Es un otoño atípico por lo cálido y porque las hojas se demoran en las ramas, todavía verdes y brillantes, excepto por un único árbol de copa amarilla en toda la cuadra que resplandece. Julio Leiva, como los árboles de la vereda, llega vestido de verde y pide un café en jarrito. En su voz suena la misma calma que en Caja Negra, el ciclo de entrevistas que conduce desde 2019 y que produce FiloNews, el portal que dirige como cabeza de equipo después de muchos años, tras bambalinas, dedicado a la producción tanto de radio como audiovisual.
Leiva propone una discreción a la hora de entrevistar que sus colegas —tanto en redes como en TV—, en general no comparten.
—Llama la atención en tu forma de entrevistar que te salís un poco del centro de la escena y el foco queda centrado en la persona con la que hablás y tal vez por eso no sabemos nada de vos. Si fueras un superhéroe y tu superpoder fuese la invisibilidad, ¿cuál sería tu origin story?
—Tengo el recuerdo de estar en el comedor de mi casa viendo la tele o en el almacén de mi viejo, que compraba el diario Crónica y lo dejaba ahí, y leer eso. Vengo de ese lugar. Me interesaban las historias, lo que conversa la gente en una despensa de barrio en Isidro Casanova. Y mi viejo también era eso, era alguien que conversaba con la gente. Ahí encuentro ese interés y creo que lo que más extrañó mi viejo cuando cerró el almacén fue no poder hablar más con la gente y enterarse de lo que pasaba. En un punto eso también es un trabajo periodístico. Y yo nací y me crié con la televisión y la radio de los 80, esa escuela del entrevistador que buscaba la pregunta y el oficio del entrevistador. De alguna manera, lo que descubrí después, con YouTube, es que eso estaba en mi ADN, que lo mamé porque fue lo que veía de chiquito. Y cuando después vino esa oleada del entrevistador muy protagonista siempre me hizo ruido porque creo que fui criado así, entonces cuando veo ahora notas de Guerrero Marthineitz, Antonio Carrizo, el Perro Verde (Jesús Quintero) o Fabián Polosecki. Digo 'claro, son de cuando era chiquito, tenía 6, 7 años y miraba esto'; y por eso me gusta eso. Y reconozco que es lo que me mejor me hace sentir a mí, en el sentido de que me interesa más escuchar al otro. Incluso me pasa cuando voy a dar una entrevista: no quiero saber lo que opina el que pregunta. Y cuando el periodista es muy protagonista, apago.
—Vos pertenecés a una generación que se educó en el siglo XX pero que empezó su actividad profesional en el siglo XXI y de alguna manera funciona como puente entre la generación anterior y la siguiente.
—Total, transicional casi...
—¿Sentís que los pibes te toman como referente en ese sentido?
—Sí, me está pasando eso y es muy agradable porque está bueno poder llegarle a un pibe y que sienta que de alguna manera lo estás entendiendo o estás haciendo algo que el pibe disfruta. Me pasa cuando voy a las universidades, la otra vez di una charla y había un montón de pibes, duró como dos horas porque me llenaron de preguntas. Y pensaba que cuando yo era estudiante y venía alguien me dormía. Entonces digo ¡qué bueno es poder mantener la atención las dos horas de una charla y que te pregunten! Quiere decir que que despierta interés y creo que tiene que ver con el respeto yo tengo con con las generaciones que vinenen atrás. Para mí son generaciones que vienen con mucha data nueva. Una vez, veía a un streamer que estaba presentando con bombos y platillos su nuevo equipo, y entonces dice "Juancito" y entra Juancito que tenía 18 recién cumplidos y el siguiente tenía 19 y no tenía ni vello en la cara... ahí dije 'ah, estos pibes son los que le están moviendo todo a este streamer'. Y ahí entendés que le está yendo bárbaro porque son pibes que justamente funcionan como consumen y consumen como producen y viceversa. Eso me dio la pauta de que hay mucha data nueva y de eso me nutro y también trato de entender y seguirles el paso. Creo que que el día que no lo pueda seguir diré: 'bueno, ya está, vamos a hacer otra cosa'.
—Caja negra tiene dos direcciones si se quiere, hacia atrás, digamos, es capaz de permitirle a los padres asomarse a la fiesta a la que van sus hijos y a la vez, a los propios pibes les propone auto narrarse ¿lo pensaste así desde el principio?
—Sí, la idea siempre fue que funcione como un registro de esta época. Yo creo que para para los pibes, Caja Negra es un lugar donde pudieron contar su historia y de alguna manera yo colaboré para que esa historia se contara ordenadamente. Me parece entonces que para los pibes es un lugar donde poder contarse de forma si querés periodística, por un lado. Y por el otro también agarrás la Caja Negra de Bizarrap, se la mostrás a cualquiera y podés decir 'esto es Bizarrap'. Por si alguien llega tarde a Bizarrap. Y al revés, me parece que a muchos pibes les da mucha data nueva de cosas que han pasado y de personajes que tienen mucho peso y que quizás de otra manera no hubieran llegado y eso está buenísimo. Que tanto los pibes como los grandes puedan acceder a personajes que pueden parecerles lejanos, pero si los encuentran en un lugar que ya les resulta amigable una vez que entraron, después te podés ver varias una atrás de otra. Y también pasa que en muchos casos fue la primera entrevista de varios a los que después les fue bárbaro. Entonces poder agarrarlos en ese momento y tener un registro histórico está buenísimo. A mí siempre me dieron un poco de envidia los que estuvieron con Spinetta cuando arrancó, o con Charly y le hicieron sus primeras notas o el que estaba en Rock & Pop cuando recién arrancaba o el que hizo la tele de los 70 con los músicos... Y yo decía 'Pará, acá están pasando un montón de cosas y nadie está haciendo nada con eso'. Cuando nosotros arrancamos con Filo y con Caja Negra hace casi cinco años era toda una agenda nueva y una forma nueva de mirar que ahora está más fusionada pero en ese momento era una hipótesis, fue decir: 'Che, va por acá. Veamos esta nueva agenda y veamos si eso se traslada a la potencia de contar historias' y hoy nadie puede negar que muchas de esas personas son referencia a nivel cultural.
—¿Y cuándo entendiste que además de hablarle a esos pibes sobre su presente podías hablarles del pasado que no vivieron? Porque no solamente entrevistaste a Coscu, también tiene su Caja Negra Estela de Carlotto.
—Cuando entendí que un pibe de 18 años no había vivido el kirchnerismo, por ejemplo. O cuando entendí que el 50% de la población argentina no había nacido cuando cuando voló la AMIA y había toda una nueva audiencia a la que había que contarle de nuevo la misma historia. Porque nosotros la vivimos y la contamos 20 veces, pero el público se renueva, como dice Mirtha, y hay que volver a contarlo. Yo estoy en la transición entre lo que fue y lo que viene; entonces para lo que fue es volver a contar la historia y para lo que viene es explicar lo que viene o esos nuevos referentes que vienen. En ese cruce se volvió interesante y a mí no hay nada que me guste más que entrevistar a un streamer 19 de años y a la semana siguiente a una abuela de Plaza de Mayo. Me parece fascinante tener un espacio en el cual pase eso y nadie diga nada. Todo el mundo lo toma como lo más normal y me parece que ese es el triunfo Caja Negra.
—¿Javier Milei podría ocupar esa silla?
—Me encantaría entrevistarlo, me gustaría verlo en un formato como Caja Negra. A un personaje tan arriba como es él, me parece que mi forma de entrevistar lo pondría en otro lugar y pueden salir otras cosas. Por ese lado me parece interesante. Ahora veremos si es candidato tal vez viene, siempre dejamos la puerta abierta.
—Para cerrar, en un avión, la caja negra es el registro de las últimas comunicaciones antes de la fatalidad así que nombre del ciclo lleva implícita la idea del descenlace, ¿estamos cerca del final?
—Sí, todavía no tengo una fecha, pero se merece un final para que tome otra densidad como registro de época. Me parece que eso lo va a hacer crecer más porque va a tener una mirada histórica y con el resultado puesto de muchas de esas personas lo vas a poder ver con otro cristal. Hay entrevistas que el tiempo y la época te lo piden y sentís que hay que hacer. Messi por ejemplo, la gente lo pide y me encantaría hacerla pero no llegué, me cuesta llegar a Messi. Me quedan tres o cuatro nombres y seguiremos hasta poder sacarnos las ganas al menos con una, me parece que está bien. Nos gustaría hacer una en vivo como fue la de Fito o La Mala Rodríguez en España o La Vela Puerca en Uruguay, hacer alguna en alguna provincia y una grande acá. Pero tienen que coincidir muchas cosas y es lo más difícil.