La industria creció 3,4 por ciento en marzo en comparación con febrero y otro 3,1 por ciento interanual, según comunicó el Indec. El dato contrasta con un febrero que había resultado negativo en ambas comparaciones, y permite en el acumulado de los primeros tres meses del año una variación positiva del 2,6 por ciento interanual. En ese sentido, la industria crece a un ritmo más lento en comparación con el mismo período de 2022.
Cabe recordar que los pronósticos para 2023 en su conjunto son de contracción del nivel de actividad, algo que todavía no aparece en las estadísticas. A la aceleración inflacionaria, que erosiona el consumo, se sumó en abril la corrida cambiaria, insuflando un clima de incertidumbre que no favorece a la actividad. La inflación en marzo escaló a 7,7 por ciento mensual. Las empresas enfrentarán cada vez más dificultades para reponer la mercadería y eso induce nuevas remarcaciones.
Por otro lado, están las restricciones en materia de divisas para importar insumos. El secretario de Comercio, Matías Tombolini, rechazó este martes las palabras del presidente de Amcham, Facundo Gómez Minujín, quien advirtió por esta situación. El funcionario aseguró que “las autorizaciones de importaciones desde que se implementó el sistema SIRA (entre octubre de 2022 y abril de este año) son 12 por ciento superiores al mismo período del año anterior.”
Más bien que mal
En marzo, 12 de las 16 divisiones de la industria mejoraron respecto de los niveles de marzo de 2022. En primer lugar, se destaca el complejo automotriz, con aumentos en la producción de vehículos del 26,6 por ciento interanual; de motocicletas, de 12,7 por ciento; de autopartes, de 9,6 por ciento, y otros equipos de transporte, 7,6 por ciento. El incremento en los niveles de producción respondió a una mayor demanda del mercado interno y externo. En lo que respecta al mercado interno, las ventas a concesionarios de automóviles y utilitarios nacionales registran un crecimiento interanual de 45 por ciento interanual en marzo.
Las industrias metálicas básicas crecieron 8,4 por ciento interanual y ocuparon el tercer lugar en el podio. Las principales incidencias positivas se observan en la producción de aluminio y otros metales no ferrosos (que treparon 20,7 por ciento respecto a marzo de 2022, buscando atender la demanda del complejo automotriz y la construcción) y en la industria siderúrgica (que aumentó 4,3 por ciento interanual, debiendo atender la demanda del sector de la construcción, la industria automotriz y el sector energético). La fundición de metales también tuvo un desempeño favorable en marzo, del 11,7 por ciento interanual.
En cuarto y quinto lugar en relevancia se ubican los sectores de otros equipos, aparatos e instrumentos (esto es la elaboración de equipos de informática, televisión, comunicaciones, componentes electrónicos, eléctricos, de precisión, etc.) y la refinación de petróleo y combustrible nuclear, cuya producción aumentó 17,2 por ciento interanual en ambos casos. En este último incidieron positivamente la producción de gasoil y naftas, cuya producción aumentó 22,5 y 25,9 por ciento respectivamente, en buena medida debido a una baja base de comparación interanual por paradas de planta, si bien también aumentó el consumo interno.
Otros sectores con crecimiento destaco en marzo fueron maquinaria y equipo y prendas de vestir, cuero y calzado, ambos crecieron 7,1 por ciento interanual.
Por el contrario, la producción se contrajo en seis sectores de la actividad entre los que se destacan la producción de sustancias químicas con -3,6 por ciento interanual (sin exportaciones de biodiésel y en caída la fabricación de agroquímicos y otros), el rubro de madera, papel, edición e impresión, con caída del 4,2 por ciento (en buena medida abastece a la construcción), el de alimentos y bebidas, que retrocedió 0,8 por ciento interanual (por tercer mes consecutivo debido a una menor molienda asociada a la sequía principalmente).