La secretaria de Minería de la Nación, Fernanda Ávila, estuvo ayer en Catamarca durante el foro Puerto Coquimbo: alternativa logística para el Noroeste argentino, en el contexto del proyecto del Corredor Bioceánico Ferroviario.
En diálogo con Catamarca/12, la también exministra de Minería de la Provincia, sentó posición sobre el debate sobre la nacionalización del litio que se da en el Congreso y aseguró que la Mesa del Litio es la mejor alternativa para llevar adelante una "política robusta".
Además resaltó que “Catamarca es una de las que más ha crecido, dando la cifra interanual de un 20% de crecimiento respecto al año pasado, y es esta evolución la que despierta precisamente uno de los grandes desafíos que se nos presentan; el tema logístico, de infraestructura y conectividad para la producción”.
Fue durante el foro donde la funcionaria nacional aseguró que ya son “25 meses consecutivos de crecimiento del empleo registrado en materia minera en la nación, llegando a un récord de empleo minero de más de 37 mil puestos de trabajo directos, lo que demuestra también que esta industria viene creciendo a un paso sostenido en nuestro país”, aseguró.
En tanto explicó a este medio las condiciones de volatilidad del mercado y que las provincias que conforman el triángulo del litio junto a Nación están llevando a cabo una serie de estrategias para garantizar la cadena de valores y el control de los precios.
En medio del debate por la nacionalización, dos grandes capitales extranjeros que operan en Jujuy y Catamarca anunciaron su fusión, ¿sigues pensando que la Mesa del Litio es la plataforma de negociación?
En primer lugar creo que cualquier planteo o idea de nacionalización tiene el obstáculo fundamental de nuestra Constitución Nacional que establece que los recursos naturales pertenecen a las provincias, y ninguna ley puede ir en contra de eso. Más allá de eso, estoy convencida de que la Mesa de Litio es la plataforma para el diálogo alrededor de los desafíos y oportunidades que se abren para el país y las provincias alrededor de este recurso central para la transición energética.
¿Crees que se pueda encontrar una alternativa al binarismo planteado entre federalismo-centralismo y negociar con los grandes capitales sin que se vea afectada la soberanía de las provincias y los intereses como Nación?
Creo que la alternativa a ese binarismo es justamente la Mesa de Litio, donde convergen diversas áreas y organismos de la nación y de las provincias para diagramar en forma conjunta una política robusta y con una mirada a largo plazo que nos permita aprovechar de mejor manera las potencialidades de este sector.
En la Mesa de Litio se están dando discusiones alrededor de cómo mejorar la captación de renta en este mercado tan dinámico, nuevo y volátil, y se están articulando estrategias para aumentar el agregado de valor en territorio, mejorar la infraestructura de la región, formar recursos humanos y proveedores calificados, entre otras cuestiones que son centrales para el desarrollo de esta región frente al crecimiento del sector.
La dificultad para controlar el precio del litio es uno de los argumentos para promover la nacionalización, ¿cómo vienen trabajando para controlar los valores que declaran las empresas y seguir la dinámica del mercado?
El precio del litio es tremendamente volátil, y esto tiene que ver con cuestiones propias de este mercado y la oferta y demanda internacional que exceden a nuestro país. De hecho el precio rondaba los 4 mil dólares en 2010, tuvo un crecimiento marcado en 2018 con un techo de 12 mil dólares, pero en 2020 el precio se desploma a un valor promedio de 7 mil dólares la tonelada. Luego comenzó a notarse un crecimiento sostenido, fundamentalmente por la demanda de la electromovilidad, y en 2022 el valor llegó a casi 80.000 dólares, pero en 2023 estamos viendo una significativa caída de los precios llegando a los 25.000 dólares la tonelada, es decir el precio bajó un 50% en 3 meses.
A esto hay que sumarle que es un mercado que, dependiendo del modelo de negocio de las empresas, puede funcionar con contratos de largo plazo que no acompañan necesariamente esa fluctuación de precio, pero que son muy usados por las empresas mineras, ya que les reduce la incertidumbre ante contextos de volatilidad como los que acabo de describir. Bajo estas condiciones, el control desde el gobierno es un desafío que enfrentan muchos países, lo hemos conversado largamente con otras naciones y con organismos internacionales que se dedican a asesorar a los países en torno a la tributación minera.
Actualmente estamos trabajando con el Foro Intergubernamental sobre Minería, Minerales, Metales y Desarrollo Sostenible (IGF), con un enfoque específico en esta temática. Hace unas semanas tuvimos un taller para el fortalecimiento de las capacidades estatales alrededor de los controles y valoración del litio, donde participaron las provincias y nación, este es el primer paso de esta asistencia que hemos iniciado, en unas semanas tendremos un entregable con recomendaciones de mejores prácticas como primer paso para desarrollar un marco normativo y político que garantice la adecuada fijación de precios en un mercado en claro crecimiento.