La jueza Valeria Pedrana ordenó que un hombre imputado por el secuestro extorsivo de un empresario de la construcción sea analizado por un psiquiatra forense para determinar si comprende la criminalidad de sus actos y puede enfrentar el proceso penal. Es que el viernes pasado, entre las 10.30 y las 14.30, el acusado mantuvo secuestrado en su departamento a uno de los socios de la constructora Terraz, al que le exigió que le devuelva 30 mil dólares que le había entregado al celebrar un contrato para la construcción de una vivienda.

Según expuso la fiscal Viviana O´Conell, desde un principio la relación con el cliente había sido conflictiva: hostigaba al personal de obra, los amenazaba con armas de fuego y hasta con una katana y les pedía cambios a último momento que terminaban en enojos y discusiones, al punto de que varios arquitectos encargados de la obra renunciaron.

El acusado se quejó en reiteradas ocasiones de que la obra no avanzaba hasta que el viernes pasado citó al empresario responsable a su departamento alegando que se encontraba con su pareja, la cual estaba muy nerviosa y quería explicaciones.

Ariel, uno de los titulares de la constructora confió y apenas ingresó fue esposado al calefón a punta de pistola. Allí fue amenazado con matarlo a él y a su familia si no le devolvían los 30 mil dólares que le había pagado más otros 5 mil por robos que había sufrido durante la obra, además de hacerle firmar documentos. El acusado le dejó hablar con su socio Gustavo para que le consiguiera el dinero, lo que se hizo mediante entrega controlada por un operativo entre fiscalía y la policía.

“Acá se pudrió todo. Tu socio llamó a la policía. Ustedes están jugando conmigo. Los mato a los dos, total después me mato yo”, dijo Germán, en un último acto demencial, para después desensillar y salir a la calle. Es que cuando el acusado estuvo en poder del dinero liberó al empresario y después, sabiendo que la policía lo tenía rodeado, salió del departamento y fue detenido. En su casa la policía incautó una pistola Taurus 9 milímetros con cargador y 15 cartuchos, un revólver 32 largo sin numeración, una escopeta de dos caños sin marca —todas las armas en condiciones de uso—, cajas con cien cartuchos de balas, una máquina de contar billetes y quince frascos con marihuana que le valió, además, la apertura de una causa en el Juzgado Federal Nº 2.frascos de marihuana y 4 armas, mientras que el dinero estaba escondido en la terraza, lugar al que llegaron gracias a la propia declaración del detenido.

La fiscal O´Conell planteó su incompetencia por considerar que se trataba de una delito federal pero la jueza Pedrana explicó que el mismo no había sido cometido por una organización delictiva ni habían participado miembros de la fuerza de seguridad, dos elementos necesarios para considerar que se ve afectado el orden nacional.

El trámite se interrumpió a la espera del examen psiquiátrico que solicitaron los defensores particulares Malena Corvalán y Bruno Guastella. Los abogados requirieron “con urgencia” un examen psicológico y psiquiátrico. Señalaron que su cliente padece una inestabilidad psíquica y ofrecieron los testimonios de dos familiares presentes en la sala. Dijeron que el hombre se niega a recibir tratamiento y que ha manifestado intenciones de quitarse la vida, por lo que podría ser riesgoso para sí o para terceros.

Al finalizar la audiencia la magistrada ordenó que el acusado sea evaluado por el consultorio médico forense de psiquiatría para saber si está en condiciones de ser sometido a un proceso penal, si comprende la criminalidad de sus actos y si puede resultar peligroso para sí mismo o para terceros. Hoy por la mañana, con los resultados médicos, continuará la audiencia.