Doménico Cosenza es psicoanalista en Milán y miembro de la Scuola Lacaniana di Psicoanalisi y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Ha publicado recientemente el libro La clínica del exceso. Derivas pulsionales y soluciones sintomáticas en la psicopatología contemporánea (Editorial Franco Angelli), en la ciudad de Palermo. Se trata de un libro que todavía no está traducido al castellano, motivo por el cual esta entrevista busca presentar al lector las temáticas fundamentales que el autor desarrolla en su libro. Cosenza ha publicado numerosos libros como “La comida y el inconsciente”, “El muro de la anorexia”, y también “Jacques Lacan y el problema de la técnica en psicoanálisis” de imprescindible lectura.

Ha sido director científico de ABA (Associazione per lo studio e la ricerca sull’anoressia, la bulimia e i disordini alimentari) y ha compilado numerosas publicaciones. Actualmente enseña en el Istituto Freudiano y en la Universidad de Pavía y es director científico de la comunidad terapéutica La Vela de Moncrivello para anorexias y bulimias graves.

-Se ha presentado en Palermo, organizado por la Scuola Lacaniana di Psicoanalisi del Campo Freudiano, su último libro “La clínica del exceso. Derivas pulsionales y soluciones sintomáticas en la psicopatología contemporánea”. ¿Cómo podría definir esta denominada clínica del exceso?

-El hilo conductor de esta clínica, más allá de las diferencias en la envoltura de estas soluciones, es una relación con el exceso de goce que se impone no como simple residuo pulsional que se repite – como en las neurosis –, sino como un empuje continuo que no encuentra un límite simbólico en el ejercicio de la práctica de goce.

-¿Cuáles son esas derivas pulsionales y soluciones sintomáticas en la época actual desde la perspectiva de Lacan y de Miller? ¿Qué quiere decir con variantes patológicas de lo ilimitado?

-Las formas clásicamente aisladas y estudiadas desde los 80 y 90 son las toxicomanías y los trastornos alimentarios. Pero se han añadido con el paso del tiempo varias otras soluciones, por ejemplo las conectadas con el objeto tecnológico-digital como partenaire exclusivo de goce, muy difundidas entre los jóvenes y no sólo. Variantes patológicas de lo ilimitado quiere decir que, más allá de las diferencias, encontramos como rasgo común una relación con el goce donde prevalece el “demasiado lleno”, la denegación de la castración y una infinitización del empuje a gozar.

-En la actualidad quienes sufren especialmente de los cambios sociales son los adolescentes que se encuentran en una edad de constitución, por ello ¿Cuáles son en los jóvenes y en las jóvenes, que no son siempre las mismas consecuencias críticas en unos como en otras, los efectos pulsionales que viven?

-Estas soluciones sintomáticas se difunden especialmente entre los adolescentes contemporáneos, porque ante todo el discurso capitalista actual sigue un rumbo contradictorio respecto a la adolescencia como tiempo por excelencia de la separación. Este discurso empuja a gozar y no a separarse, y cancela la dimensión del límite y de lo real como imposible. Esta dinámica alimenta el fracaso de la adolescencia como pasaje separador, y empuja al encuentro con soluciones pseudo-separadoras que prometen el espejismo de un goce sin pérdida. Los chicos privilegian la vertiente del consumo de drogas y substancias, las chicas privilegian los trastornos anoréxico-bulímicos, los tratamientos estragantes del cuerpo – los cortes son un ejemplo clínico paradigmático.

-A propósito de los trastornos alimentarios que desarrolla en la tercera parte de su libro le pregunto ¿Cuál es la relación entre el cuerpo y el lenguaje, así como el narcisismo especialmente en la anorexia que no sólo es territorio de las mujeres sino también en algunos hombres?

-La anorexia es un fracaso en el proceso de incorporación del lenguaje, que deja al sujeto expuesto a un goce –por ejemplo lo de la mirada– intratable, que empuja hacia la privación, a través del rechazo de la comida. Este goce del rechazo es lo que Lacan llamo “comer la nada” como la acción propia en el corazón de la anorexia. Lo que observamos como diferencia más impactante entre chicas y chicos es que las primeras gozan con satisfacción de la identidad anoréxica, mientras los chicos tienen una identificación más débil con esta identidad.

-En su libro desarrolla también el tópico tan actual referido a la filiación en un mundo con posibilidades de procreación basadas en los avances científicos y sus consecuencias modificando y ampliando la noción de paternidad. ¿Cómo entiende la transmisión de un deseo no anónimo? ¿Cuál su marco?

-El deseo no anónimo se transmite al niño, en la contemporaneidad, en un marco complejo no reducible a lo de la familia clásica fundada en la pareja heterosexual. Pero su condición esencial de trasmisión implica siempre la dimensión de un querer de los padres como acto sin garantía, más allá del espejismo prometido por el cientismo imperante aplicado al mercado de la procreaccion.

-Una última pregunta ¿Cómo lee en la actualidad y desde hace tiempo la incidencia de la ciencia tanto en la vida cotidiana como en sus efectos en la subjetividad contemporánea?

-La ciencia ha tomado el lugar de Dios como emblema de la autoridad en el discurso social contemporáneo. El problema de la ciencia es que, por un lado sin duda nos facilita las cosas con sus descubrimientos y su impacto en la vida cotidiana, y por el otro lado, como decía Lacan, forcluye el sujeto en su singularidad. El psicoanálisis actúa precisamente en este nivel donde la ciencia no puede operar.

 

*Psicoanalista. Edición y coordinación de la Página de Psicología de Rosario12.