Ramiro Tagliaferro no competirá por la intendencia de Morón, que ya ocupó entre 2015 y 2019. Así lo anunció en un video en sus redes sociales, con el argumento principal de que “la gente está muy mal y los políticos se pelean por las candidaturas”. En el mismo video, bendijo como precandidato a su ex funcionario y actual concejal Leandro Ugartemendía. Pegará su nombre a la boleta del postulante a gobernador Diego Santilli, para competir con los candidatos a la gobernación y a a la intendencia enrolados con Patricia Bullrich, aún no definidos.
De esta manera, se suma a la lista de bajas del Pro, que comenzó con Mauricio Macri y siguió con su ex esposa María Eugenia Vidal. Fuentes locales señalan que la decisión está más bien vinculada a este contexto, en el que Tagliaferro no está dispuesto a pasar por el desgaste que significa una PASO, Más aún teniendo que defender una gestión anterior. Una segunda derrota lo mandaría a su casa.
Tagliaferro llegó a la intendencia en el marco de la “ola amarilla” de 2015, esto es, el arrastre de Mauricio Macri a nivel nacional de Vidal a nivel provincial. Pero en 2019 el Frente de Todos, en cabeza de Lucas Ghi, recuperó el control del emblemático municipio del oeste, que integra la primera sección electoral. Politólogo, de 51 años de edad, Tagliaferro se inició en el Grupo Sophia, el think tank de donde surgió el embrión del larretismo. Luego pasó por el duhaldismo y el massismo antes de terminar siendo el candidato a intendente del Pro.
Su paso por el ejecutivo local estuvo plagado de escándalos: realizó una fiesta privada en el palacio municipal, que generó un pedido de interpelación, al que finalmente no asistió. También se viralizaron audios con pedidos de coimas de sus funcionarios a un supermercado chino. Y se ausentó del país sin solicitar autorización del concejo deliberante.
En 2018, Tagliaferro también estuvo involucrado en el escándalo de los aportantes truchos. Un ex candidato de su lista, Samuel Bondarczuk, lo acusó de fraguar donaciones con su nombre, además de "comerse los fondos para la campaña". Contó Bondarczuk: "Yo andabea en un Dodge 1500 viejito, pedía para la campaña y no me daban. En cambio, figuraba como donante de $16 mil, unos mil dólares de ese momento".
Diego Spina, funcionario actual de la gestión Ghi, llevó adelante una investigación propia en la que contabilizó más de medio millón de pesos de aportes provenientes de moronenses.
Al inicio de la gestión, Bondarczuk fue designado inspector municipal, pero se fue porque le marcaban los comercios que no debía controlar. Presuntamente ya tenían acuerdos con Tagliaferro. Por esta razón, Bondarczuk increpó a quien fue su jefe político más de una vez en la vía pública.
El paso al costado de Tagliaferro, esperada por su entorno, termina siendo un alivio, porque entendían que su candidatura culminaba en una derrota casi segura. Encuestas recientes lo daban muy lejos del Ghi. La más reciente, confeccionada por Proyección Consultores, le daba a Ghi 65 puntos de imagen positiva, 22 de megativa y un diferencial de +43, mientras que Tagliaferro tenía 39 puntos de imagen positiva, 44 de negativa y un diferencial de 5 puntos negativos. Un abismo entre uno y otro. Los dirigentes patidarios nacionales y proviciales ya menejaban estos números. Por ese motivo Tagliaferro no participó de la foto de la semana pasada, tomada en Esteban Echeverría, en la que los conductores del espacio, Larreta, Santilli y Diego Valenzuela, aparecen junto a otros treinta referentes territoriales.
Cerca de Ghi confirman que enfrentar a Tagliaferro hubiera sido el escenario ideal porque, aseguran, Tagliaferro no dejó buena imagen de gestor, pero tenían pocas expectativas de que ocurriera. Su sucesor, el hoy concejal Leandro Ugartemendía, es un ex jugador de rugby de Matreros, el club tradicional de la zona, que dedicó su vida a vender pólizas de seguros y saltó a la escena pública recién en 2015. "A ése tienen que construirlo, instalarlo", señalan. "También es un problema para ellos".
Otro dato importante a nivel local son los casi 20 puntos que mide el espacio libertario, de Javier Milei, que aún no definó sus candidatos, pero que en el distrito crece básicamente a expensas de Juntos por el Cambio.
La demora en el anuncio se debía a negociaciones que se prolongaban respecto a su próximo destino. Tagliaferro era el suplente de Joaquín De la Torre en la lista de senadores por la primera sección electoral en 2021. Ahí reside la llave de su decisión: si las negociaciones de De la Torre a cambio de la bajada de su candidatura a gobernador por el espacio de Bullrich llegan a buen término, el ex intedente de San Miguel liberará la banca en la cámara alta, un destino más que interesante para el Tagliaferro.
Por el otro lado, las cosas están bastante más claras. Lucas Ghi es un politólogo de 43 años, que asumió por primera vez la intendencia de Morón en 2009, cuando su jefe político de toda la vida, Martín Sabatella, fue electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Completó ese mandato y fue electo por primera vez en 2011. Se integró a esa fuerza vecinal cuando todavía era Nuevo Morón -años después cambiaría su nombre a Nuevo Encuentro-. A modo de preparación para ese cargo, Ghi pasó por todas las áreas de la municipalidad y el legislativo local.
La mayoría de las fuerzas que conforman el Frente de Todos a nivel doméstico están hoy integradas a la gestión, con la expectativa de garantizar la unidad de esa manera. El presidente del Concejo Deliberante es el massista Marcelo Fernández y Paula Majdanski, de La Cámpora, preside el bloque oficialista. La única excepción es la JP Lealtad, una escición de Nuevo Encuentro, que hoy integra "La Patria es el otro", cuyo jefe político es el diputado Adrián Grana, con el que la relación está rota.
De buena imagen pública -un docente que recorre el municipio en bicicleta-, Ghi nunca fue un armador político. Su gabinete es totalmente sabatellista y, según todo indica, también lo será la lista de concejales que lo acompañe en agosto y octubre. Quien tiene más chances de encabezarla es el actual secretario de Obras Públicas, Diego Spina.
La gestión de Ghi contrasta con la de Tagliaferro, pero el escenario nacional y, sobre todo, la situación socioeconómica, no lo ayudan, como a ningún oficialismo. Por eso el oficialismo tiene expectativas puestas en un eventual desdoblamiento de la fecha de las elecciones provinciales respecto de las nacionales.
Morón es, después de Vicente López, el segundo de los 135 distritos de la provincia con menor porcentaje de necesidades básicas insatisfechas, con una población básicamente de clase media. En 1994 la legislatura provincial aprobó una subdivisión del partido. Del "viejo Morón" nacieron entonces, durante la gobernación de Eduardo Duhalde y la intendencia de Juan Carlos Rousselot, los distritos vecinos, Ituzaingó y Hurlingham.
Rousselot fue electo tres veces por los moronenses; en 1987, 1991 y 1995. Durante su primer mandato fue destituido por cargos de corrupción en el marco de un ambicioso plan de construcción de cloacas. Pocos recuerdan algo que los lectores de Página/12 saben bien: que la empresa beneficiaria de ese millonario contrato era Sideco, la empresa de Grupo SOCMA, Sociedades Macri, que el fundador Franco ya había delegado en su primogénito, Mauricio.
El distrito suele replicar las tendencias electorales de nación y la provincia. Desde la recuperación democrática en 1983, tuvo tres gobiernos no peronistas: el de Tagliaferro, el de Martín Sabbatella, que ganó por primera vez en 1999 representando a la Alianza UCR- Frepaso, y el de Norberto García Silva, en 1983, cuando el médico Alejandro Armendáriz derrotó al dirigente sindical Herminio Iglesias en la carrera por la gobernación.