Una parodia sobre las comedias románticas. Una paradoja sobre el amor. Y, sobre todo, un tributo a un género teatral que no para de expandirse. De esto se compone Odio los musicales, el musical, reciente estreno del off porteño que se presenta en El Método Kairós (El Salvador 4530), los sábados a las 18, con libro y música original de Mariano Gianni y dirección general de Marcelo Albamonte. Las entradas se adquieren en Alternativa Teatral.

Sobre tablas, el mismo Albamonte interpreta a Fred, un escritor de musicales que intenta sin éxito crear su próxima obra. Mientras, Denise Cotton se pone en la piel de Sophie, una cantante de jazz que trata de hacerse su lugar en el medio artístico. Con música en vivo de Gianni y Sebastián Marcial Alvarez, el dúo protagónico encarna a una pareja que descubre lo que los une, al mismo tiempo que tropiezan con la incapacidad de resolver aquello que los separa. El equipo creativo se completa con la asistencia de dirección y guion de Natasha Zaiat.

“A mí los musicales me generan una dicotomía. Las composiciones y las historias de las obras que más me conmueven me parecen increíbles, pero también siempre les vi algo irracional. Y me divertía mostrar eso en forma de parodia”, dispara Gianni, autor de la pieza y además uno de los más prestigiosos pianistas de jazz de la escena local.

Por su lado, Albamonte se sumó a la puesta en un doble rol de actor y director, motivado por la propuesta del material. “Lo primero que me atrajo es el texto”, comenta. “Me parece que tiene un humor que me identifica y me divierte. Además, me resultó interesante el hecho de trabajar entre amigos con los que comparto un mismo código y estética”.

-¿Cómo surgió la idea de escribir esta obra?

Mariano Gianni: -El proceso fue bastante mágico y sorprendente. Mi proyecto original era hacer un show que incluyera temas de jazz que nacieron en musicales. Y ahí les presenté la idea a Marcelo, Denise y Natasha, quienes me propusieron que le diera forma de teatro musical con temas originales. Entonces fui nutriendo eso con una parte de una obra de teatro que tenía escrita hace mucho, y sumé historias, músicas y diálogos que fueron surgiendo. Luego, en un día, casi como por necesidad, se juntaron todos los ingredientes y se cocinó este musical.

-La obra es una suerte de homenaje al género. ¿Qué particularidades y desafíos tiene encarar la realización de un musical?

Marcelo Albamonte: -Creo que el musical es bastante más complejo de lo que la gente imagina. El hecho de tener que pasar de una disciplina a la otra, con canto, actuación y baile de manera orgánica, es algo que requiere entrenamiento. Uno tiene que estar con todos los sentidos alertas para escuchar un pie musical, y entrar y salir de un tema y que no se pierda la fluidez del relato.

M.G.: -Para mí, en principio, es algo muy lúdico. Me divierte mucho pensar y sumar ideas y músicas para contar una historia que sea interesante y fluida. El desafío para mí es poder encontrar un concepto que abarque todas las disciplinas, y poder aprovechar los textos, la música y el movimiento para generar un sentido con tonos humorísticos y también dramáticos.

-¿Qué les atrae de este formato?

M.G.: -Yo básicamente nací dentro de un musical. Vi muchas obras y de chico veía por televisión muchos musicales que me encantaban de Jerry Lewis, y de Gene Kelly bailando con Jerry, el ratón. Por otro lado, como músico de jazz siempre me interesó investigar de dónde salían los estándares y así descubrí los clásicos musicales de principios de la década del '30 como George Gershwin y sus maravillas, o Richard Rodgers y sus abanicos, que van desde La novicia rebelde hasta Bewitched.

M.A.: -A mí lo que me resulta fascinante es poder mezclar distintos lenguajes en función de contar una historia. Y hoy siento que a nivel local es un formato que está muy activo. Desde las grandes producciones comerciales, hasta las cientos de opciones que hay en el ámbito independiente, se pueden encontrar propuestas que intervienen al género, lo acercan a nuestra idiosincrasia y lo moldean, y eso hace que se generen nuevas experiencias.