“El 2 de agosto de 2018 esta provincia sufrió un hecho lamentable que la cambió para siempre.” Con esa frase el responsable de la educación provincial, Alberto Sileoni, recordó lo sucedido hace casi cinco años en la Escuela Primaria N°49 de Moreno, donde Sandra Calamano y Rubén Rodríguez murieron a causa de una explosión producto de una fuga de gas. Sileoni aludió a la fecha al anunciar una batería de inversiones para evitar problemas en el suministro de gas y pidió quitar de “la grieta” a la educación en tiempos electorales.

La tragedia que se llevó la vida de Sandra y Rubén, tal cual se los recuerda solo por sus nombres en la comunidad educativa, produjo “que se empiece hablar de cosas que antes no se conocían”, dijo Sileoni. Puso como ejemplo las pruebas de hermeticidad que constantemente se hacen en las instalaciones de las escuelas. Habló de las contrataciones vinculadas a este servicio, dijo que son más complejas y que, incluso, un docente o un directivo está “imposibilitado” de encender una estufa.

El anuncio

El nuevo fondo de inversión destinado a obras vinculadas al servicio de gas asciende a 3.000 millones de pesos. Los consejos escolares podrán solicitar los montos para nuevas obras con la condición de haber rendido correctamente los recursos que les fueron girados para el mismo fin en noviembre del 2022. En aquel entonces, y para que durante el verano se pudiera poner en valor la infraestructura de las escuelas, el gobierno provincial transfirió 4.500 millones de pesos a los Consejos, con la instrucción de que 1.000 millones sean destinados a obras de gas. Quien no haya rendido como se debe aquellos fondos, no podrá solicitar una nueva partida.

El titular Educación contó que en 2020 había 1.967 edificios escolares con problemas de gas “o directamente con el gas cortado”, lo que representaba el 18,5% del total de las escuelas. Para el 2023, aseguró que son alrededor de 130, lo que representa solamente el 1,2%. “Un chico con frío es el 100 por ciento del problema”, indicó, pero aclaró que hasta el ENARGAS considera como probable que en universo con esta cantidad de infraestructura exista entre un 1 y un 1,5% de posibles falencias que originen falta de servicio. “Todo será cubierto con aires acondicionados frío/calor, como se está haciendo en una escuela de La Plata en este momento”, aclararon desde la Dirección General de Escuelas.

Desde julio 2022 se han instalado, según indicó Sileoni, 1.000 aparatos frío/calor en las escuelas de la provincia. En el marco del Programa de Emergencia Educativa Edilicia (PEED), se han realizado 1.833 intervenciones referidas a instalaciones de gas. A valores de 2023, Sileoni indicó que se llevan invertidos a lo largo de su gestión más de 8.400 millones de pesos.

Una de las medidas que destacó a lo largo de la conferencia es la modalidad de trabajo intergubernamental que tuvo su manifestación para este ciclo lectivo con la constitución de Mesas de Gas distritales. Integradas por los consejeros escolares, autoridades municipales de educación, y jefes de inspección regionales, Sileoni confió que durante el invierno no habrá acusaciones cruzadas sobre la responsabilidad de la ejecución de las obras. “Hay que salir de esa grieta permanente”, pidió.

La rendición de cuentas por parte de los Consejos Escolares, como se aclaró, es determinante para la cartera. Hasta el momento, según informaron, 18 distritos no han presentado ninguna rendición sobre los fondos entregados en 2022. También anunció una inversión para adquirir 1.000 calefactores y 500 equipos eléctricos de frío/calor. “Sumando el nuevo fondo, las adquisiciones, y las remodelaciones del PEED hemos invertido desde 2020 a 2023 mas 12.600 millones de pesos en obras de gas”, celebró Sileoni.

Ante las preguntas de los periodistas presentes, el funcionario provincial no dejó pasar por alto que todo este trabajo fue realizado en los 135 municipios de la provincia y que, en ningún momento, hubo discriminación “por color político”. Incluso señaló que días atrás estuvo con el titular del Consejo Escolar de La Plata, localidad gobernada por el PRO con Julio Garro a la cabeza, y firmaron un acta por cien millones de pesos para obras.

Sileoni describió la situación del sistema educativo provincial, “el segundo más importante de Latinoamérica después de San Pablo”. Explicó que hay 10.600 edificios escolares en suelo bonaerense, dentro de los cuales funcionan 16.000 instituciones educativas. Esto, aseguró, también dificulta el mantenimiento edilicio, por lo que valorizó que durante la gestión del gobernador, Axel Kicillof, ya se lleven inaugurados más de 150 edificios escolares.

“Lo de Sandra y Rubén fue un asesinato”

Sonia Beltrán, hoy presidenta del Consejo Escolar de Moreno, en 2018 era la directora de Escuela Primaria N° 57. Conocía a Sandra y a Rubén. “Días antes de la tragedia, camino a una de las tantas movilizaciones, iba en el mismo colectivo con Sandra”, cuenta con la voz levemente entrecortada. “Le dije que si quería si nos turnábamos para llevar la bandera así no tenía que hacerlo sola, y me dijo que me quedara tranqui, que ella la llevaba”. Sonia recuerda de Sandra a "una militante", desde la postura vital y cómo directora escolar. “Sandra y Rubén pagaron con su vida por culpa de un Estado que en ese momento no cumplió con sus deberes”, lamenta.

Con Rubén Rodríguez llegó a compartir un cumpleaños de 15 por amigos en común. Beltrán lo recuerda como capacitador en el sindicato. “Después de la tragedia no vino nadie, ni un saludo protocolar de parte de Vidal”. Tampoco se apersonó Gabriel Sánchez Zinny, predecesor de Alberto Sileoni en la Dirección General de Cultura y Educación. “Lo de la gestión de Vidal fue muy triste, una falta de empatía total”, reprocha Beltrán. 

La referencia a la política desarrollada por la gestión de Cambiemos la reduce a lo que le tocó vivir con su propia escuela. En 2015, el edificio sufrió un incendio. Al iniciar la gestión del PRO en la provincia, el primer ministro de educación de Vidal, Alejandro Finocchiaro, inauguró el ciclo lectivo en 2016 con aulas modulares y asegurando que en sólo un año la escuela estaría terminada, según cuenta Beltrán. "La frase que usó fue: en un año el pollo está listo para sacar del horno", relata. "Bueno, el pollo se le quemó e hicimos choripanes", porque la obra nunca se realizó y recién se terminó el año pasado tras siete años. 

La docente acuerda con Sileoni en que la tragedia de Moreno fue un antes y un después en la educación pública de la Provincia. Explica que desde ese momento los docentes dejaron de “normalizar” las falencias estructurales de los edificios escolares. “Ya no corremos a los chicos si hay una gotera, no tapamos una ventana con un cartón si falta un vidrio, y tampoco llevamos un balde al baño si no hay agua.” Lo que más bronca le genera, cuenta, es que desde su rol de directora Sandra Calamano hizo todas las presentaciones ante las autoridades correspondientes sobre la situación en su escuela. “Jamás pueden decir que desconocían la situación”, asegura.

A partir de aquel momento, la acción de los docentes de Moreno cambió y eso tuvo consecuencias. Beltrán detalla que “hubo persecuciones y señalamientos, amenazas con respecto a su filiación con SUTEBA”, el gremio docente, y que les “sugerían” desvincularse. Eso no sucedió, remarca la docente, y siguieron con su labor pero con manifestaciones en las propias escuelas. Si las aulas estaban inundadas, daban clases en la vereda. Si las paredes estaban electrificadas, pasaban al patio. “La comunidad educativa y los padres nos acompañaron”, recuerda.

“Cuando asumimos en 2019, sólo 25 de las 200 escuelas del distrito estaban en condiciones de iniciar el ciclo lectivo", dice. "A principios de este año, solo 5 colegios presentaban problemas para arrancar las clases.”

“Que los pibes habiten un lugar de vida y no de muerte.” Estas palabras englobaron el reclamo desde el 2018, según Sonia Beltrán. Al momento de asumir al frente del Consejo, señala que se encontraron con el lugar vacío. El órgano había estado intervenido desde 2017, no funcionaban las comisiones, no se reunía, y la comunidad educativa de Moreno desconocía lo que sucedía con los fondos que llegaban desde la Provincia. Esto que remarca la directiva, que estuvo presente junto a Sileoni lo agrava el hecho de que en diciembre de 2019 “las computadoras y los armarios estaban vacíos porque se llevaron todo”.