Este viernes condenaron a instructores de un grupo especial de la policía de Río Negro por la muerte del oficial Gabriel Mandagaray, ocurrida en 2021 durante un curso de ingreso, en el que lo obligaron a entrar al mar a pesar de que no sabía nadar. "Todos los imputados quebrantaron sus respectivos roles incrementando los riesgos que causaron el fallecimiento", sostuvo la justicia en el veredicto.
Los magistrados condenaron a "homicidio culposo" y "abuso de autoridad" a los instructores Alfredo Nahuelcheo, Marcelo Contreras y Maximiliano Vitali Méndez; y del coordinador Alejandro Gattoni, quienes estaban a cargo de los ingresantes al Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate (COER) de la Policía de Río Negro. En tanto, resta la instancia de censura, que se desarrollará en los próximos días, mediante la cual se impondrá la pena para los acusados.
El Código Penal para el delito de homicidio culposo establece prisión de 1 a 5 años e inhabilitación especial de entre 5 y 10, "por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo causaré a otro la muerte". Mientras que el abuso de autoridad prevé un castigo de prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por el doble de ese tiempo.
Además de esos delitos, el policía Contreras también fue declarado culpable de lesiones leves hacia otro oficial cursante. De acuerdo con la acusación, todo comenzó el 12 de abril, a 40 kilómetros de Bahía Creek, donde los instructores y el coordinador hicieron ingresar a los cursantes en un estanque de agua para luego iniciar la caminata hasta la playa en la que acamparon hasta el día siguiente.
"Encontramos que el curso básico COER, dictado por la policía, fue hecho en modo contrario a los objetivos que justificaron su organización y, a su vez, que hubo en ese marco hitos vulnerantes a la propia dignidad humana de los cursantes", expresó el presidente del tribunal del juicio, Carlos Reussi, en referencia al primer hecho.
"Se registró un abuso de autoridad de parte de los imputados", agregó el presidente del tribunal en la lectura del fallo de culpabilidad que se realizó en los Juzgados de Viedma. La investigación determinó que los policías que estaban siendo instruidos padecieron: "excesivo desgaste físico y psicológico que les generó heridas en los pies, las manos y complicaciones psicológicas".
También fueron obligados a soportar prácticas humillantes como orinarlos y colocarse máscaras de excremento de animal sobre sus rostros. Además, los instructores ordenaron a los estudiantes ingresar al mar a altas horas de la madrugada, en plena oscuridad y sin ninguna medida de seguridad. Así, a partir de lo que se pudo comprobar en el proceso el 15 de abril de 2021, en el marco del entrenamiento presenciado por el coordinador, Mandagaray fue obligado a ingresar al mar junto a dos compañeros con el uniforme policial completo, incluido los borceguíes y todas las armas reglamentarias.
A pesar de que el oficial Mandagaray informó que no sabía nadar lo enviaron junto a sus dos compañeros a ingresar al agua cargando entre los tres un tronco de unos dos metros de largo. Según el informe oficial de la autopsia, Mandagaray murió "ahogado por asfixia por sumersión" mientras realizaba un curso para ingresar al COER, el 15 de abril de 2021, en la playa de Bahía Creek, al sudoeste de Viedma.
"Este veredicto refleja la labor de deliberación que hemos llevado adelante con los colegas, analizando desde el plano de aquellos hechos que fueron traídos a juicio por parte de la fiscalía y la querella y a la luz de las pruebas suficientemente estandarizadas, con documentación, resoluciones y testimonios de quienes escuchamos a lo largo de estos días", concluyó el presidente del Tribunal.