El exgimnasta argentino Federico Molinari, que participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, y su esposa, Paula Cancio, fueron denunciados por acoso a una adolescente, que era alumna en una de sus escuelas. La denuncia fue realizada en la Fiscalía especializada en delitos conexos a la trata de personas y Pornografía Infantil del Departamento Judicial de San Isidro.
La madre de M, una joven gimnasta de 17 años, fue quien se presentó ante la Justicia para relatar los hechos ocurridos en febero de 2021, siete meses después de comenzar a asistir a la escuela del deportista. Todo comenzó con el intercambio de chats a través de las redes sociales, desde la cuenta de la institución: por ese medio, Molinari habría realizado comentarios inapropiados para la chica, que en ese entonces tenía 15 años. Estos eran bajo la modalidad efímera, que desaparecen una vez que son leídos.
En la denuncia se dan detalles de los comentarios y preguntas personales que el atleta la habría hecho a la menor de edad. En uno, le habría escrito “cómo agitaste al público, te llevaste todas las miradas, incluso la mía”. Además, siempre según la versión de la denunciante, Molinari una vez habría tomado de la cintura a la niña y le guiñó el ojo.
La madre de la menor subrayó que la situación decantó en el decaimiento anímico de su hija, que hasta habría exteriorizado su deseo de abandonar la gimnasia y requirió tratamiento psicológico. Ante lo ocurrido y enterada de los mensajes, la mujer decidió enfrentar a Molinari, quien habría prometido un tratamiento especial y cambio de entrenador.
Desde entonces, Cancio, mujer del exmedallista olímpico, empezó a encargarse de los entrenamientos de la niña, y se la acusa de haberla maltratado y discriminado en las actividades y competencias.
La madre de M realizó la denuncia el 13 de marzo de este año, y días después la Federación Bonaerense de Gimnasia resolvió suspender hasta nuevo aviso a Molinari y a Cancio hasta que se defina su situación judicial, y exigió también la destitución del exgimnasta del cargo jerárquico que mantenía en el ente.
Aunque se trata de un caso que involucra a una de las figuras más reconocidas y de alto perfil de la disciplina, está lejos de ser la primera vez que un escándalo similar afecta a la práctica de la gimnasia en la Argentina.
El más reciente, en abril de 2018, un gimnasta de 40 años denunció que, cuando era menor de edad, el entrenador Alejandro Sagreras abusó de él y de varios de sus compañeros. El propio Molinari se había pronunciado sobre aquella situación en su momento, con palabras muy fuertes: “Vivo esto con mucha tristeza. Golpea mucho al deporte. Lo importante es que el Comité Olímpico Argentino tomó partido y llevó esto a una fiscalía”, comentó el anillista. Desde entonces, Sagreras abandonó el país y el caso quedó sin resolver.