Durante la tercera audiencia de debate seguida por el asesinato de la maestra Rosa del Milagro Sulca, cometido el 28 de abril de 2020, continuaron declarando vecinas y vecinos, residentes de Villa Mitre. Los testimonios complicaron más a la acusada, S., porque dieron cuenta de que incurrió en constantes amenazas y robos contra la víctima antes del crimen.
Una de las vecinas, Silvana Mendoza, que era amiga de Sulca, pidió justicia por ella. Contó que la conoció en 2015, cuando la docente preparó a su hijo para rendir exámenes, dijo que no le cobró y como devolución de gentileza se ofreció a cuidarle la casa dos veces cuando tuvo que viajar, una de esas veces, le entraron a robar.
Mendoza relató que Sulca le contó que "dos chicas" entraban a robarle cuando cobraba el sueldo y cuando obtenía su medicación, y que sabían como ingresar. En 2020, en febrero o marzo, cuando la víctima volvió de una actividad docente, la joven ahora acusada por el crimen "entró a su casa con el novio, la amenazó con un cuchillo", la maestra logró "persuadir" a esta pareja para que se fuera, pero después S. llamó a Sulca "para decirle que volvería el jueves porque quería que le consiga trabajo".
La testiga añadió que en otra ocasión, Sulca le hizo escuchar un audio que le había enviado la hermana menor de la acusada. Mendoza reprodujo las palabras que escuchó y señaló que serían de S.: "Yo me metí a la casa de la maestra (la insulta), la iba a cargar matando". Según explicó S. mandó ese audio a su hermana y esta "se lo envió a Rosita". "Ella (Sulca) siempre nombraba a (S.), (la hermana menor) y la madre" como las personas con las que tenía problemas, manifestó Mendoza.
Indicó asimismo que Sulca no tenía condiciones de seguridad en su casa, recordó que cuando le cuidaba la vivienda también entraron y sustrajeron pertenencias del lugar, lo advirtió al día siguiente, porque en la noche no se quedó ahí. Entonces encontró una escalera que al parecer habían usado para ingresar. Refirió que le pareció que lxs asaltantes trepaban la reja. También describió que la puerta de la cocina estaba rota, "ya violentada" desde antes. Dijo que fue a realizar la denuncia en la comisaría Nº 4 pero no se la tomaron porque no era la propietaria de la vivienda. Mendoza contó que varias veces le dijo a Sulca que buscara protección policial, "ella no dimensionaba lo que le iba a pasar", manifestó.
También declaró María Eugenia Guerra, amiga y excompañera de trabajo de Sulca en la Escuela Ejército Argentino. "Estaba muy sola ella", afirmó respecto a Sulca, y contó que solía frecuentar los domicilios vecinos "para no sentirse tan sola". Agregó que cuando le diagnosticaron "esquizofrenia emocional" a la víctima, solía frecuentar a la familia de la imputada, "empezó un vínculo de amistad" pero después sufrió un robo. "La familia de la acusada le hace una contradenuncia en 2019, (Sulca) salió sobreseída", relató.
"A fines de 2019, principios de 2020, la acusada comienza a hostigarla, a perseguirla", relató la testiga. Dijo que S. entraba al domicilio sin autorización: "Sé que entró a robar varias veces", aseguró. "En enero de 2020, (Rosa) me llama para contarme de un robo", "ella había salido y entraron a robarle". Dijo que esa vez la víctima fue a hacer la denuncia. "En marzo cuando empezó la jornada pedagógica se fue (de la casa) y también le robaron", señaló. Agregó que en marzo, "una noche, Rosa entró por el fondo y la vio" a S., quien le decía "no voy a hacer nada, yo quiero que me des trabajo".
La última vez que la testiga vio a la víctima fue a comienzos de abril cuando fueron al cajero.
Marcelo Adrián Venencia, un vecino que conocía a Sulca "desde niña" cuando su familia se instaló a vivir en el barrio, en 1981, la describió como una persona muy "educada", "normal" y aseguró que jamás la vio en "nada raro".
Venencia dijo que el 28 de abril, después del crimen, vio pasar en bicicleta a "un muchacho con gorra y una chica con pelo rojo", que pararon en el frente de la casa de la víctima y querían entrar, "la chica intentaba subir la reja", describió, pero dos vecinas corrieron a esta pareja que serían S. y Martín Oscar Laime
Esas vecinas también declararon en la jornada. Graciela Waldes y Lola Mabel Gutiérrez ratificaron que la acusada quería entrar a la casa, y que ahuyentaron a la pareja advirtiéndoles que llamarían a la policía. También dijeron que les vieron con lucidez. "(S.) quería entrar por la reja. La chica le daba instrucciones al changuito", dijo Waldes. También contó que S. le decía que tenía permiso de Sulca para entrar, a quien se refirió como "tía" y explicó que había perdido la llave.
"Rosita me sabía contar que la chica le entraba a la casa a robar", ratificó Waldes. "Sabemos que la tenía amenazada a Rosa, y varias veces hizo denuncia contra ella (S)", agregó.
Por otro lado, Gutierrez, recordó que cuando les cuestionó a la ahora acusada y a Laime qué hacían ahí tratando de entrar a la casa de Sulca, S. le contestó "¿Qué te metes vos?, yo vengo a ver a mi tía", mientras que el joven expresó "¿Qué, te crees que venimos a robar?". "Me empezaron a insultar", recordó la testiga. Recordó que Laime estaba sentado y S. le señalaba la esquina de la casa de Sulca, hacia arriba donde hay un pilar.+
"La Policía está al tanto"
La testiga Laura Miriam Hoyos, que vivía frente a la casa de Sulca, recordó a la víctima como una persona trabajadora. Dijo que sabían que entraban a robarle de forma constante y en una ocasión que estaba la policía en su domicilio se acercaron con otra vecina a preguntarle por esta situación. "Ella nos dijo que le habían vuelto a robar, que no era la primera vez, que la esperaban en el fondo de la casa, con un cuchillo", refirió y dijo que una de esas personas era S. y había alguien más.
Según recordó, Sulca dijo que ya estaba cansada y no quería hacer nada, porque "quería volver a enseñar" ya que en ese momento estaba en otro puesto, cree que como secretaria. Dijo que la víctima le expresó "la policía está al tanto de lo que me pasa".
"Ella ya venía siendo amenazada (...) decía que tenía miedo", dijo Hoyos. También contó que habían ingresado a la víctima a un grupo virtual de vecinos, para que avisara cuando tuviera problemas y le indicaron que llamara al 911 (algo que hizo en sus últimos momentos de vida sin que el personal policial la auxiliara). También sostuvo que nunca antes tuvo protección policial, "jamás vimos a ningún policía al lado de ella".
La testiga refirió que Sulca fue maestra de su hija, y expresó que "todos los chicos de la escuela la querían mucho".
También declaró otro vecino, Ramón Tornero, quien vio el 28 a S. y Laime tratando de entrar a la casa de la víctima. Tornero vivía al frente, y aportó las filmaciones de sus cámaras de seguridad que tomaban la mitad de la vivienda de Sulca en la investigación de este hecho.
En la causa está acusada S., quien tenía 17 años al momento del hecho, aunque ya cumplió 20 años. La acusación en su contra es por homicidio calificado por alevosía y criminis causa. También está imputado Martín Oscar Laime (26), por encubrimiento agravado.
Además está imputado personal del servicio de emergencias 911: Marcelo Tintilay Cordeyro, Héctor Roberto Herrera, Gustavo Javier González, Gabriela Valeria Casasola Moyano y Normando Domingo Corbera, y los policías Antonio Exequiel Sanhueso y Juan Carlos Vizgarra por incumplimiento de deberes de funcionario público.
La audiencia, que se lleva a cabo con tribunal colegiado de la Sala VI, presidido por la jueza Mónica Mukdsi e integrado por José Luis Riera y Guillermo Pereyra, continuará este martes a las 9. Se espera que declaren más testigos.