“El no reconocimiento a la ley lo hicieron hasta por carta documento”, acusa con decepción Alberto De Magistris, ingeniero agrónomo y titular de la ONG ambientalista Pilmayqueñ. Como docente de educación superior dice que “no entiende cómo la Universidad de La Plata se opone a la ley desde el día cero”, en referencia a la norma que en 2011 estableció que las más de 700 hectáreas de la reserva ratural Santa Catalina, cuya principal propietaria es la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), pasen a formar parte de las áreas naturales protegidas de la provincia. La UNLP intenta vender una porción de esas tierras y es por eso que el Ministerio de Ambiente solicitó la expropiación.
Desde sus oficinas en la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas de Zamora, De Magistris explica que esta situación se repite, que no es la primera vez que ocurre y que faltó un diálogo constructivo para alcanzar otro tipo de solución al conflicto. “Es una acción muy valiosa la de la ministra Daniela Vilar, a la altura de cuando salió la Ley de la Reserva”, asegura y agrega que entre 2011 y 2022 hubo diversos intentos por conversar con las autoridades de la UNLP y aunque los distintos rectores siempre plantearon que “la venta de los terrenos es una decisión estratégica”, nunca conformaron mesas técnicas y sólo hubo “un par de charlas de café”.
De Magistris considera que hubo un total desinterés de la UNLP en arribar a un acuerdo tal cual lo contemplaba la ley. Con antecedentes de terrenos cedidos en 1999 y y una operación que entregó 300 hectáreas a la empresa Covelia SA en 2008, su lectura es que se trata de un mensaje sobre las intenciones platenses respecto de este pulmón verde lomense. “Por suerte en 2011 logramos que una medida cautelar frene la venta a Covelia”, reflexiona.
Tras conocerse el pliego de licitación de la UNLP con el que pretende vender 15 hectáreas del Predio Santa Catalina, se encendieron las alarmas y el ministerio de Ambiente presentó el proyecto de ley para expropiar los terrenos que componen el área natural protegida. Una medida conjunta con el presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermin, y la Municipalidad de Lomas de Zamora.
Uno de los hechos que relata con decepción el docente ambientalista es el contexto en el que la Universidad de La Plata se hizo con la escritura de los terrenos de Santa Catalina lo que demuestra, asegura, que han visto a la reserva como “un negocio inmobiliario”. “Consiguieron la escritura bajo el gobierno del último gobernador de la dictadura en 1982, con la gravedad de que un gobernador decidió sobre tierras originalmente nacionales”, explica. Sucede que, efectivamente, el Gobierno Nacional era dueño de las tierras a fines del siglo XIX, y las cedió con una única finalidad: educación e investigación. Con la posterior creación de la UNLP, fue la Nación quien le confió los terrenos a la casa de estudios bajo la misma modalidad.
Este argumento, sostenido por la ONG Pilmayqueñ, es uno de los principales ejes planteados y ante el cual el propio De Magistris se pregunta si la institución “¿es una inmobiliaria o una universidad?Te hablan con la escritura como si fueran un propietario privado más", señala.
Según los estudios de la ONG comandada por De Magistris, la riqueza biológica de la Reserva Natural Santa Catalina es uno de los factores más significativos al momento de considerar la necesidad de preservarla ya que cuenta con 172 especies de aves, donde se encuentran representadas el 44% de las especies nativas de la Provincia de Buenos Aires y el 14% del país. También hay más de 700 especies de plantas, más de 600 de hongos y algas, al menos 60 de mariposas, 17 de mamíferos, 10 de peces, 7 de reptiles y 9 de anfibios.Además, consideran que en la Reserva Natural Santa Catalina hay más de 60 familias de invertebrados representadas y se pueden apreciar los ejemplares más australes del árbol tembetarí.
La voz de la UNLP
En la sede de la presidencia de la Universidad Nacional de La Plata se mostraron optimistas tras el anuncio que la ministra de Ambiente, Daniela Vilar, realizó por redes sociales respecto de la expropiación. "Si bien aún no nos llegó ninguna notificación oficial, de ser así tendrá todo nuestro apoyo para que esta medida se lleve a cabo", aseguraron.
Desde su perspectiva, la expropiación trae una solución esperada por la Universidad. Sostienen que siempre plantearon ante las autoridades de la provincia de Buenos Aires la necesidad de contar con un campus que sirva de espacio para el desarrollo de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Agrarias y la de Veterinaria, pero que el traslado a Lomas de Zamora ya resultaba dificultoso y cada vez menos estudiantes hacían uso de las instalaciones que la UNLP tiene en el predio. "Nosotros necesitamos un campo más cerca, así lo ideal sería contar con los recursos que surjan del pago por la expropiación para adquirir un nuevo predio cercano a La Plata".
Un funcionario de la UNLP explicó que un acuerdo para ceder las tierras requeriría del consenso entre las 17 facultades que integran la Universidad y que no se trata de una decisión unilateral de la presidencia. Además, remarcó la complejidad que implica desprenderse de un área utilizada por el alumnado y no contar con otro espacio que lo reemplace.