La poeta y traductora Alejandra Pizarnik fue declarada ciudadana ilustre post mortem de la provincia de Buenos Aires por el gobierno bonaerense, que promulgó hoy la Ley 15.448, sancionada el 12 de abril pasado por la Legislatura. La razón fue por "su destacado aporte a la cultura". 

Hija de inmigrantes ucraniano-judíos, Pizarnik nació en el municipio bonaerense de Avellaneda, el 29 de abril de 1936. La declaración de la poeta como "ciudadana ilustre" post mortem fue impulsada por la diputada bonaerense Débora Silvina Indarte, del Frente de Todos.

Estudió la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y a los 24 años decidió trasladarse a París, Francia, donde trabajó publicando sus trabajos en diversas editoriales.

Allí, publicó poemas y críticas en varios periódicos y, además, tradujo a Antonin Artaud y Marguerite Duras. Además, estudió historia de las religiones y literatura francesa en La Sorbona. En aquel período conoció a varios escritores con los que forjó una amistad que duró toda la vida, entre ellos Julio Cortázar, Rosa Chacel y Octavio Paz.

Tras su regreso a Buenos Aires, habiendo madurado como poeta, Pizarnik publicó tres de sus principales volúmenes: Los trabajos y las noches, Extracción de la piedra de locura y El infierno musical, así como su trabajo en prosa La condesa sangrienta. 

La escritora sufrió diversas crisis depresivas y problemas de ansiedad, y tuvo un intento de suicidio en 1970, tras lo cual ingresó en el hospital psiquiátrico de Buenos Aires. El 25 de septiembre de 1972, la poeta murió de una sobredosis, tras ingerir una gran cantidad de pastillas.

Pizarnik desarrolló una de las obras literarias más asombrosas del siglo XX y, a partir del retorno de la democracia en Argentina, su figura experimentó un auge, lo que derivó en la primera compilación de sus textos: Textos de Sombra y últimos poemas (1982), seguido de su primera biografía, Alejandra (1991), de parte de Cristina Piña. Más reciententemente, se han publicado también sus Diarios (2013).