En medio de la campaña electoral, el socialismo buscó diferenciarse de Cambiemos radicalizando su discurso. Y en estos virajes, también se desgasta al electorado. Primero fue el voto en blanco en el ballotage sugerido por el socialismo que no quería quedar pegado a un posible "derrumbre kirchnerista" y luego las tensiones con el nuevo presidente Mauricio Macri, que desconfiaba de Miguel Lifschitz -quien le ganó la elección a gobernador en Santa Fe a Miguel Del Sel por sólo 1.500 votos-. Después vino la recomposición de la relación institucional donde el mandatario santafesino pasó de ser "el gobernador que menos colabora" a un funcionario con el que se podía hablar.
Ahora, otra vez la batalla. Por estos días el gobierno provincial se acuerda que recibe sólo el 1,2 por ciento de los fondos discrecionales de la Nación, cuando esta provincia significa por los menos el 10 por ciento de la actividad económica del país. Ahora, se ponen plazos al pago de la deuda de 50 mil millones de pesos por el fallo a favor de Santa Fe de la Corte Suprema de Justicia. Ahora se ve el deterioro de las pymes santafesinas por las políticas públicas del gobierno central. No en vano el gobernador mantuvo activos a sus dos ministros que representan como las dos caras del teatro, la comedia y la tragedia. Mientras el titular de la cartera laboral provincial Julio Genesini jamás encuentra desocupados ni destrucción de puestos de trabajo en su carpeta de "altas y bajas" del ministerio; Luis Contiginani relata todos los días la tragedia productiva santafesina que acarrea el neoliberalismo. ¿Cuál es el gobierno del Frente Progresista?
Quizás son las dos caras. Las que se ven cuando viene Elisa Carrió a Rosario y les dice que son "encubridores de narcotraficantes" y que hasta organizan desde el Estado "entraderas a los domicilios". Para luego votar junto a la beligerante diputada con entusiasmo para expulsar a Julio De Vido de la Cámara de Diputados.
Políticamente se entienden las jugadas, pero no por eso son inocuas. La gente se confunde porque tiene una visión lineal del poder: Estos están de este lado y los otros, enfrente. Por eso, los posicionamientos imprevisibles desgastan al electorado, suman a la bronca con la política de los vecinos. A medida que se acercan las elecciones escuchar al gobernador Lifschitz es escuchar al más acérrimo adversario del macrismo. Pero no siempre fue así. Los políticos regulan, no siempre están tan enojados como se muestran. No siempre están tan calmos como se lo ve. El día que entendamos eso, vamos a entender muchas cosas más. Como en la vida, no todos son tan malos ni todos son tan buenos.
Pluralidad o acuerdo
Otra de las cosas que se escuchan mucho en estos días de campaña febril es que el Concejo Municipal de Rosario tiene una constitución muy plural, pero que esto dificulta los acuerdos. Lo dice el candidato oficialista Pablo Javkin que -lógico‑ está pidiendo el voto para el oficialismo. Lo curioso es que nunca se menciona la impericia del Ejecutivo para llegar a determinados entendimientos con la oposición. Se vio claramente con el tema del endeudamiento en dólares donde el socialismo daba por descontado un acuerdo con el PRO, como en tantos otros temas. Allí es donde se queja el resto de los opositores: "¿No es que se odian tanto?" se preguntan y denuncian que "son socios en casi todas". En este punto, el oficialismo no tuvo en cuenta la cercanía de los comicios para entender que las chicas y muchachos del macrismo no le iban a dar "balas" al enemigo para que les dispare a ellos. A su vez se fomenta el bloque individual -que reina en el Palacio Vasallo‑ que siempre puede ser útil en una votación pareja para recurrir a favores individuales que terminen inclinando la balanza.
Del otro lado, Anita Martínez asegura que la ciudad no tiene un problema de dinero sino de "falta de aptitud". Es curioso para alguien que se presenta a su cuarta elección sin haber cumplido ninguno de los mandatos para los que fue electa y que, además, no se recuerda ni un solo proyecto de su autoría como concejala o como diputada nacional. Pero acá la responsabilidad es de los electores, en preocuparse un poco más por su sufragio, reunir información y establecer quién es quién en el tablero. Porque el votante del PRO tiene también la oferta de Roy López Molina, que al menos debate con solvencia los temas de la ciudad y se pueden rastrear sus huellas como legislador.
El peronismo tiene mil candidatos en la ciudad, pero en realidad no más de dos o tres. A esta altura es reconocible la performance de Roberto Sukerman que sin esfuerzo ni falsas posturas logra superar el voto kirchnerista que lo sigue y lograr la adhesión de otros peronistas e independientes. Es un caso totalmente contrario al de Anita Martinez, a Sukerman se lo reconoce por sus gestiones al frente de la Ansess Rosario en su momento y como concejal también. Es más, durante esta campaña estuvo muy activo representando a discapacitados a los que el gobierno nacional cortó sus beneficios en una de las medidas más polémicas e insensibles del macrismo.
Pero en el fondo no está fácil para nadie en esta primera etapa del cronograma electoral. Hay mucha confusión, una oferta electoral vergonzosa por sus dimensiones y una falta de interés palpable en el electorado que recién una semana antes de los comicios ha comenzado a interesarse por ver qué es lo que va a votar. Si bien el oficialismo provincial y local exageran la cantidad de indecisos (es prácticamente imposible que sea del 70 por ciento como afirman) es claro el ambiente de incertidumbre electoral que se vive en la ciudad.
El panorama comenzará a despejarse después del próximo domingo, donde muchos candidatos no llegarán al piso del 1,5% requerido para pasar a la segunda vuelta electoral de octubre, donde se dará la verdadera competencia.
Una vez más, la provincia pondrá a prueba a sus electores, que deberán lidiar con dos sistemas electorales diferentes y simultáneos. La Boleta Unica para las elecciones locales y la tradicional sábana para los diputados nacionales. Ya hay antecedentes pero siempre unos días antes de ir a votar, las dudas subsisten para muchos que llegan al cuarto oscuro.