La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela tomó ayer, en su primera sesión, tres decisiones clave. Por un lado, destituyó a la fiscal Luisa Ortega Díaz y luego anunció que deliberará por dos años. Por otro lado, decidió la conformación de una Comisión de la Verdad, que investigará los actos de violencia que se dieron en el país desde que comenzaron las protestas, a inicios de abril.
Elegida hace una semana, la Constituyente votó por unanimidad la salida del cargo de Ortega Díaz y la inhabilitó para ocupar cargos públicos, apenas un rato después de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) remendara iniciarle juicio político. Previamente, Ortega Díaz había denunciado que la sede del Ministerio Público estaba rodeada de policías y se le impedía la entrada. “Rechazo asedio al Ministerio Público venezolano. Denuncio esta arbitrariedad ante la comunidad nacional e internacional”, escribió Ortega Díaz en su cuenta de la red social Twitter junto a cuatro fotos. Más tarde, circularon otras imágenes, de cómo debió retirarse custodiada de la sede.
En lugar de Ortega Díaz, que igualmente puede ser llevada a juicio, los oficialistas designaron al hasta ahora defensor del Pueblo, Tarek William Saab, lo que lo convierte en la primera autoridad designada por el órgano plenipotenciario, que sesionó ayer por primera vez, tras instalarse el viernes. “Eso no puede quedar vacío porque se generará un problema que ya lo teníamos con la inacción del Ministerio Público”, explicó el constituyente Diosdado Cabello cuando postuló a Saab para el puesto. El nuevo fiscal, un abierto simpatizante del gobierno que se desempeñó como defensor del pueblo desde el 2014, asumirá la conducción del Ministerio Público. “Venezuela no será Panamá, no será Guatemala, no será el Chile de
Pinochet, de países que fueron intervenidos militarmente. Venezuela será siempre la cuna de libertadores, que salió a liberar pueblos. Saldrá al frente con la verdad y la justicia”, señaló Saab.
Cuando los constituyentes votaron, el TSJ ya había enviado una nota en la que remarcaba que había encontrado méritos para enjuiciar a la fiscal, inhabilitarla, prohibir su salida del país y congelar sus bienes. Todo el procedimiento duró apenas diez minutos. Cabello pidió declarar la emergencia dentro del Ministerio Público para que se proceda a su inmediata reestructuración, y reclamó revisar el proceder de todos los funcionarios en todos los niveles, lo que fue aprobado por el pleno del cuerpo.
El mismo ex militar señaló después, en rueda de prensa, que la Fiscalía en manos de Ortega Díaz se había convertido en un centro de la impunidad en el país. “Estoy seguro que con Tarek William Saab va haber justicia, que no significa venganza, nosotros no actuamos en base a esa premisa”, añadió. Desde que el TSJ se atribuyó las funciones legislativas, Ortega Díaz se separó del Ejecutivo y profundizó sus diferencias con el oficialismo, al oponerse a la Asamblea Constituyente, que atribuyó a la ambición dictatorial del presidente Nicolás Maduro.
La fiscal general se declaró en rebeldía contra su destitución. “Desconozco las decisiones y no las asumo, porque están al margen de la Constitución y la ley”, dijo en un comunicado Ortega, quien denunció que está en pleno desarrollo un golpe contra la Constitución promovido por el máximo tribunal y el gobierno de Maduro. El mandatario justificó la decisión en una entrevista con una radio argentina, indicando que la fiscal mintió al afirmar que no avaló la designación de los magistrados del TSJ en el 2015.
La funcionaria, quien tiene prohibición de salir del país y congeladas sus cuentas, sostuvo que este caso sólo es una muestra ínfima de lo que viene para todo aquel que se atreva a oponerse a la forma totalitaria de gobernar. Ortega atribuyó su destitución a un intento por esconder la corrupción y los abusos que se dieron durante las protestas opositoras iniciadas. Advirtiendo que la vida de la fiscal está en riesgo inminente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuyas decisiones desestima el gobierno, le otorgó el viernes medidas cautelares de protección.
Por otro lado, la Asamblea eligió después a la ex canciller Delcy Rodríguez para que presida la “Comisión de la Verdad”, que investigará los actos de violencia durante las protestas de los últimos meses. La designación de Rodríguez, jefa de la ANC, fue hecha junto al sometimiento a votación de la propuesta del presidente Maduro de un proyecto de ley constitucional de la Verdad, la Justicia, y la Paz, indicó el secretario al presentar la moción en el debate para su votación. Maduro había pedido a finales de mayo crear y dotar a la Comisión de la Verdad de poder plenipotenciario para garantizar que la Justicia repare a las víctimas de la violencia en la ola de protestas que para entonces llevaba unas 30 muertes, y hoy alcanza a 121.
En su primera sesión, la Constituyente despejó además una de las incógnitas que rodeaban su funcionamiento: el tiempo de sus deliberaciones. En principio, el cuerpo decidió trabajar durante dos años siempre y cuando se hayan cumplido las tareas encomendadas, las funciones para las cuales fue nombrada, explicó Cabello, que aclaró que puede ser menos, pero no habrá limitaciones. Entre esas funciones, además de redactar una nueva carta magna, la Asamblea (de poderes ilimitados) se propone reordenar el Estado. La duración de las deliberaciones también debería estar marcada por las elecciones presidenciales, previstas para diciembre del 2018, aunque la misma asamblea puede postergarlas.
Desde afuera de la sede legislativa, el presidente Maduro destacó la tarea futura de la Asamblea, al señalar que: “Es un bálsamo para la vida social y política de los venezolanos, necesario para aplacar la situación de violencia a la que sectores de derecha sometieron al país durante los últimos tres meses”. En declaraciones a la argentina Radio Rebelde, Maduro dijo que se vio obligado a tomar la decisión de convocar a la ANC y dio por hecho que la oposición podrá participar en las elecciones de gobernadores y alcaldes de diciembre. “Tiene todas las garantías para hacerlo”, afirmó.