El último sábado de campaña antes de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, en un pequeño bar del sur de la Ciudad de Buenos Aires, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner le dio su respaldo a la lista de precandidatos porteños encabezada por Daniel Filmus y Mariano Recalde. Luego de una recorrida bonaerense por Almirante Brown, la líder de Unidad Ciudadana llegó ayer por la tarde a Barracas para reunirse con sus candidatos y escuchar junto a ellos los problemas que enfrentan “los ciudadanos afectados por el ajuste del Gobierno”. Fue la forma en que la ex presidenta les dio su bendición, en contraste con las otras dos listas que compiten en el frente Unidad Porteña: la de Ahora Buenos Aires, encabezada por Itai Hagman y Jonatan Thea, y la de Unidad Peronista encabezada por Guillermo Moreno y Gustavo Vera. “Hay una gran mayoría que ya no llega a fin de mes y otra que le está costando cada vez más. No hay país que progrese si a más de la mitad de la gente le va mal”, aseguró ayer la ex presidenta.
Alrededor de 300 personas esperaban pasadas las 18 en la esquina de Suárez y Arcamendia, en donde se encuentra el bar notable “La Flor de Barracas”, que según cuenta la leyenda popular abrió sus puertas a fines del siglo XIX. Con sus celulares listos para cuando llegara “la jefa”, cada tanto coreaban el clásico: “A volver, a volver, vamos a volver”. Sobre la vereda se armó un modesto puestito de merchandising nacional y popular: muñequitos de Belgrano y San Martín, remeras del Che, Fidel Castro, Néstor Kirchner y CFK, entre otros. “Acá se milita con los precios”, decía un cartel con la imagen del ex presidente. “Precios Cuidados”, se leía en otro con la cara del ex ministro de Economía, Axel Kicillof. Los muñequitos costaban 80 pesos y las remeras 100.
“Viene de Almirante Brown, todavía va a tardar media hora más o menos. Va a estar acá a las siete”, le contaba un hombre a otro para calmar su ansiedad tras la llegada de algunas personas de seguridad que verificaron el lugar por donde iba a ingresar la ex presidenta. No tardó media hora. A diferencia de la mayoría de los actos políticos, que suelen demorarse, CFK se bajó de su auto a las 18:40, 20 minutos antes de lo previsto por los organizadores. Los que la esperaban en la vereda se avalanzaron sobre el auto y tras un breve momento de empujones con los celulares en alto, una ráfaga de fotos movidas y varios gritos de aliento, la ex presidenta se metió en el bar. “Recién arrancó. No la pude ni ver pero igual fue muy lindo”, le contaba un hombre a su pareja, que del otro lado de la línea se alegraba porque “al menos” había logrado vender un libro.
La imagen de CFK junto a los candidatos porteñas fue distribuida mediante las redes sociales. Los militantes y seguidores trataban de pispear la actividad, como reza el tango, con la ñata contra el vidrio.
Filmus y Recalde se ubicaron a los lados de CFK y, entre medio, los damnificados que contaron sus experiencias con el gobierno de Cambiemos. En la misma mesa estaban también sentados Gabriela Cerrutti (Nuevo Encuentro), Juan Cabandié (La Cámpora) y María Rosa Muiños (PJ). Todos habían formado parte de la 15 actividades organizadas en simultáneo por los precandidatos de Unidad Ciudadana porteña.
“Estuvimos en toda la ciudad hablando con lxs vecinxs y escuchando su preocupación. Escuchamos a ciudadanos a los que el gobierno les desorganizó la vida”, explicó Filmus desde su cuenta de Twitter. Desde el barrio de Agronomía, el primer precandidato a diputado nacional reflejó el relato de Gabriel, un médico del Hospital Tornú que denunció que el hospital funciona con 104 camas cuando antes había 200. “Sin camas, sin enfermeros y sin recursos no hay salud pública posible en CABA”, dijo Gabriel. “Hay angustia, preocupación y desánimo, pero también hay esperanza que se va a expresar a través del voto a Unidad Ciudadana”, concluyó Filmus.
En Plaza Irlanda, Recalde armó una mateada. “Esta elección no se trata de una disputa entre partidos o dirigentes sino entre la gente y un gobierno que le da la espalda. En una semana tenemos la oportunidad de dar un mensaje duro y contundente”, afirmó el primer precandidato a legislador porteño, que más temprano había estado en Zavaleta y en la villa 21-24.
Desde Lugano, Juan Cabandié remarcó la misma idea: “Hay que parar estas medidas de ajuste que le están sacando la comida del plato a los argentinos”. Muiños hizo lo propio en Parque Patricios: “El gobierno de Macri ha dicho con claridad que se viene un ajuste mucho más terrible. Pero tenemos una herramienta que es el voto, que es nuestra oportunidad de sacarle tarjeta amarilla al Gobierno”. En Plaza Boedo, Leandro Santoro, de Los Irrompibles, escuchó cómo Norberto le contó de la situación de las pequeñas empresas: “La apertura de las importaciones y la desprotección de la industria nacional devastó a nuestras pymes”.