Era cuestión de tiempo -poco, más que mucho- para que Alejandro Guyot, cantor y compositor de Bombay Buenos Aires, condensara lo suyo en trabajos solistas. Melómano, encarnizado escuchador-militante de músicas que no son solo tango, escritor, docente, activo entrelazador de músicas, gentes y espacios, el frontman, que había dado su primer paso en solitario con La guerra es adentro, acaba de publicar su doblez en vivo, La guerra es afuera, y lo presentará el jueves 18 de mayo a las 21 en Rondeman Abasto (Lavalle 3177). “Cada uno de estos discos representa una cara de la moneda que se completa con la otra”, resume al respecto. “Digo esto porque las canciones del primero, que fueron publicadas en pandemia, pedían a gritos ser cantadas en vivo. Y, de alguna manera, este segundo disco termina funcionando como un trabajo que pretende enaltecer la situación irrepetible que significa una suerte de celebración, la emoción, la fuerza y la adrenalina del vivo”.
Acertado péndulo el que encuentra entonces Guyot para graficar un hecho musical dado en el durante, y en la post pandemia: el adentro y el afuera. El jogging entre paredes -“la imagen del hogar como la trinchera cotidiana”- versus el riguroso negro con que se arropa el hombre cuando la cosa es en escena y con gente. Y con nuevas intenciones, claro.
En efecto, a la revisita en vivo de los temas que ya estaban en el primer disco (“Cínicas promesas” y “Ojos rotos”, entre ellas), se agregan versiones de un tema que Guyot había compuesto junto al pianista Julián Peralta (“Capataz”), y de “El loco Antonio”, clásico de Alfredo Zitarrosa. También de “La cerveza del pescador Schiltigheim”, poesía de González Tuñon musicalizada por el “Tata” Cedrón.
-"Que el miedo y el silencio se vuelvan canción"… Vaya forma de empezar. ¿Cómo funciona eso del miedo y el silencio como inspiración que explicitás en la milonga “Carbón que no quiere fuego”?
-Es que para mí salir a tocar tras la pandemia fue la forma de "recuperar la ciudad" y el contacto con el público, un momento muy deseado después de tanto silencio. En ese sentido, también era necesario que el miedo y el silencio se volvieran a transformar en canción literalmente. Me encanta citar esa canción del Indio Solari que dice "donde hay dolor, habrá canciones" y La guerra es afuera se trata un poco de eso. De recuperar los espacios y las costumbres que la pandemia nos quitó. Eso de juntarnos a celebrar y a compartir canciones, la canción como una suerte de antídoto para el miedo, para el silencio, para las ausencias… las canciones como antídotos para todos los venenos.
-¿Cómo funcionaría ese antídoto en la oscurita “Sangre negra de los corazones”?
-Esta es una canción que compuse en el momento en que asumió Macri. Es, por definirlo de alguna manera, un valsecito afroperuano bastante lisérgico en contra del neoliberalismo, que tiene versos direccionados directamente al susodicho: "Hoy el diablo se afeitó el bigote/ y usa un traje caro por disfraz / se burla de todos en su trono / canta y baila al lado de un volcán". Creo que en estos tiempos en los que la derecha vuelve a envalentonarse, esos versos adquieren un nuevo sentido, otra vez merecen ser cantados.
En el camino solista de Guyot, La guerra es afuera es mucho más que un espejo de aquel primer disco en estudio en que la batalla iba por dentro. La prueba no solo está en la intervención de una ecléctica banda que se atreve a cruzar géneros y estilos “sin prejuicios ni encasillamientos” (Guyot dixit), sino en las referencias que van desde Palo Pandolfo -a quien el músico homenajea “Cabeza de platino” mediante- hasta el mencionado Zitarrosa, y en los invitados e invitadas que sintonizan con el enfoque del cantor: Juan Pablo Fernández (ex Pequeña Orquesta Reincidentes y actual Acorazado Potemkin), la cantante Mariana Mazú, el guitarrista Edgardo González y el pianista Julián Massaldi. “Este disco es muy especial porque me permite mostrarme en una faceta completamente distinta a la del cantor tradicional de tango. El repertorio que interpretamos termina amalgamándose al ser tamizado por las asperezas de mi voz. Me da la sensación que encontré un sonido personal".
-¿Que consiste en…?
-…ese amplio espectro en el que conviven la milonga, el tango, la canción y la poesía urbana: la música del Río de la Plata.
-¿Qué es de la vida de Bombay Bs As?
-El grupo siempre fue una usina creativa, un centro de operaciones en el que fungen conceptos estéticos y maneras de encarar cada una de nuestras actividades artísticas. Creo que cada producto artístico que publica cada integrante del grupo conserva una marca de origen. El año pasado publicamos nuestro noveno disco (Noche herida) y ahora estamos en pausa porque nuestro guitarronista Lucas Ferrara se mudó a Pigüé.