“Al auto le decimos El Loco, porque en el sorteo nos tocó el número 22”, cuenta entre risas Marcelo Bertoglio, el coordinador del ciclo superior de la Escuela Tecnológica Ingeniero Carlos Giudici. Y redobla la idea: “Además tiene sentido, porque fue una loca aventura”. Bertoglio trabaja en el colegio preuniversitario que funciona bajo la órbita de la Facultad Ingeniería de Lomas de Zamora. A lo largo del 2022, un grupo de estudiantes se capacitó y participó del Desafío ECO YPF construyendo íntegramente un auto eléctrico para competir en una carrera. Este año recorren ferias y eventos relatando su aventura mientras se preparan de cara a la edición 2023.
La experiencia es relatada por el director de la institución con mucho detalle. Desde el momento en que el docente George Facks entró a su oficina con la propuesta en diciembre de 2021, a la reciente presentación del vehículo en la Feria IT Joven en Tecnópolis días atrás. “El 90% del auto es idea y manufactura de los alumnos, sólo fueron acompañas y guiados por los docentes”.
El proyecto fue llevado a cabo por 18 alumnos de entre 16 y 18 años que asisten a la institución que tiene su casa madre en el Campus de la Universidad Nacional de Lomas Zamora. “Es un orgullo haberles podido transmitir un plus de lo que es la escuela”, expresa Bertoglio a Buenos Aires/12.
Tras sortear el costo de la inscripción mediante auspiciantes, los estudiantes recibieron el mismo kit de materiales que recibieron las otras 100 escuelas que compitieron. Básicamente, explica el coordinador de la escuela, contenía un manillar, un motor, las baterías, cables, piñón y engranaje, para que todos tengan el mismo sistema de tracción y alimentación energética.
El reto, asegura Bertoglio, fue optimizar el funcionamiento del vehículo a partir de esa base de insumos. El resto de los materiales fueron producto de aportes de fábricas de la zona. “Tenemos mucho contacto con empresas que enseguida se prestaron a esto, dado que muchas son propiedad de egresados que decidieron colaborar”. De este modo, la construcción se realizó casi en su totalidad en instalaciones de la Facultad y sólo la carrocería se confeccionó en una empresa de fibra de vidrio que prestó su espacio. “Lo encaramos desde lo académicos, con muchas capacitaciones, donde hasta aprendieron a soldar aluminio, con lo difícil que es”, destaca la autoridad del colegio.
Los profesores universitarios también colaboraron con la capacitación y la formación para guiar el proceso de fabricación del auto. Como la facultad funciona de noche, explica Bertoglio, hubo muchos días que los chicos y chicas permanecían hasta las 11 de la noche en las aulas y así lograr avanzar con este trabajo. “Hay que dimensionar que hay pocos soldadores de aluminio a nivel nacional, y del grupo de estudiantes que hizo el auto salieron tres expertos, dos varones y una mujer”. Incluso, académicos de carreras como Ingeniería Ferroviaria brindaron cursos a los desarrolladores de ‘El Loco’ para confeccionar la mejor carrocería a través de programas que se usar para construir vagones.
Junto con la reciente presentación en la Feria IT Joven, el auto eléctrico construido por los alumnos de la institución lomense también fueron parte de ECONAR, la primera feria de Economia del Conocimiento, impulsada por la cartera comandada por Sergio Massa. La reciente noticia celebrada por Bertoglio y los chicos es que están seleccionados entre los 500 proyectos galardonados por Premios Verdes, una ONG con sede en Ecuador que pregona a nivel mundial por la visibilización de proyectos que apelan a la sustentabilidad ambiental.
Desafío ECO YPF se autodefine como “una competencia en donde alumnos de escuelas técnicas de todo el país diseñan vehículos eléctricos de emisión cero y participan de una carrera única”. El año pasado, la sede de la carrera fue el Cerro Catedral, en San Carlos de Bariloche. Hasta allí se trasladaron los 18 estudiantes para competir durante los primeros días de diciembre. Más allá del factor climático que imposibilitó completar el último desafío, todos volvieron “chochos” habiendo obtenido, entre otros logros, el octavo lugar en el desafío de velocidad entre las cien escuelas que participaron de todo el país. Hoy ya se encuentran trabajando en mejoras de la carrocería y los frenos para la edición 2023 que se realizará cerca de fin de año.
“Los organizadores nos dijeron que fuimos la primera escuela preuniversitaria en participar”, confía Bertoglio. Esta modalidad de institución depende del Ministerio de Educación de la Nación, particularmente de la Secretaría de Políticas Universitarias. Nacida en 1992 por iniciativa de una facción de la Unión Industrial que le solicitó a la Universidad una escuela que forme mano de obra calificada, su actual coordinador afirma que hoy en día cuentan con 500 alumnos y “ya sin vacantes para el primer año”. El ciclo básico funciona en la empresa Indelama alojada en el municipio de Esteban Echeverría. La firma puso a disposición un edificio, espacios de taller y laboratorio de informática. Los primeros tres años se cursan ahí y los subsiguientes tres en el campus de la UNLZ.