Revolución Federal hizo su presentación en sociedad un año atrás. Su modalidad de intervención en la esfera pública es en sí misma, para la justicia, un plan criminal destinado a generar miedo e incitar la violencia. Guillotinas, antorchas encendidas, promesas de “van a correr” y de “bala al kirchnerismo” –algo que estuvo por materializarse el 1 de septiembre pasado, cuando Fernando Sabag Montiel gatilló a centímetros del rostro de Cristina Fernández de Kirchner–. Sus dos fundadores, Jonathan Morel y Leonardo Sosa, deberán volver a sentarse en indagatoria ante el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi para responder por los escraches o amenazas contra distintos funcionarios del Frente de Todos –incluido el mensaje a Victoria Donda de que tendría el mismo destino de sus padres desaparecidos durante la última dictadura–, el periodista Víctor Hugo Morales y por los desmanes que se produjeron en las inmediaciones del departamento de CFK cuando el fiscal Diego Luciani pidió su condena en la causa Vialidad.
En febrero pasado, la Cámara Federal de Casación confirmó los procesamientos que ya tienen Morel y Sosa únicamente por incitación a la violencia colectiva. No consideraron los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi que se tratara de una asociación ilícita. El tercer integrante de la Sala, Mariano Llorens, ni siquiera creyó que el accionar de los integrantes de Revolución Federal ameritara un reproche penal. Para él, estaban ejerciendo su derecho a la libre expresión.
El fiscal del caso, Gerardo Pollicita, pidió días atrás indagar a los dos organizadores de Revolución Federal por hechos que antes no habían sido contemplados. Martínez de Giorgi aceptó. Morel ya tiene fecha: deberá presentarse el 5 de junio próximo. En el caso de Sosa, aun no está fijada la fecha de la audiencia. El juez quiere saber antes si mantiene a Gladys Egui como su abogada. Egui es casi una protagonista de la causa: vivía con Ximena de Tezanos Pinto, la vecina de CFK, y es quien llevó a dos integrantes de Revolución Federal –Sosa y Gastón Guerra– al edificio de la vicepresidenta cuatro días antes de que Sabag Montiel intentara asesinarla.
A Morel, que suele funcionar como un vocero de Revolución Federal, se lo acusa por distintas amenazas o escraches:
El escrache contra Maia Daer y Claudia Neira: Las dos legisladoras del FdT fueron perseguidas, intimidadas e incluso escupidas el 4 de julio del año pasado, cuando se acercaron a la Casa Rosada para participar de la jura de Silvina Batakis como ministra de Economía. En la persecución, les gritaban: “Las vamos a prender fuego”. Según el análisis de los videos habría sido Morel quien dio la voz de alerta de que se trataba de dos dirigentes porteñas.
El asedio a Jorge Ferraresi. Ese mismo día, los integrantes de Revolución Federal arremetieron contra el entonces ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat. A él lo llamaban “traidor de la patria” y le decían: “Te vamos a prender fuego. Vamos a matarlos. Uno a uno vamos a bajar a estos hijos de puta”. Ese 4 de julio quedó en evidencia cierta fijación del grupúsculo con el fuego, como se vería en distintas manifestaciones en las que portaron antorchas encendidas –que se hacían en la carpintería que Morel tiene en Boulogne–.
Las amenazas contra Víctor Hugo. El 19 de julio de 2022 organizaron un Twitter Space desde Revolución Federal. Lo coadministraban Morel y Sabrina Basile, otra de las procesadas en la causa. El eje de esa “conversación” fue “No llegan a diciembre”. Morel apuntó su violencia contra el conductor de la AM750. “Lo cagaría a trompadas hasta desfigurarle la cara”, decía mientras advertía que “prendería fuego C5N”, el canal de noticias donde Víctor Hugo se desempeñaba hasta entonces. “Y agradecé –se jactaba Morel– que somos 60. Si somos 200, desaparecen. Uno por uno desaparece”.
Un mensaje que es un apología del terrorismo de Estado contra Donda. El 25 de agosto de 2022, los integrantes de Revolución Federal fueron a manifestarse a la Quinta de Olivos. Desde allí hicieron un vivo de Instagram. La destinataria de su odio fue en ese momento Donda, que, por entonces, estaba al frente del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). “Donda, vas a tener el mismo destino que tus viejos, hija de puta”, vociferaba Morel. “Le vas a tocar timbre a San Pedro”, decía. Victoria es hija de José María Laureano Donda y de María Hilda Pérez de Donda. Los dos están desaparecidos. Victoria nació en 1977 en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde operaba su tío Adolfo Donda y fue apropiada por uno de sus compinches, el prefecto Juan Antonio Azic.
A Sosa se le achaca haber protagonizado una serie de incidentes violentos cerca de las 23.30 del 22 de agosto del año pasado en las inmediaciones del departamento de CFK. Horas antes, el fiscal Luciani había pedido que condenaran a CFK a doce años de prisión e inhabilitación perpetua. Morel y Sosa habían estado merodeando la casa de la vicepresidencia, pero Sosa fue especialmente agresivo ese día: no solo quiso romper las vallas que impedían que los manifestantes llegaran hasta el edificio de CFK sino que también se trenzó a golpes con un efectivo de la Policía de la Ciudad. Fue detenido con otro manifestante que tenía una bomba molotov, según consignó el fiscal Pollicita en su dictamen de octubre pasado.
Lo que falta
“Si bien su citación a indagatoria es un gran avance, debe ser el puntapié inicial para profundizar la investigación sobre los vínculos políticos y económicos de esta agrupación que fomentó y organizó ataques a distintos dirigentes políticos”, reclamó Neira desde su cuenta de Twitter.
La legisladora porteña apuntó que ella y Daer reconocieron a Cristina Luján Romero como una de sus atacantes pero esta mujer no fue llamada a indagatoria. Romero es amiga de Tezanos Pinto y es quien acercó a la abogada Egui a la vecina de CFK. Romero, como resaltó Neira, no esconde su simpatía con Patricia Bullrich y postea fotos con la exministra de Seguridad y actual precandidata presidencial del PRO.
Días atrás, Martínez de Giorgi ordenó profundizar la investigación sobre una serie de personas que fueron identificadas como cercanas a Revolución Federal. Una es Romero; la otra es Tezanos Pinto.
El juzgado aun debe desandar la pista del dinero que manejaba Revolución Federal. Morel, a través de su carpintería –que abrió después de aprender supuestamente el oficio por medio de tutoriales de YouTube– canalizó cerca de 15 millones de pesos que provenían de Caputo Hermanos, la firma que pertenece a los hermanos del exministro de Finanzas Luis “Toto” Caputo, el "Messi de las finanzas" de Mauricio Macri. A Sosa le secuestraron 50.000 dólares en su casa. Según su versión, eran los ahorros de su padre que se dedica a hacer chapa y pintura.