La UTEP, la Unidad Piquetera y otras agrupaciones sociales y sindicales acordaron hacer una protesta conjunta, el jueves 18, frente al Ministerio de Desarrollo Social que conduce Victoria Tolosa Paz. Se trata de una respuesta frente a la grave crisis por el aumento de los precios de los alimentos. Las organizaciones sociales denuncian que, con una inflación del 110 por ciento anual, el gobierno viene disminuyendo el envío de asistencia a los comedores y merenderos populares, y señalan como principal motivo el ajuste en el gasto impuesto por el acuerdo firmado con el FMI.
Así, la jornada de lucha tendrá como principal consigna el rechazo a los condicionamientos del Fondo sobre las políticas sociales. El pedido de que el Estado envíe más alimentos, y con menos demoras, a los comedores populares será, a su vez, el principal reclamo.
“Va a ser una movilización muy grande, una demostración de fuerza para que Desarrollo Social se siente a discutir con los movimientos”, anticipó Esteban Castro a Página/12. El Gringo es titular de la UTEP, integrada por los movimientos que son parte del gobierno.
Desde mediados de 2019, es decir desde los finales del gobierno de Mauricio Macri, las organizaciones del espacio nacional y popular no salían a la calle junto a las de la izquierda.
En aquel momento confluyeron por la emergencia alimentaria. Cuatro años después y cuando se acerca el final del mandato de Alberto Fernández, las dificultades para cubrir una alimentación básica vuelve a estar en primer plano.
En ese sentido, Castro aseguró que los comedores están sobredemandados pero que el Estado no les envía la cantidad de alimentos que prometió, o lo hace tarde. “Si las organizaciones sociales seguimos dando de comer es porque la gente en los barrios sabe cómo organizarse, cómo ir a manguear y dónde conseguir donaciones”.
El dirigente no culpó enteramente a la gestión de Desarrollo Social por esta falta, sino que señaló a “las grandes empresas de la alimentación, que son formadoras de precios pero no le pasan presupuesto al Estado o no se presentan a las licitaciones”. “Las grandes empresas productoras de alimentos están regateando la comida y eso debe incorporarse al debate político”.
Desde las organizaciones opositoras de la Unidad Piquetera, Eduardo Belliboni había denunciado, el día anterior, que la comida que manda el Estado a los barrios “es poca” y “en mal estado”. “Los alimentos que nos dieron no los pueden comer los animales, ¿por qué comprar en mal estado o próximos a vencer?", preguntó durante la movilización de este martes de la Unidad Piquetera a Desarrollo social.
La jornada de lucha del próximo jueves 18 reunirá así a todas las organizaciones sociales, incluso las sueltas. Este jueves a las 11hs sus referentes darán una conferencia de prensa en el Obelisco para difundir detalles de la medida. Participarán la UTEP, la Unidad Piquetera, la CTA Autónoma, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y otros espacios.
El acuerdo UTEP-Unidad Piquetera tiene una historia, un proceso que arrancó en noviembre del año pasado, cuando un sector del gobierno filtró un informe de la AFIP para instalar la idea -totalmente falsa- de que 250 mil planes Potenciar eran irregulares. Desde entonces, el ministerio de Tolosa Paz tuvo una serie de pulseadas con las organizaciones sociales e implementó finalmente un ajuste a los programas de asistencia, mediante un reempadronamiento que bajó el 10 por ciento de los planes. Las denuncias de faltantes en los comedores, así como el no envío de herramientas e insumos a los proyectos productivos pasaron a ser repetidas. Desde noviembre hay emprendimientos del Plan Potenciar que esperan el envío de fondos ya conveniados.
Son recortes que no siempre generaron fuertes reacciones -la reactivación del trabajo en la salida de la pandemia había generado buenas expectativas-, pero que se sintieron más a medida que se instaló la dinámica de aumento de los precios y baja de los ingresos.
El acuerdo de la Utep con Unidad Piquetera no fue rápido. Si bien dentro de la UTEP las organizaciones alineadas con Juan Grabois vienen presionando hace rato por salir a la calle, para otros sectores que hicieron de respaldo a la gestión de Alberto Fernández, como el Movimiento Evita, reorientarse en esta dirección es reciente.
Hoy se muestran centrados en cuestionar la figura de Tolosa Paz. Entre otras críticas, deslizan que la ministra favoreció, con la distribución de alimentos, el trabajo territorial de sectores políticos de su propio armado.
Como es conocido, el sector de Grabois extiende en cambio sus críticas más allá y llega al ministro de Economía, Sergio Massa, y en general al peronismo afín al modelo agroexportador.
“Como UTEP tenemos que hacer una autocrítica: no luchamos lo suficiente”, resumió en ese sentido a este diario Dina Sánchez, del Frente Darío Santillán. “Nuestra principal tarea ahora es construir una unidad fuerte, sólida, de toda la clase trabajadora, por supuesto expresada en la calle. No es solamente juntarnos a tomarnos una foto, sino salir a la calle y que podamos levantar nuestra voz, porque la situación está cada vez más compleja, más angustiante, más acuciante”.
El acuerdo entre la UTEP y la Unidad Piquetera también está muy influido por las elecciones presidenciales. En diciembre el escenario puede ser muy distinto; el crecimiento de las expresiones de derecha, permean no sólo a Juntos por el Cambio sino también a eventuales candidatos del Frente de Todos. Los movimientos entienden que se vienen tiempos más difíciles para los sectores populares, en los que el ajuste puede ser acompañado por una mayor represión o por una nueva ofensiva judicial contra quienes protesten; y juntan fuerzas para enfrentarlo.