En las inmediaciones de la antigua estación de trenes, en las afueras de la ciudad cabecera del partido de Tapalqué, a unos 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, se extienden las nueve hectáreas en las que un grupo de familias productoras viene trabajando para fundar una nueva Colonia Agroecológica Integral.
El proyecto incluye la construcción de un depósito de abastecimiento y un galpón de herramientas de uso colectivo. Las colonias apuntan al trabajo agroecológico de la tierra, pero también a resolver el tema de la vivienda. Para ello, se iniciaron las gestiones ante la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), la intendencia local y el ministerio provincial de Desarrollo de la Comunidad. El pasado 29 de abril, el proyecto logró la adjudicación de las 7 primeras viviendas que permitirán a las familias radicarse en el lugar.
“Hay muchas tierras del Estado sin utilizar y miles de productores que necesitamos acceder a la tierra”, explica Zulma Molloja, una de las referentas nacionales de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT). “Esperamos que estas colonias puedan multiplicarse en otros puntos del país para abastecer de alimentación sana y a precios justos a millones de argentinos”, agrega.
Tierra, trabajo y vivienda
Esta nueva propuesta de trabajo agroecológico integral se suma a otras que se vienen consolidando en la provincia de Buenos Aires y en el Litoral durante los últimos años. La primera experiencia de este tipo que protagonizó la UTT fue por medio de la ocupación de 84 hectáreas propiedad del Estado que estaban abandonadas en Jáuregui, Luján, en el año 2015. Allí se definió un modelo por el cual cada familia dispuso de una hectárea y la mayor parte del terreno se puso a disposición para la producción.
Otros proyectos similares surgieron en otros partidos de la provincia de Buenos Aires, como Mercedes, Castelli, San Vicente y Cañuelas. Otras colonias se crearon en Las Piedras, Entre Ríos; Puerto Piray, Misiones; y Lavalle, Corrientes.
Con los años y la experiencia, la UTT apeló cada vez más a la combinación del impulso de la lucha por la tierra con la gestión ante las distintas instancias del Estado. Esa fue la fórmula de Tapalqué, donde las familias ya cuentan con el compromiso de las autoridades del Municipio y de la Provincia para garantizar 540 metros lineales de tendido de red eléctrica y 820 metros de red de agua, tanto para el consumo familiar como para el riego de las tierras cultivadas.
"Uno se pregunta qué empresa privada vendría a invertir en este lugar. La respuesta es que ninguna”, declaró el ministro de Desarrollo de Buenos Aires, Andrés Larroque, presente en el acto de adjudicación de las viviendas. “Los capitales te dirán que no vienen porque no hay rentabilidad, pero nosotros decimos que hay una rentabilidad enorme, humana, social, moral y espiritual”, agregó.
El intendente de Tapalqué, Gustavo Cocconi, se manifestó en el mismo sentido: "Creemos que la tierra tiene un fin social y productivo y este programa da la posibilidad de soberanía alimentaria, donde los vecinos puedan acceder al alimento de calidad sin depender de la especulación económica".
Procrear rural
Otro aspecto que busca darle integralidad al desarrollo de las Colonias es la búsqueda de articulación con organizaciones e instituciones, más allá de las gestiones ante el Estado. En el caso de Tapalqué, para avanzar con las distintas etapas del proyecto, la UTT está trabajando conjuntamente con la Cooperativa de Trabajo Barrios Productores, el Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el CONICET y el Centro de Tecnología de la Madera de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, también de la UNLP.
Para la organización campesina, estos proyectos de producción agroecológica integral prefiguran un uso de la tierra que debería convertirse en política de Estado. En ese sentido, la Mesa Agroalimentaria Argentina impulsa una ley de acceso a la tierra conocida como “Procrear rural”.
Esa propuesta es parte de un conjunto de cinco proyectos de ley que abarcan temas como los arrendamientos rurales, el financiamiento y fomento del cooperativismo, la transición agroecológica y la segmentación de políticas impositivas agrarias. A pequeña escala, estos aspectos del proceso productivo entran en juego en cada colonia agroecológica que se funda.
“Hay que ir superando el sistema tradicional de producción de alimentos. El nuevo modelo agroalimentario no debería guiarse por la lógica del mercado, que manejan un puñado de grandes empresas según su interés de lucro, sino establecerse en función de proteger la salud del suelo y de las personas, por eso la necesidad de evitar los agrotóxicos. Si se cambia el modelo en el sentido en que venimos trabajando las organizaciones campesinas, va a ser posible vender alimentos sanos, a precios justos, tener trabajos dignos y fortalecer las economías locales”, concluye Agustín Suárez, vocero de la UTT.
* Coautor de los libros América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista y 2001: Historias y devenires de la rebelión popular.