Un equipo de astrónomos comandado por la Universidad de Southampton, en Reino Unido, descubrió la mayor explosión cósmica jamás vista. Se trataría de una vasta nube de gas, posiblemente miles de veces mayor que el Sol, alterada de forma violenta por un agujero negro supermasivo.
Según lo publicado este jueves por la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, la explosión catalogada como AT2021lwx se produjo hace casi 8.000 millones de años luz, cuando el universo tenía unos 6.000 millones.
La mayoría de las supernovas, es decir la explosión de una estrella moribunda y una de las más grandes conocidas, son visibles durante unos meses. Sin embargo, la ahora descrita se localizó hace tres años y aún está siendo detectada por una red de telescopios.
Esta gran explosión es diez veces más brillante que cualquier supernova conocida y tres veces más que el evento de disrupción de marea más brillante, en el que una estrella cae en un agujero negro supermasivo.
La explosión, el resultado de un suceso muy raro
Investigadores creen que el estallido es el resultado de un suceso muy raro: una vasta nube de gas, posiblemente miles de veces mayor que nuestro Sol, que fue violentamente perturbada por un agujero negro supermasivo.
Así, los fragmentos de la nube de gas estarían siendo engullidos por el agujero negro, enviando ondas de choque a través de sus restos y del polvoriento contorno del agujero.
En 2022, los astrónomos fueron testigos de la explosión más brillante de la que se tiene constancia: un estallido de rayos gamma conocido como GRB 221009A, que se produjo a 2.000 millones de años luz de la Tierra. Esa explosión fue más brillante que la descrita ahora, pero sólo duró una fracción de tiempo, lo que significa que la energía total liberada por AT2021lwx es mucho mayor.
Un descubrimiento "por casualidad"
La explosión fue detectada en 2020 por Instalación Transitoria de Zwicky y posteriormente por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), ambas en Estados Unidos y encargadas de vigilar el cielo para detectar objetos que cambian rápidamente de brillo, lo que indica la existencia de eventos cósmicos.
Philip Wiseman, el investigador de la Universidad de Southampton, precisó que "algo que brillara durante más de dos años fue inmediatamente muy inusual. Lo descubrimos por casualidad".
Por este motivo, se siguió investigando el objeto con el Gran Telescopio de Canarias; el Telescopio de Nuevas Tecnologías (operado por el Observatorio Europeo Austral) en Chile, y el Neil Gehrels Swift (una colaboración entre la NASA, el Reino Unido e Italia).
Manejando diversos datos, el equipo pudo medir la distancia al objeto. Una vez conocido ese parámetro y lo brillante que aparece se puede calcular el brillo del objeto en su fuente.
“Una vez realizados estos cálculos, nos dimos cuenta de que es extremadamente brillante", explicó el también firmante de la investigación Sebastian Hönig, consignado por la Universidad de Southampton.
Un brillo sin precedentes
Los únicos objetos del universo tan brillantes como AT2021lwx son los cuásares, agujeros negros supermasivos con un flujo constante de gas que cae sobre ellos a gran velocidad.
En un cuásar, el brillo aumenta y disminuye con el tiempo, pero en el caso de esta explosión, hace una década no se había detectado y "de repente aparece con el brillo de las cosas más brillantes del universo, lo que no tiene precedentes", comentó el también coautor del estudio Mark Sullivan.
El siguiente paso del equipo de investigadores será recopilar más datos sobre la explosión, midiendo distintas longitudes de onda, incluidos los rayos X, que podrían revelar la superficie y la temperatura del objeto, así como los procesos subyacentes.
Además, llevarán a cabo simulaciones computacionales mejoradas para comprobar si coinciden con su teoría sobre la causa de la explosión.