El fútbol argentino no puede esperar. Los resultados mandan. Quienes mejor saben de esa impiedad son los entrenadores, una de las profesiones más inestables del país. No importa proyecto ni legado: el que no gana se va. Y los periódos se vuelven más determinantes, cuando la palabra “fracaso” los aborda al frente de clubes que sí o sí deben pelear como mínimo el campeonato local. "No hay tiempo de más/ una hora es fatal/ un minuto igual", cantaba Manal
En lo que va del torneo ya son 11 los entrenadores que dejaron su cargo debido a renuncias o despidos. En la fecha pasada, la 15, se conocieron las salidas de Diego Dabove (Huracán), Javier Sanguinetti (Banfield) y Carlos Ruíz (Arsenal). Y desde el inicio del campeonato hasta acá, esa lista se completa con Marcelo Saralegui (Colón), Alexander Medina (Vélez), Abel Balbo (Estudiantes de La Plata), Leandro Stillitano (Independiente), Hugo Ibarra (Boca), Marcelo Munúa (Unión), Diego Flores (Godoy Cruz) y Rodolfo De Paoli (Barracas Central).
Pero en medio de este torbellino que arrasa todo lo que encuentra, en donde los técnicos muchas veces terminan siendo responsables de situaciones que esconden fallidas conducciones de dirigentes, se puede hablar de excepciones. De casos que todavía pueden gozar los privilegios de trabajos a largo plazo y sostener una idea a pesar de no militar en los primeros puestos de la tabla de posiciones.
Después de Marcelo Gallardo, el técnico que ha logrado encolumnarse dentro de los perdurables es Gabriel Milito. El actual entrenador de Argentinos Juniors llegó al equipo de La Paternal en 2021 tras la renuncia de Dabove y es el que más tiempo consecutivo lleva al mando de un club en Primera División. En su contrato el arreglo era por dos años, a finalizar en diciembre de 2023, pero antes de que se termine el 2022, luego de su buena campaña en el torneo local y la clasificación a la Copa Libertadores, los dirigentes decidieron extenderlo hasta 2027.
Muchos pensaran que todavía no consiguió nada que justifique esta decisión, pero para los directivos del Bicho el éxito circula en su forma de trabajar y en su proyecto de fútbol. Algo que sin dudas, cuando le toque irse, quedará como marca registrada para quien asuma el cargo. "El precio de crecer, de ser mejor, es que se paga en términos de mayor esfuerzo, trabajo, responsabilidad y expectativas”, dijo Marcelo Bielsa.
"Un partido de fútbol tiene que ver con lo tuyo pero también con lo que te propone el rival. No es lo mismo jugar contra un equipo que te espera que contra uno que te presiona. En términos generales, yo intento no pedirle al jugador nada que no pueda hacer", piensa Milito.
Cuando se hizo cargo de Argentinos, le tocó jugar la Copa Libertadores 2021 con un equipo que heredó de la gestión anterior. En esa instancia llegó a los octavos final. Ese año también estuvo cerca de llegar a la final de la Copa Argentina, pero en semifinales no pudo contra Boca. Ahora logró la clasificación a la Libertadores con un plantel que armó por completo, en el que solo se quedó con 17 jugadores de ese 2021 y lidera el Grupo E. En la Liga Profesional ocupa el puesto 9°, a 14 puntos del puntero.
“Cuando llegamos, lo hicimos con una ilusión tremenda y con muchas ganas de construir un gran equipo. Al principio no quisimos jugar con línea de tres y empezamos jugando con línea de 4, respetando ese 4-3-3 con el extremo cerrado como venía jugando Argentinos porque es un sistema que me gusta mucho. Los primeros tres partidos los perdimos y el cuarto era con River en su cancha. No me voy a olvidar más el gesto de Cristian Malaspina (Presidente de Argentinos Juniors). Me dijo: ‘Gaby no pasa nada. Tenes contrato por tres años y recién van tres partidos’. Escuchar eso de un presidente en un momento tan crítico para un técnico nuevo que debuta y pierde tres partidos seguidos, no es común en el fútbol. Ni el argentino ni el fútbol mundial. Eso me dio una enorme tranquilidad”, contó Milito en una entrevista con el canal oficial del equipo de La Paternal.
El ex jugador de Independiente y Barcelona, después de sus experiencias como entrenador en Estudiantes de La Plata, el Rojo de Avellaneda y O’ Higgins (Chile), logró afirmar sus ideas en Argentinos Juniors y su modelo de juego ha plasmado una huella en el fútbol argentino que se vuelve reconocible. La posesión de pelota cobra gran relevancia en su táctica y más allá de no ser un equipo que siempre priorice la tenencia a partir de pases cortos, su propósito es tejer una fase ofensiva que vaya en evolución para que los delanteros puedan tener mayor protagonismo en campo rival.
“Hay que ejecutar y transmitir la idea que se siente. Para convencer hay que estar convencido... Cada entrenador tiene su idea de juego y en función de eso va desarrollando tareas y conceptos que son muy personales. Para algunos pueden ser cosas que no sirven y para otros pueden ser muy importantes, pero lo más importante es convencer al jugador”, le dijo Milito a TyC Sports, a partir de detallar su idea de juego y para entender qué es lo que motiva a este entrenador que pudo salirse de la lógica cortoplacista que impera sobre la continuidad o no de un técnico que no consigue resultados.