Apenas quince bancos reúnen el 86,4 por ciento de todas las transacciones que se realizan diariamente en el mercado cambiario legal. En ese poderoso grupo hay entidades públicas y privadas, nacionales y extranjeras. Son jugadores decisivos en el movimiento de una variable clave: el dólar. En estas semanas en que la cotización del billete verde empezó a tomar carrera e inquietó al ala política del gobierno de Cambiemos para obligar al Banco Central a intervenir en la plaza para frenar la escalada, es revelador conocer los montos crecientes de las operaciones especulativas y cuáles son los bancos líderes del negocio con el dólar. El cuadro que se presenta aquí exhibe el papel dominante de quince bancos en el Mercado Unico y Libre de Cambios.

 En el MULC se realizan todo tipo de transacciones con el dólar, desde cobros de exportaciones y pagos de importaciones, giros de dividendos de multinacionales a la casa matriz, movimientos de servicios y compraventa de billetes para ahorro, viajes al exterior y fuga de capitales. En el primer semestre de este año esas operaciones sumaron 177.837 millones de dólares, aumentando un 190 por ciento respecto al mismo período de 2015, cuando existían restricciones al movimiento de capitales especulativos de extranjeros y a  la compra de dólares para ahorro y turismo al exterior. Restando la cuenta del comercio exterior de bienes (exportaciones e importaciones), la variación es más impactante reflejando el crecimiento vertiginoso de la bicicleta financiera, dolarización de activos y fuga de capitales por giros y turismo al exterior. Ese volumen neto subió de 36.923 millones de dólares en la primera mitad de 2015 hasta los 122.006 millones en igual lapso de este año, un alza impresionante de 330 por ciento. 

La liberalización total del mercado de cambio no tuvo como resultado una corriente de mayor confianza inversora en proyectos productivos o una menor transferencia al exterior de dólares de firmas extranjeras, sino que sólo sirvió para aceitar el frenesí especulativo y para que grupos sociales con excedentes pudieran dolarizarlos sin límites. El publicitado “éxito” de la eliminación del denominado “cepo” no alteró la debilidad estructural del sector externo, sino que, por el contrario, la agudizó, deterioro de las cuentas maquillado con un endeudamiento externo vertiginoso.

Una corriente mayoritaria de economistas, incluyendo heterodoxos, ha evaluado como muy negativo un sistema de administración de divisas que, en una efectiva construcción del sentido en la sociedad, fue asimilado a una tortura financiera. Pero el actual régimen de liberalización cambiaria está ofreciendo resultados peores, con el agravante de que vino acompañado de una fuerte devaluación con el consiguiente shock inflacionario y retroceso del bienestar de gran parte de la población por la pérdida del poder adquisitivo. Dejando latente además un persistente riesgo de un ajuste de proporciones del tipo de cambio. 

Con controles o sin controles, el mercado cambiario es un potente perturbador de la estabilidad económica y la preferencia por uno u otro régimen está vinculado a la cercanía con el negocio financiero y el poder económico, como así también con la menor o mayor capacidad de dolarizar los excedentes de quienes promueven cada uno. 

Las consignas batalladas en los años de regulación de la cuenta de capital se han probado engañosas: “no entran dólares si no pueden salir” o “no hay confianza económica porque no hay libertad para comprar dólares”. Hoy, con un mercado totalmente desregulado, no se registra “confianza” en la economía ni un ingreso masivo de dólares para la producción. El saldo es peor que en años de controles con los datos que publica el Banco Central. Restando el giro de utilidades, en diecinueve meses del gobierno de Cambiemos, la inversión extranjera directa en la economía real es negativa, como se publicó en este espacio el domingo pasado. Desde diciembre de 2015 a junio pasado, los ingresos sumaron 3930 millones de dólares, según los anexos estadísticos del último informe del Banco Central “Evolución del Mercado Único y Libre de Cambios y Balance Cambiario”. Las utilidades transferidas al exterior fueron 4018 millones de dólares. O sea, que el dinero ingresado no llegó a cubrir el enviado por firmas extranjeras. El saldo neto de entrada y salida de divisas para la producción fue negativo en 88 millones de dólares. 

Ranking  

En el reporte cambiario del Banco Central, un anexo poco explorado es el ranking de entidades financieras según el volumen operado en el Mercado Unico y Libre de Cambio. Existe información muy interesante acerca de quienes son los protagonistas en una plaza muy sensible en la formación de expectativas sociales y además clave por la escasez estructural de divisas de la economía local. El comportamiento comparado entre el primer semestre de 2015, el último año de control cambiario, y el primero de este año, muestra que algunos bancos aumentaron el volumen de transacciones pero sin modificar la tendencia de su intervención en el mercado, mientras otros se lanzaron al festín especulativo con el dólar.

Como se aprecia en el cuadro, esos movimientos financieros de los bancos que no se vincularon a actividades de comercio exterior sumaron 37 mil millones de dólares en la primera mitad del último año del gobierno de CFK, cifra que se elevó a 122 mil millones en el primer semestre de 2017. Las operaciones de divisas financieras triplicaron el volumen en el último año y medio, mientras que las provenientes de operaciones de exportaciones descendieron un poco y las de importaciones no tuvieron casi variaciones. 

El top 15 de las entidades (aparecen 144 anotadas en el padrón del BCRA) concentra el 85,1 por ciento de esos movimientos de divisas (el porcentaje sube al 86,4 por ciento, como se mencionó al comienzo, con el total de las operaciones del MULC). Son jugadores principales en el desarrollo del mercado cambiario y lo que hacen ellos y sus clientes -en ocasiones aconsejados por el banco con el que realizan sus operaciones- definen la orientación de la cotización del dólar. 

De los registros del Banco Central surge que el Nación perdió participación en las transacciones cursadas a través del MULC, al pasar de mover 13.000 millones de dólares en el primer semestre de 2015 a 8000 millones en igual período de este año. Sin las operaciones de comercio exterior, la caída fue de 8659 a 5653 millones de dólares. Camino opuesto transitó el Banco Provincia al describir un salto de 2300 a 7160 millones de dólares en transacciones financieras. 

Mientras la banca pública no avanzó sustancialmente porque el retroceso relativo del Nación fue más que compensado con la mayor presencia del Provincia, la banca privada nacional y extranjera ganaron espacio en ese negocio. Sobresalieron las entidades que el gobierno eligió para la colocación de deuda pública, que coinciden con funcionarios que antes de ocupar el cargo trabajaron en ellas.  Por ejemplo, el Banco HSBC pasó de operar 7000 a 15.000 millones de dólares. El caso más extraordinario fue el del Banco JP Morgan, que de operar dólares financiero por apenas 17 millones en el primer semestre de 2015 pasó a 2647 millones. 

Puede ser casualidad o simplemente la comprobación de que siguen haciendo su tradicional tarea, sólo que ahora dentro del MULC. Esos dos bancos, con participación probada en facilitar la fuga de capitales de clientes argentinos, son los más activos en el movimiento de dólares financieros, según se desprende de las anotaciones del Banco Central.   

Entidades con muchas sucursales y miles de clientes minoristas son líderes en el ranking, creciendo en el mercado por la liberación total de la compraventa de dólares. Otros con unas pocas agencias explican su crecimiento por haberse lanzado al festín especulativo de la liberación cambiaria y desregulación financiera. Un caso que sobresale es el del Banco CMF, que ocupa el puesto 18 del ranking de entidades del MULC neto de comercio exterior. Esta entidad sin sucursales, cuyo presidente es José Alberto Benegas Lynch, pasó de escasos 71 millones a canalizar operaciones por 1473 millones de dólares.

Dolarización

La desregulación total del mercado de cambio no frenó la fuga de capitales, sino que la mantuvo en la intensidad que viene arrastrando desde las crisis del campo e internacional de 2008. Analistas del dispositivo de propaganda oficial pública y privada repiten que el “riesgo” de un triunfo de CFK en las elecciones explica la actual inestabilidad cambiaria, sólo parcialmente contenida con la venta de dólares de las reservas por parte del Banco Central. Es una interpretación exclusivamente política-electoral que desconoce la tradicional cobertura cambiaria que se desarrolla previa a cualquier elección, que ahora se ha acrecentado por la mayor debilidad de las cuentas externas. Ese empeoramiento no es responsabilidad de una figura de la oposición con posibilidades de ganar las elecciones PASO en la provincia de Buenos Aires, sino de la política económica del gobierno de Cambiemos, en especial la monetaria y cambiaria instrumentada por la conducción de Federico Sturzenegger en el Banco Central.

La administración Macri había recibido una economía con varias tensiones y la terminó de arrojar a una crisis a partir de un diagnóstico equivocado y, fundamentalmente, porque respondió a todas las demandas de facciones del poder económico, en este caso el financiero. Incentivó hasta acelerar a una velocidad impresionante la generación de una masa de excedentes económicos valorizándose en el mercado financiero con la opción de dolarizarse rápidamente. Amplió además el déficit estructural de divisas que es cubierto por la emisión desaforada de deuda.  

El informe de Fide que comenzará a circular esta semana precisa que en junio la demanda bruta de dólares por atesoramiento alcanzó una máximo de casi 4000 millones de dólares. No se difundieron todavía la cifra de julio pero la suba de la cotización y mayor movimiento en el mercado cambiaria durante ese mes adelanta que habría aumentado. 

El Banco Central enfrentará una prueba de fuego dos días después de abrirse las urnas. El martes 15 de agosto vencen poco más de 530.000 millones de pesos de Lebac, equivalente al 57 por ciento del stock de esa deuda de cortísimo plazo y al 64 por ciento de las reservas internacionales, estima el reporte de la Fundación que encabeza Mercedes Marcó del Pont. Se pregunta cuál será la “súper tasa” que deberá ofrecer el Banco Central para evitar la dolarización de una parte importante de ese vencimiento. Señala que el BC está encerrado en una trampa autoinfligida al impulsar una burbuja financiera que no sabe cómo desarmar sin provocar una presión insostenible sobre el mercado de cambios. Para concluir que el actual esquema es insostenible y que las tensiones cambiarias llegaron para quedarse. Parece que no sería conveniente no preocuparse del dólar como ordenó el presidente Macri.

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La puerta de los verdes

Fuente: Elaboración propia de Federico Kucher en base a anexos estadísticos del informe del Banco Central “Evolución del Mercado Único y Libre de Cambios y Balance Cambiario”, ranking de entidades del volumen operado en el MULC, junio 2017.