Dominga del Carmen Ferreira tenía 41 años, era madre de tres hijxs. Trabajadora rural, vivía en Los Blancos, un pueblo que depende del municipio de Rivadavia Banda Norte. Había denunciando por violencia de género a su pareja, Rolando Ezequiel Domínguez (de la misma edad), pero siguió desprotegida a merced de este hombre que finalmente la mató el 7 de mayo a la madrugada. El asesino confesó el crimen a los hermanos de la mujer, al hijo y un sobrino de la víctima y luego se entregó a la policía.
Hugo Cruz, hermano de Dominga, conversó con Salta/12. Pidió "que se haga justicia", y que su excuñado "pague por el terrible, gran daño que ha hecho". "El femicida es el esposo", ratificó.
Cruz contó que supo del femicidio por el propio Domínguez, quien le envió mensajes de voz a él y a otro hermano que reside en Tucumán informándoles que había asesinado a Dominga. "Me decía que hizo una macana, que me haga cargo de los hijos de él, que va a estar preso, y que me haga cargo de los animalitos en el campo, que nos ayudemos con el hijo más grande ella", relató. Detalló que la justicia tomó registro de esas pruebas, y consideró que su cuñado, "está consciente" de lo que hizo por "la forma en que lo dice", cuando le envió mensajes.
Contó que su hermana fue a las fiestas patronales el sábado por la noche, ese evento terminó a las 5 de la madrugada, cuando salió de allí, Domínguez la siguió y la mató. Cruz dijo que no sabe si hubo testigos, que se enteró que el femicida la interceptó, acorralándola en un lugar donde había un auto estacionado, un árbol y la casa de un vecino, quien escuchó un ruido, abrió la puerta, vio el cuerpo ensangrentado en el suelo y llamó a la policía. Personas que estuvieron en esas fiestas comentaron a Salta/12 que Domínguez llevaba el cuchillo consigo, con lo que interpretaban que había premeditado el crimen.
Cruz también indicó que cuando llegó la enfermera del centro de salud, única institución sanitaria en Los Blancos, su hermana ya no tenía signos vitales, lo que da una idea de la violencia que recibió, porque el centro de salud se ubica a solo 6 cuadras del lugar del hecho.
"El femicida se entregó a la policía, antes se fue a la casa a dejar un poncho, y a avisarle fríamente a su hijo (al mayor de la víctima, de 17 años), que estaba con otro sobrino, durmiendo, que cuide a sus hermanos. Me mandó mensajes de voz a mí y a otro hermano, diciéndonos que había matado a nuestra hermana y que nos hagamos cargo de los hijos", relató Cruz. Indicó además que los adolescentes quedaron shockeados por lo que les dijo este hombre cuando los despertó.
Cruz dijo que tenía conocimiento de que su hermana había denunciado a Domínguez por violencia de género y que le habían impuesto una perimetral que incumplía. Expresó que sabía que "siempre se peleaban (...), se golpeaban". "Mi hermana era una mujer fuerte, firme, se defendía", sostuvo.
Asimismo, dijo que jamás pensó que la violencia de su excuñado escalaría a este extremo de quitarle la vida a su hermana. Contó que junto a sus hermanxs habían hablado antes con la pareja: "Para que arreglen como personas adultas, grandes, que se dejen, especialmente a mi cuñado. Se estaban dejando. Aparentemente mi hermana estaba rehaciendo su vida, él la perseguía", relató.
"Esperamos que se haga justicia, concreta y firme. No podemos aceptar estas cosas. (También) Ha puesto en riesgo a nuestra madre de 73 años con soplo al corazón, que gracias a Dios pudo aguantar terrible sufrimiento", manifestó Cruz.
Domínguez fue imputado por el femicidio el lunes último. La causa quedó a cargo del fiscal Gonzalo Vega, de la Unidad de Graves Atentados de Tartagal, quien solicitó al Juzgado de Garantías 2 del distrito, que el femicida permanezca detenido.
Femicidio evitable
Consultado respecto a la situación de su hermana después de que denunció a Domínguez por violencia de género, Cruz dijo que no hubo ningún organismo estatal que la asistiera, la orientara y la protegiera. "Puede pasar que quede como simple femicidio", dijo al considerar la responsabilidad estatal porque una intervención oportuna, hubiera podido "evitar" que esto pasara.
Cruz contó que la autopsia se hizo en Orán. Expresó que "fue un sufrimiento hacer ese trámite", porque fueron hasta esa ciudad el lunes a las 8 de la mañana y tuvieron que esperar la entrega del cuerpo, que se realizó recién a las 19.
El hombre dijo que un amigo lo llevó en camioneta hasta Orán y un hermano lo ayudó con los gastos para el combustible y la comida. Mientras que el municipio sólo colaboró con el traslado del cuerpo hasta Los Blancos y el cajón, pero no cubrió la sala velatoria ni otros gastos que conllevó el velorio.
El certificado de defunción da cuenta de la causa de muerte: shock hipovolémico por lesiones cardíacas, como consecuencia del uso de arma blanca. El horario del deceso quedó registrado a las 5.20.
Víctimas colaterales
Ferreira hubiera cumplido los 42 años el 6 de septiembre, pero el femicida le arrebató la vida antes, y dejó huérfanxs a tres chicxs. Las víctimas colaterales de este crimen, son una niña de 11 años de edad y un niño de 6 años cuyo progenitor es Domínguez, y un adolescente de 17 años de edad que era hijo biológico de la víctima y al que crió desde pequeño con esta pareja, a quien "le dice padre".
"Por ahora legalmente nadie se hizo cargo", explicó Cruz. Dijo que el miércoles, se comprometieron a ir a verles desde el Programa de Asistencia a las Víctimas de Delitos Graves y a sus familiares, que por ahora se contactaron sólo por teléfono y espera que le brinden asesoramiento y contención.
Cruz dijo que en Los Blancos viven él y una hermana, mientras que otros dos hermanos se encuentran en otras ciudades.
"Ahora tenemos con todo el corazón que hacernos cargo", sostuvo Cruz, "lo vamos a hacer, no es fácil", expresó. También dijo que espera que desde el Estado "se nos ayude, que se nos comprenda". El hombre es un trabajador, contó que tiene un negocio de comidas junto a su pareja y es padre de dos hijas de un matrimonio anterior, indicó que la hermana que vive ahí en el pueblo es de bajos recursos, también refirió que le dijeron que si no se hacen cargo de los sobrinos serían institucionalizados, por eso manifestó que no quieren eso y espera que no se los "castigue" de esa manera.
El hombre contó además lo difícil que fue avisarles a lxs niñxs más pequeños sobre la muerte de la madre, y que se despidan de su cuerpo, porque la hija y el hijo más grande no se atrevían a verla y no tuvieron asistencia psicológica en el lugar.