don Omar y Glory. "Cada vez que sonaba me quedaba atento a las voces, el ritmo, el acento. No tenía internet en casa y la única opción era ir a un ciber donde las conexiones eran súper lentas, así que buscar esa canción era difícil. Dependía de encontrarla en algún CD trucho de hits veraniegos. Quedé enganchado. Se avecinaba la primera ola del reggaeton en Argentina."

La canción que sí pudo tener y reproducir hasta el hartazgo fue Baila morena, de Héctor y Tito. "Esa intro inconfundible donde hablaban de unos tal Luny Tunes y Noriega, la voz aguda de Tito, las frases de Glory y Don Omar (a quienes reconocía de La batidora), la mezcla de canción alegre, bailable, con sonidos de pistolas, los versos de Héctor donde habla de 'aceitar la automática'. Todo eso me atrapó para siempre."

► El inicio

Haber llegado antes no implica el monopolio de los derechos de consumo, no otorga a nadie la potestad para juzgar a las figuras que se van incrustando en la senda del mainstream y mucho menos alcanza para reclamarle a la música que tanto aman que no mute ni le baje el precio a sus nuevos adeptos. Aunque así suelen comportarse los seguidores reggaetoneros de pura cepa.

Pero El Movimiento no recoge ese guante, más bien todo lo contrario, y ése es uno de los motivos que lo hacen interesante. Porque entiende que, como movimiento popular y masivo, el reggaeton es de quien tenga ganas de escucharlo. Ya lo dijo René cuando tituló el segundo y el tercer álbum de Calle 13: Entren los que quieran y Los de atrás vienen conmigo.

"Tenía muchas ganas desde hacía tiempo de tener un proyecto propio, y en Twitter comencé a hablar mucho sobre reggaeton. La ola del trap latino me reconectó con ese mundo y me trajo recuerdos de la adolescencia. Cuando finalmente pude terminar mi tesis en Comunicación Social, logré encarar algo que me gustara, y nació El Movimiento Podcast, el primer formato, donde solo era voz", recuerda. El canal pasó rápido los 100 mil seguidores, suele recibir comentarios de personajes de la escena, y llegó a personas clave como Chente, conductor de Puerto Rico que entrevista a todos los artistas.

--¿Te sorprendió esa recepción?

--Cuando mudé el contenido de formato podcast a YouTube comencé a ver el potencial de viralidad que podían tener los episodios. Ahí me convencí de que podía ser un proyecto grande y apunté a mejorar los equipos, los guiones y la edición. A medida que comprendí mejor el formato YouTube, los videos crecieron en vistas, y me pareció normal que el contenido le llegara también a creadores de contenido del reggaeton. Cuando algún cantante, productor o famoso del ámbito comenta, comparte o me habla, lo tomo como una validación del trabajo y me sirve para continuar mejorando.

► El reinicio

"En diciembre de 2022 tuve problemas con el canal y luego de meses (y una paternidad de por medio) pude reorganizar mi proyecto. En el canal principal, El Movimiento Podcast, se subirán nuevos episodios, ahora mostrándome en cámara y con otra edición. En el canal secundario, El Movimiento Podcast Archivo, estoy subiendo los episodios viejos que tuve que borrar para que el trabajo permaneciera al alcance de todos.

En ninguna de las cuentas vas a encontrar videoreacciones simuladas ni clickbaits. En el canal secundario se puede conocer, por ejemplo, cómo surgió el enfrentamiento entre Tego Calderón y Daddy Yankee, el vínculo de Héctor El Father y Jay Z, o aprender cómo se hizo uno de los más icónicos juntes reggaetoneros: la grabación de Llegamos a la disco. Y en el canal más reciente ya hay data sobre Don Omar, la historia del primer trap latino, el bardo entre Plan B y Trébol Clan, y más. El conocimiento de Sebas y el caos inherente del género parecen no tener límites.

La queja más común del núcleo duro de los seguidores del reggaeton tiene que ver con el rechazo de su actualidad: no toleran prácticamente nada de lo nuevo ni, en parte, su popificación, una apuesta que están eligiendo también figuras del trap en Argentina, como Duki. "Personalmente, no comparto para nada esa mirada de que el reggaeton de antes era mejor, porque ese 'antes' varía según la edad y las experiencias de cada uno. Tiene que ver más con momentos personales y adolescencias que con una real valoración musical", acomoda Seba.

--¿Qué pensás de estos cambios y qué creés que permanece hoy de las bases del reggaeton?

--El pop se ha colado en el reggaeton desde los ahora idealizados tiempos dorados de principios del 2000, cuando según algunos todo era reggaeton puro. Daddy Yankee con Fergie, Wisin y Yandel con Franco De Vita, Luny Tunes produciéndole a RBD; hay cientos de ejemplos. Por supuesto que el sonido ha cambiado y dentro del reggaeton podemos encontrar varias etapas. La actual la veremos mejor en retrospectiva en algunos años. El desafío es definir cuál sería el "verdadero reggaeton", aquellas bases intocables, el grado máximo de pureza en el perreo. Tal vez no lo haya, no exista y sea solo una idealización para justificar la no comprensión de las nuevas olas.

► Tracción y contradicción

Quizás estos choques aporten otra de las contradicciones de las que nuestros propios cuerpos potencialmente perreables están hechos. Contradicciones como pedirle que no cambie a un ritmo que nació para destrozar todos los papers sobre educación sentimental, que vino a cachetear nalgas transversal e inescrupulosamente, que dio vuelta al academicismo y terminó invitando a Bad Bunny a una cátedra en Harvard para hablar de activismo e inclusión en el arte. Que fue la banda sonora para musicalizar las protestas en Puerto Rico o las del estallido social en Chile.

¿Cómo se va a poner la gorra la gente fanática de una música que condensa la democratización del placer? Sostienen un discurso conservador mientras el reggaeton aboga por una progresión bingbanezca del bamboleo del cuerpo, en ese intersticio entre los cantos y el corazón, uno bien apretadito de beats alegóricos. Las manos arriba y el culo on the floor.

Como ritmo puede pensarse análogo al humor, porque a ambos se los trata como un arte menor. Pero su permanencia en la historia y su consiguiente contemporaneidad lo vuelven terreno fértil de estudio, de análisis, de apropiación y descubrimiento por parte de personas en todo el mundo. El perreo es libre; y el goce, esperanto.

La ilustradora peruana Rocío Quillahuaman cuenta que cuando escuchó Pa que retozen, de Tego Calderón, quedó alucinada porque sentía que conocía ese ritmo hipnótico de toda la vida, a la vez que percibía que era la primera vez que lo escuchaba. Y le cayó la ficha de cómo se resistía a las canciones por creer que por escuchar reggaeton de algún modo estaba renunciando a su ilusión de ascenso social. Porque desde el primer verso sucio e impúdico se sabe que se trata de un estilo asociado a las clases populares, a los barrios.

Ese reflejo clasista permeó la geografía toda. En Argentina ya lo arrastraba el "no me gusta la cumbia, es sólo para bailar", que se escuchaba a mediados del 2000; y sobre el que también respondía el gran Mc Caco en No es culpa mía: "Son así, son chetos, no escuchan cumbia, escuchan reggaeton".

► Argentina en la disco

Pueden situarse tres batacazos del reggaeton en nuestro país. El primero es la explosión de Gasolina. Luego, Don Omar yendo a La noche del 10 y con ello la proliferación de hitazos sonando en todos lados que se suma a las licencias que toma prestada la cumbia para reversionar. El último: cuando I Like it (ya tomando la posta de Despacito) resulta un banger mundial y en Estados Unidos comienzan a prestar atención a lo que estaba pasando.

El reggaeton en Argentina comenzó a ingresar de manera encubierta, cuando muchos cantantes de cumbia tomaban letras, cambiaban algunas palabras y las ponían en cumbias. Luego, con la explosión mundial con Gasolina, ya sí se escucharon los reggaetones de forma original pero se les siguió haciendo covers. Es un proceso que nuestros vecinos chilenos por ejemplo no vivieron: consumieron el reggaeton directo, lo que los hizo un país "más reggaetonero".

Esa barrera de querer "cumbializar" el reggaeton se comienza a romper con la popularidad de Spotify, y cuando los artistas comenzaron a crear demandas por infringir derechos de autor. Hoy casi nadie se plantea hacer una cumbia del último tema de por ejemplo, Rauw Alejandro, lo que también habilita una creatividad mayor proliferando en el RKT.

Siguiendo sobre este tema, está el ejemplo de Bad Bunny: es como si en la carrera por ser el N°1 tuviesen que resignar ciertas cuestiones que muchas veces son las mismas que los llevaron tan lejos. Benito mantuvo un statement sobre su origen latino, pero a medida que pasa el tiempo se agringuiza más. Sebastián lo resume: "Llegar a ser un artista top mundial como lo es Bad Bunny no es gratis en términos artísticos".

--¿A qué te referís?

--No se trata de ser número 1 en el reggaeton sino en la música mundial, por lo que crear un sonido que contente a tantos millones de personas seguramente provoque que ingrese a una bruma difusa del pop, donde nada tiene una forma definida. Creo que eso lo acerca a públicos masivos y lo pone en la atenta revisión de quienes lo siguen desde su época de traps, donde colaboraba hasta con algún vecino que usara autotune. El caso de Bad Bunny creo también que es parte de procesos en los que no sé hasta dónde el mismo sistema lo empuja o cuánto quiere él meterse en el pop mundial. Pero es un artista que ha demostrado tener un corazón reggaetonero haciendo un gran homenaje al género y un clásico moderno con YHLQMDLG, y un disco que fue lo más fino y pulido de su generación de trap latino como X100PRE.


Encontrá más notas del NO acá, o suscribite a nuestros newsletters para recibir todos los artículos, la agenda de shows, música nueva y los recomendados, directo en tu email.